Elarion: La Rebelión de las Sombras {COMPLETA}

Capítulo 26. No debería haberlo hecho.

—¿Qué quieres ahora? —su tono era frío y distante, lo que me hizo sentir un nudo en el estómago.

Me acerqué hacia él, y ahora apenas estábamos a pocos centímetros de distancia.

—Quería pedirte perdón. — Mis palabras salieron atropelladas.

Se giró lentamente para mirarme, su expresión era inescrutable.

—¿Perdón, por qué? —repitió, con una mezcla de sorpresa y confusión.

Asentí, tragando saliva antes de continuar.

—Sí, perdón. Porque, por culpa de las órdenes de tu padre, te ves obligado a protegerme de todo y de todos, en contra de tu voluntad. Sé que soy una molestia para ti, sé que mi presencia aquí te incomoda, sé que...

—Cállate, no sabes de lo que hablas. —me interrumpió con una dureza que me dejó sin aliento.

—No, no quiero callarme —respondí. – ¿Acaso vas a matarme si no lo hago? Seguro que eso te encantaría porque...

Pero antes de que pudiera decir algo más, Dante dio un paso brusco hacia mí.

Sentí una oleada de energía cuando su mano se cerró firmemente alrededor de mi muñeca y me atrajo hacia él.

La intensidad en sus ojos me hizo temblar. Antes de que pudiera reaccionar, cerró la poca distancia que quedaba entre nosotros con un movimiento rápido y decidido. Su mano se deslizó hacia mi cintura y me empujó con fuerza contra la pared. La sorpresa me dejó sin aliento, y en un instante sus labios encontraron los míos con una pasión feroz y desesperada.

El cielo se volvió un lienzo oscuro y las sombras, nacidas de sus manos, empezaron a cerrarse a nuestro alrededor, junto al viento que, como una descarga liberada desde mi ser, nos envolvió con fuerza.

El beso era ardiente y voraz, lleno de una necesidad que por lo visto ambos habíamos estado reprimiendo. Sentí un calor abrasador que se extendía por todo mi cuerpo, haciendo que mi corazón latiera con fuerza. Sus labios eran duros y exigentes, y me dejé llevar por la tormenta de emociones, mis manos se aferraron a su placa del pecho con desesperación, sintiendo el latido furioso de su corazón contra mi pecho. Su lengua saqueaba mi boca , explorando cada rincón con una urgencia y ferocidad que me dejó sin aliento. Sus dedos se hundieron en mi pelo, tirando ligeramente hacia atrás para profundizar el beso, y un gemido escapó de mis labios, perdido en la vorágine de sensaciones.

Tuve que ponerme de puntillas para llegar más cerca de él. En ese momento, me agarró de las nalgas con firmeza y me elevó sobre su cintura. Instintivamente, rodeé su cuerpo con mis piernas, sintiendo cómo su fuerza me sostenía con seguridad mientras continuaba invadiendo cada milímetro de mi boca, mis manos se aferraron a sus hombros antes de rodear su cuello para mantener el equilibrio, mientras el vértigo de sensaciones me dejaba sin aliento. Otro gemido se escapó de mis labios.

Cada caricia de sus labios, cada presión de sus manos, me hacía sentir como si estuviera ardiendo. Mis sentidos estaban sobrecargados por el poder de sus besos, y el viento rugía a nuestro alrededor, como si reflejara la pasión desatada entre nosotros.

Cuando finalmente nos separamos apenas unos centímetros para coger aire, ambos estábamos respirando con dificultad. Mis labios hormigueaban y mi piel parecía arder bajo su toque. Él me miró con una mezcla de deseo y conflicto en sus ojos. Se quedó en silencio, mirándome fijamente, como si quisiera grabar mi imagen en su mente.

De repente, su expresión se endureció y con delicadeza, me bajó al suelo. Cuando sus brazos ya no me sostenían, dio un paso atrás, rompiendo el contacto entre nosotros.

—No debería haberlo hecho —dijo, su voz era un susurro cargado de arrepentimiento.

Y antes de que pudiera responder, se giró y desapareció entre las sombras, dejándome sola en la oscuridad con mis emociones desbordadas y el eco de su beso ardiendo en mis labios.

Y como diría Rosalía....Saoko papi Saoko!! 

Llegó uno de los momentos que tod@s estabáis esperando jiji

Dejadme saber que os está pareciendo hasta aquí la historia!!

-Os quiere, Raquel Riveaux ❤️