Capitulo 43. *Dante*

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El calor implacable de la Selva Ardiente de Emberis se hacía cada vez más asfixiante. Kaelan y yo avanzábamos entre la densa vegetación, con el vapor pegajoso de la selva envolviéndonos como una segunda piel. La misión era clara: sofocar las revueltas internas que se habían desatado en la región. La situación era tensa, y manejar el conflicto en un terreno tan inhóspito solo hacía más difícil nuestra tarea.

Mientras nos refugiábamos bajo la sombra de un gran árbol para tomar un breve descanso, Kaelan comenzó a hablar con una sinceridad inusual. El sudor le corría por la frente, y el resplandor de la selva hacía que sus ojos parecieran más intensos.

—Dante —dijo, su voz cargada de una mezcla de incertidumbre y determinación—, quiero hablar contigo sobre algo. Raelyn y yo... bueno, ya sabes que hemos estado saliendo. Al principio pensé que era solo deseo, pero ahora creo que hay algo más profundo. Creo que realmente la quiero.

Le miré, sorprendido por la confesión. La intensidad en su mirada, la forma en que sus manos se crispaban sobre el mango de su espada, indicaban la seriedad de sus sentimientos. Estaba admitiendo algo que no esperaba de él, algo vulnerable en medio de nuestro entorno hostil. Mi respuesta fue inmediata, y llena de sinceridad.

—Si sientes algo verdadero por ella, entonces ve a por ello —dije, manteniéndole la mirada—. No dejes que las circunstancias te detengan. La vida aquí puede ser demasiado corta para no arriesgarse por lo que realmente quieres.

Asintió, agradecido, sus ojos brillando con un destello de esperanza. Luego, la conversación giró hacia un tema más complicado. Kaelan, con su mirada inquisitiva, se dirigió a mí de nuevo, su tono era más cauteloso, como si pesara cada palabra que iba a decir.

—Respecto a eso... ¿qué pasa contigo y Sirena? Desde aquel día en la tarima de combate, la tensión es palpable.

El recuerdo de aquel día seguía fresco en mi mente, el roce de nuestros cuerpos, el calor compartido. La atracción que sentía era difícil de ignorar, y su presencia era una constante en mis pensamientos. Me vi obligado a ser honesto, aunque me costara admitirlo, mis palabras salieron como un susurro cargado de emoción.

—La besé, la noche que Shadowtell volvió —confesé, mi voz tensa—. No fue una decisión sabia, lo sé, pero no pude evitarlo. Pero cuando la vi con él, los celos que sentí fueron casi insoportables. Y luego, volvieron a salir, y él la besó... Intenté quitármela de la cabeza, de verdad que lo hice, incluso intenté olvidarla con Valerya, pero no pude. No era a ella a quién quería en mi cama.

Kaelan, conocido por su racionalidad, se quedó en silencio un momento. Su expresión era un enigma, entre la reflexión y el entendimiento. Finalmente, con una mirada que reflejaba sabiduría inesperada, me ofreció un consejo sorprendente.

—A veces, las normas están para romperse —dijo, su voz calmada y sabia—. Las reglas que seguimos son importantes, pero también es crucial reconocer cuándo hacer una excepción. Tienes que decidir si lo que sientes es más importante que el deber. Además, por una noche que pases con ella no se va a acabar el mundo.

Lo que dijo resonó en mi mente, pero la conversación tomó un giro inesperado.

—Ella pasó la noche con Shadowtell —le mencioné, el tono de mi voz teñido con una mezcla de frustación y resignación.

Kaelan frunció el ceño, un destello de sorpresa cruzando su rostro.

—¿Cómo estás tan seguro?. —respondió con certeza—. Raelyn solo me comentó que ella tenía la capa de él desde la noche que quedaron. Incluso le pidió que fuera ella quien se la devolviera porque Sirena no quería ver a Riven.

Elarion: La Rebelión de las Sombras  {COMPLETA}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora