Tres. Una Desición Difícil.

159 2 0
                                    

La partida de Jack me dejó anonadada, fue tan rápida que no pude detenerlo. Las lágrimas asomaron a mis ojos cuando me dí cuenta que lo había lastimado, y me odié. Jack era como un niño, todo él era amor, pero desde que yo había llegado, solo le había hecho sufrir. Ademas por mi estupidez, incluso mi hermanito

habia salido perdiendo. Milo era un vampiro que me cuidaba a mi, no al revés. ¡Le había arrebatado la vida a mi hermanito! ¡Lo había condenado a la eternidad sin darle elección alguna!

Yo era el problema. Desde que había aparecido, Jack no paraba de meterse en problemas, de pelear con Peter, y de arruinar todo lo que Ezra había construido para su familia.

Me despredí de Peter y caí al suelo arrodillada, pues me daba cuenta que todo era mi culpa... Yo era una idiota. En ese momento me odié como jamás había odiado a nadie. Por estar con Jack, había separado a una familia entera. Debía desaparecer de sus vidas, era un hecho. No me iba a despedir de nadie, eso sólo causaría mas peleas.

-¿Alice?-dijo la voz grave de Ezra.

Me sobresalte, pues no lo había escuchado llegar. Me estudió con sus ojos color caoba, atravesándome con su mirada.

-Ezra...-le dije, aún sin atreverme a mirarlo, pues debía odiarme por destruir su familia. -Ezra, yo... Lo siento tanto... Yo arruiné todo, nunca debería haber venido aqui. Todo esta mal por mi culpa... Lo siento tanto. Pero te prometo que me iré y no me volverás a ver... Dile a Jack y a Peter que lo siento.

Y me incorporé, para irme. Pero Ezra me agarró del brazo y me abrazó.

-No te vayas-me dijo-. Alice, tú le haces bien a mis hermanos, eres como la hija que Mae no tiene... Y yo te quiero mucho- me apretó mas contra él-. No lo hagas, Milo

te necesita.

Sollocé contra su hombro. Ezra era tan bueno. Pero aun así, debía irme.

-Ezra, debo irme. Ya no puedo seguir asi. Al elegir a Peter le hice daño a Jack. Lo siento, cuida de Milo por favor.

Lo escuché suspirar, y me soltó.

-Está bien. Cuidaré de Milo, pero sabes que aquí siempre serás bienvenida.

Inspiré hondo y, tragándome mis lágrimas, salí de aquella casa respetando la decisión que creía correcta.

Atracción EternaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora