18. Graduación

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La graduación de la preparatoria era un momento que Luke había esperado con ansias. Después de años de esfuerzo, sacrificio y perseverancia, el día finalmente había llegado. El auditorio de la escuela estaba decorado con banderas y globos, y la emoción flotaba en el aire. Luke miró a su alrededor, sintiendo una mezcla de orgullo y tristeza mientras los compañeros y familiares se preparaban para la ceremonia.

Cuando el acto comenzó, Luke se encontró rodeado de compañeros que compartían el mismo logro, todos vestidos con sus togas y birretes. El ambiente era festivo, lleno de aplausos y sonrisas. A pesar de la alegría colectiva, Luke no podía evitar sentir una profunda tristeza que nublaba su felicidad.

Se ubicó en su lugar en el escenario, observando a sus compañeros recibir sus diplomas. En su mente, repasó el largo camino que había recorrido para llegar hasta allí, los desafíos y las victorias, y cómo este logro representaba una meta alcanzada. Sin embargo, la presencia de Aiden en la ceremonia era un recordatorio constante de la distancia emocional que los separaba.

Aiden estaba en el mismo auditorio, pero no cerca de Luke. Se encontraba en un rincón, conversando animadamente con sus nuevos amigos, sin prestarle mucha atención a lo que ocurría alrededor. La indiferencia de Aiden hacia él parecía más pronunciada en un día que debería ser alegre y lleno de celebración. La ausencia de una palabra de felicitación, un gesto de amistad o siquiera una mirada amistosa le dolía más de lo que Luke podía expresar.

Mientras subía al escenario para recibir su diploma, Luke sintió una oleada de emociones encontradas. La sensación de haber alcanzado un hito importante en su vida estaba mezclada con el peso de la soledad y el desdén de Aiden. El diploma en sus manos era el símbolo de su esfuerzo y dedicación, pero también era un recordatorio de que, a pesar de todo, las cosas no eran como solían ser.

Después de la ceremonia, Luke se reunió con su familia y amigos cercanos para celebrar. La alegría de sus seres queridos era palpable, y Luke hizo su mejor esfuerzo por disfrutar el momento, sonriendo y agradeciendo a todos por su apoyo. Sin embargo, la tristeza persistente no desapareció completamente.

Al final del día, mientras ayudaba a limpiar y organizar el lugar, Luke vio a Aiden a lo lejos, hablando con un grupo de amigos y, de nuevo, evitando cualquier tipo de interacción con él. Luke se sintió desalentado, la indiferencia de Aiden era un recordatorio doloroso de lo lejos que habían llegado. Aunque estaba rodeado de gente que lo apreciaba, el vacío que Aiden había dejado en su vida seguía siendo palpable.

Mientras se despedía de sus amigos y familiares, Luke se tomó un momento para reflexionar sobre el día. A pesar de la tristeza y el desánimo, se dio cuenta de que su graduación representaba mucho más que un simple logro académico. Era un testimonio de su fortaleza y capacidad para seguir adelante a pesar de las adversidades.

Luke decidió que, aunque la presencia de Aiden en su vida ya no era la misma, seguiría adelante con el mismo coraje y determinación que había demostrado durante su tiempo en la preparatoria. La graduación era un nuevo comienzo, una oportunidad para construir un futuro en el que él pudiera encontrar la felicidad y el éxito, sin importar las heridas del pasado.

Con una mezcla de tristeza y esperanza, Luke se despidió de su etapa escolar, listo para enfrentar los nuevos desafíos que el futuro le deparara. Aunque Aiden seguía siendo una parte importante de su pasado, Luke estaba decidido a seguir adelante, a buscar nuevas experiencias y a encontrar su propio camino hacia la felicidad.

No elegí enamorarme de tiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora