El otoño había llegado, tiñendo las hojas de tonos dorados y rojos. Para Luke, el cambio de estación no traía el mismo entusiasmo de otros años. Desde que Aiden se había ido, algo en su vida había perdido su brillo. Sin embargo, se había apoyado en Evan, encontrando consuelo en su amistad. Pero últimamente, las cosas habían comenzado a cambiar.Evan, que siempre había estado a su lado, comenzó a pasar más tiempo con un nuevo grupo de amigos. Al principio, Luke no le dio mucha importancia. Después de todo, todos necesitaban ampliar sus círculos sociales. Pero con el tiempo, la ausencia de Evan se volvió más notoria y dolorosa.
Una tarde, mientras Luke caminaba hacia la cafetería de la escuela, vio a Evan riendo con su nuevo grupo de amigos. Sentía una mezcla de celos y tristeza. Se acercó, intentando mantener una actitud positiva.
—Hola, Evan —dijo Luke, con una sonrisa forzada.
—Hey, Luke —respondió Evan, con una sonrisa, aunque rápidamente volvió su atención al grupo.
Luke se sintió como un extraño, y después de unos minutos de charla incómoda, decidió marcharse.
—Nos vemos luego —dijo, pero Evan apenas lo escuchó.
Esa noche, Luke se quedó despierto, dando vueltas en su cama. Los recuerdos de los buenos tiempos con Aiden y Evan lo invadieron. Se sentía solo y abandonado. Decidió que necesitaba hablar con Evan, entender qué estaba pasando.
Al día siguiente, encontró a Evan en la biblioteca, solo por una vez. Aprovechó la oportunidad.
—Evan, ¿podemos hablar? —preguntó Luke, tratando de sonar calmado.
—Claro, Luke. ¿Qué pasa? —respondió Evan, aunque su tono indicaba que sabía de qué se trataba.
—¿Por qué te estás alejando de mí? —soltó Luke, sin rodeos.
Evan suspiró, pareciendo incómodo.
—No es que me esté alejando, Luke. Es solo que... he encontrado nuevos amigos, y a veces necesito algo diferente —trató de explicar Evan.
—Pero... ¿qué pasó con nosotros? Pensé que éramos inseparables, especialmente después de que Aiden se fue —dijo Luke, su voz cargada de emoción.
—Eso no ha cambiado, Luke. Solo... las cosas son diferentes ahora —respondió Evan, evitando la mirada de Luke.
Luke sintió que una barrera invisible se levantaba entre ellos. No podía comprender cómo alguien que había sido tan importante para él podía distanciarse tan fácilmente.
Los días pasaron, y la distancia entre Luke y Evan solo creció. Evan se sumergió más en su nuevo grupo, y Luke se encontró solo, sin Aiden y sin su mejor amigo. Intentó enfocarse en sus estudios y actividades, pero la soledad era abrumadora.
Una tarde, mientras estaba sentado en su habitación, Luke recibió un mensaje de Aiden. Le alegró recibir noticias de su viejo amigo, aunque las palabras de Aiden solo subrayaron lo mucho que extrañaba los viejos tiempos.
—Hey, Luke. ¿Cómo estás? Espero que todo esté bien por allá. Yo estoy bien, aunque extraño mucho a todos. ¿Cómo van las cosas con Evan?
Luke suspiró, sin saber cómo responder. Finalmente, decidió ser honesto.
—Hey, Aiden. Las cosas no están muy bien. Evan se ha juntado con otro grupo y apenas nos vemos. Me siento muy solo.
La respuesta de Aiden llegó rápidamente.
—Lo siento mucho, Luke. Sé lo difícil que debe ser. Pero recuerda que siempre estoy aquí para ti, aunque sea a la distancia. Y espero que, con el tiempo, Evan se dé cuenta de lo que realmente importa.
Las palabras de Aiden le dieron algo de consuelo, aunque el vacío seguía allí. Luke decidió hablar con su consejero escolar, buscando orientación. La consejera, la Sra. Martínez, lo recibió con una sonrisa amable.
—Hola, Luke. ¿En qué puedo ayudarte hoy? —preguntó, notando su expresión triste.
—Es sobre mis amigos. Uno de ellos se fue el año pasado, y ahora mi mejor amigo parece que también me está abandonando —explicó Luke, sintiendo un nudo en la garganta.
La Sra. Martínez lo escuchó atentamente.
—Entiendo que esto debe ser muy difícil para ti, Luke. La adolescencia es una etapa de muchos cambios, y a veces las amistades también cambian. Pero eso no significa que estés solo. Hay otras personas que pueden convertirse en amigos importantes para ti, y con el tiempo, puede que las cosas con Evan mejoren —dijo, con una voz reconfortante.
Luke asintió, aunque seguía sintiendo la tristeza.
—Intenta enfocarte en lo que te gusta hacer y busca nuevas oportunidades para socializar. Y recuerda, no estás solo. Siempre puedes venir a hablar conmigo cuando lo necesites.
Luke agradeció las palabras de la Sra. Martínez y decidió seguir su consejo. Comenzó a involucrarse más en actividades escolares, tratando de encontrar nuevos amigos y distraerse de la soledad. Participó en el club de teatro y en el equipo de debate, y aunque al principio se sintió fuera de lugar, poco a poco comenzó a disfrutar de las nuevas experiencias.
Un día, mientras estaba en la sala de teatro, conoció a Emma, una chica con una sonrisa brillante y un sentido del humor contagioso. Emma notó su tristeza y, con el tiempo, comenzaron a hablar y a compartir sus historias.
—Hey, Luke. He notado que has estado un poco triste últimamente. ¿Te gustaría hablar? —preguntó Emma, un día después de una reunión del club.
—Sí, gracias, Emma. Ha sido un año difícil —respondió Luke, agradecido por su amabilidad.
A medida que pasaba el tiempo, Luke encontró en Emma un nuevo amigo. Aunque nunca podría reemplazar a Evan o a Aiden, Emma le ofreció una nueva perspectiva y una compañía que necesitaba desesperadamente.
Una tarde, mientras caminaban juntos por el parque, Emma le dijo algo que resonó profundamente en Luke.
—Sabes, Luke, a veces las personas que pensamos que estarán con nosotros para siempre se alejan. Pero eso no significa que nuestra historia termine. Significa que tenemos la oportunidad de escribir nuevos capítulos, con nuevas personas que pueden sorprendernos de maneras maravillosas.
Luke sonrió, sintiendo que, aunque el camino había sido duro, estaba comenzando a encontrar su lugar nuevamente.
El año continuó, y aunque la ausencia de Aiden y la distancia con Evan seguían doliendo, Luke aprendió a aceptar los cambios. Se concentró en sus estudios, en sus nuevos amigos y en las actividades que le apasionaban.
Un día, mientras estaba en la cafetería de la escuela, vio a Evan sentado solo. Dudó por un momento, pero finalmente decidió acercarse.
—Hola, Evan. ¿Te importa si me siento contigo? —preguntó Luke, con una sonrisa.
—Claro, Luke. Me alegra verte —respondió Evan, con una mirada que sugería arrepentimiento.
Se sentaron y comenzaron a hablar. Evan le explicó que había estado pasando por un momento difícil y que se había distanciado sin darse cuenta del daño que estaba causando.
—Lo siento mucho, Luke. No quise hacerte sentir abandonado —dijo Evan, con sinceridad.
—Yo también lo siento, Evan. Extrañé mucho nuestra amistad —respondió Luke, sintiendo una mezcla de alivio y esperanza.
Aunque sabían que las cosas nunca serían exactamente como antes, ambos estaban dispuestos a intentarlo. Luke supo que, aunque la vida cambia y las personas se alejan, siempre hay espacio para nuevas oportunidades y reconciliaciones.
Con el tiempo, Luke encontró un equilibrio, aceptando los cambios y valorando las nuevas amistades que había hecho. Aprendió que, aunque la vida puede ser incierta y a veces dolorosa, siempre hay una luz al final del túnel y nuevas personas que pueden traer alegría y esperanza a su vida.
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No elegí enamorarme de ti
RandomLuke Myers es un chico de 14 años, quien estara cursando primer semestre de preparatoria, ahi conoce a Aiden y a Evan, quienes se convertiran en grandes amigos, pero su amistad podria verse afectada cuando uno de ellos se enamore de alguno de ellos...