13: Distante y cortante

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Con el paso del tiempo, y después de la cuarentena, las cosas con Aiden se volvieron aún más complicadas. Aunque Aiden seguía siendo parte de la vida de Luke, su comportamiento se volvió cada vez más distante y cortante. Las conversaciones entre ellos se hicieron tensas y llenas de silencios incómodos. Lo que antes eran charlas animadas y llenas de complicidad ahora eran encuentros breves y fríos, impregnados de una sensación de incomodidad y desasosiego.

Una tarde, después de la escuela, Luke se encontró con Aiden en el pasillo. Había estado dándole vueltas a la situación durante días, intentando entender qué había cambiado y cómo podía arreglarlo. Decidió que ya no podía seguir evitando el tema y que era necesario hablar sobre lo que estaba pasando. Con el corazón latiendo con fuerza y una mezcla de ansiedad y determinación, se acercó a Aiden.

—Aiden, he notado que te has vuelto más distante últimamente. ¿Está todo bien? —preguntó Luke, su voz temblando con la preocupación.

Aiden lo miró con una expresión fría y distante, una mirada que Luke apenas reconocía.

—Sí, estoy bien. Solo he estado ocupado y con muchas cosas en la cabeza —respondió Aiden, con un tono que parecía más cortante de lo necesario.

Luke sintió una punzada de dolor en el pecho. Las palabras de Aiden eran como cuchillos que desgarraban la esperanza que aún intentaba aferrarse. La distancia entre ellos se sentía casi tangible, como un muro invisible que se había levantado entre ellos. Luke recordó los días en que solían reír juntos y compartir sus sueños y miedos. Ahora, esos momentos parecían lejanos y casi irreales.

—Parece que tienes mucho en mente —dijo Luke, tratando de mantener la calma y buscando alguna señal de empatía en los ojos de Aiden. —Solo quería saber si había algo en lo que pudiera ayudarte.

Aiden suspiró y miró a Luke con una mezcla de cansancio y frustración. Su postura rígida y su expresión dura eran señales claras de que algo profundo lo estaba afectando.

—No es nada personal, Luke. Es solo que... hay cosas que necesito resolver por mi cuenta. No es que no quiera hablar contigo, es solo que no estoy en el mejor lugar en este momento —dijo Aiden, con una falta de empatía que hirió a Luke.

Las palabras de Aiden resonaron en la mente de Luke como un eco doloroso. Cada sílaba parecía alejarlo más de la esperanza de recuperar la cercanía que una vez compartieron. Luke asintió, aunque el dolor era evidente en su rostro. Sabía que Aiden estaba luchando con sus propios problemas, pero la frialdad y la distancia le resultaban insoportables. A medida que Aiden se alejaba, Luke sentía que el vínculo que una vez los unió se estaba desmoronando aún más.

Con cada interacción tensa, Luke se sentía más perdido. La esperanza de una reconciliación se desvanecía, reemplazada por una tristeza creciente y un sentimiento de desamparo. La distancia de Aiden solo acentuó la soledad que había estado sintiendo desde la ruptura. A pesar de sus intentos de seguir adelante, Luke seguía atrapado en una red de emociones complejas, buscando una manera de sanar y encontrar paz en medio del caos emocional.

Los días pasaban lentamente, y la rutina escolar, que solía ser una distracción, ahora solo acentuaba su desdicha. Luke observaba a Aiden desde lejos, notando cada pequeño cambio en su comportamiento. Los encuentros casuales en los pasillos, que antes llenaban de calidez su día, ahora eran un recordatorio constante de lo que había perdido. La indiferencia de Aiden era una herida abierta que no dejaba de sangrar.

Una tarde, Luke decidió hablar con Evan sobre lo que estaba ocurriendo. Evan siempre había sido su pilar de apoyo, alguien en quien podía confiar. Se encontraron en el parque, un lugar donde solían ir cuando necesitaban hablar sin ser interrumpidos.

—Evan, ya no puedo soportarlo más. Aiden se ha vuelto tan distante y frío. No sé qué hacer —confesó Luke, su voz quebrándose bajo el peso de su tristeza.

Evan lo miró con comprensión y empatía. —Lo siento mucho, Luke. Sé lo importante que es Aiden para ti. ¿Has intentado hablar con él directamente sobre cómo te sientes?

—Lo he intentado, pero él solo dice que está ocupado y tiene muchas cosas en la cabeza. Parece que ya no le importa nuestra amistad —respondió Luke, sintiendo cómo las lágrimas empezaban a acumularse en sus ojos.

Evan suspiró y puso una mano en el hombro de Luke. —A veces, las personas se distancian porque están lidiando con sus propios problemas. No significa que no te valore, pero puede que no sepa cómo pedir ayuda o cómo manejar lo que está pasando.

—Lo sé, pero duele tanto verlo así. Siento que estoy perdiendo a mi mejor amigo y no puedo hacer nada al respecto —dijo Luke, finalmente dejando que las lágrimas fluyeran.

Evan lo abrazó, ofreciéndole el consuelo que tanto necesitaba. —Estoy aquí para ti, Luke. Pase lo que pase, siempre tendrás mi apoyo.

A pesar del apoyo de Evan, Luke seguía sintiéndose atrapado en un ciclo de tristeza y confusión. Cada vez que veía a Aiden, su corazón se rompía un poco más. Las conversaciones cortantes y los silencios incómodos se habían convertido en una rutina dolorosa que no sabía cómo romper. Sentía que la distancia entre ellos crecía con cada día que pasaba, y la esperanza de recuperar su amistad se desvanecía lentamente.

En casa, Luke pasaba horas revisando viejas fotos y mensajes, tratando de encontrar algún indicio de lo que había salido mal. Cada imagen y cada palabra eran recordatorios de tiempos más felices, momentos que ahora parecían tan lejanos y fuera de alcance. Se preguntaba si alguna vez podrían volver a ser como antes, si la brecha que se había abierto entre ellos podría cerrarse.

Un día, mientras caminaba solo por el parque, Luke se dio cuenta de que necesitaba encontrar una manera de seguir adelante, independientemente de lo que pasara con Aiden. No podía seguir aferrado a la esperanza de una reconciliación que tal vez nunca llegaría. Tenía que aprender a cuidar de sí mismo y encontrar la fuerza para seguir adelante, incluso si eso significaba aceptar que su amistad con Aiden nunca sería la misma.

Esa noche, Luke escribió en su diario:

"Es difícil aceptar que algunas cosas no están destinadas a ser. Aiden siempre será importante para mí, pero no puedo seguir permitiendo que su distancia me destruya. Debo encontrar la manera de sanar y seguir adelante, aunque me duela. Espero que algún día podamos volver a ser amigos, pero por ahora, debo enfocarme en encontrar mi propia paz."

Con el tiempo, Luke comenzó a centrarse más en sí mismo y en sus propios intereses. Empezó a pasar más tiempo con otros amigos, retomó sus hobbies y encontró consuelo en actividades que solía disfrutar. Aunque el dolor seguía presente, poco a poco, comenzó a sentir que podía respirar de nuevo.

Aiden seguía siendo una figura distante en su vida, pero Luke aprendió a aceptar la situación. Entendió que no siempre podía controlar las acciones y sentimientos de los demás, pero sí podía controlar cómo respondía a ellos. Con cada día que pasaba, Luke se volvió más fuerte y más capaz de enfrentar sus emociones.

La distancia y la frialdad de Aiden ya no eran la carga insuperable que solían ser. Aunque la herida seguía sanando, Luke encontró la manera de seguir adelante, de encontrar alegría y significado en otras áreas de su vida. Aprendió que, a veces, dejar ir era el acto más valiente que podía hacer, y en ese proceso, descubrió una nueva fuerza y resiliencia dentro de sí mismo..

No elegí enamorarme de tiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora