El perdón es la paz.

316 38 25
                                    

Antes de que Sam se durmiera, fue rápidamente a la habitación de sus padres y otra vez intentó despertar a Alastor.

Samael — Papi...ya ha pasado mucho tiempo...¿Por qué no despiertas?, dijiste que...cuando creciera me enseñarías muchas cosas...por favor enséñamelas ahora porfis te lo ruego...

Este por un momento cayó de rodillas al suelo mientras en su mano tenía la de su padre acariciándola lentamente.

Samael — Espera...YA SÉ.

Sam recordó la vez que curó a Azrael en el cielo, este puso sus manos en el pecho de su padre pero ese poder ya no funcionana, fue uno que Dios lo otorgó y en el infierno no podía ser usado.

Samael — No no no no PAPÁ, PAPÁ POR FAVOR...NO TE MUERAS, YO VOY A SALVARTE TE LO JURO
— Este desesperado volvía a intentar una y otra vez pero no funcionaba —

Azrael llegó rápidamente y lo apartó de su padre.

Sam — SUÉLTAME, QUIERO ESTAR CON ÉL, QUIERO IRME CON ÉL, DONDE SEA QUE ESTÉ DEBE DE SENTIRSE MUY SOLITO...ÉL ÉL NECESITA A ALGUIEN, ME NECESITA...

Azrael notó como el cuerpo de Sam se durmió y este por tanta lloradera y el efecto de la pastilla, se durmió.

El arcángel lo dejó en su habitación nuevamente.

En el momento que Sam se durmió, este se levantó y fue a la habitación para ver a Alastor.

Azrael — Hay algo extraño aquí...

Este miraba al rededor de la habitación, un arcángel de la muerte sabe perfectamente cuando un alma no podrá descansar en paz y probablemente quede vagando sin rumbo alguno.

Azrael — Alastor, tú todavía estás aquí, ¿Puedes manifestarte de alguna forma?

De la nada un cuchillo fue lanzado hasta Azrael, pero este con un reflejo increíble lo detuvo, incluso sin mirar de donde provenía aquel cuchillo.

Azrael — Era manifestarte, no llevarme contigo.

De la nada aparece la silueta de Alastor frente Azrael, pero este nota como en su cuello hay una cadena.

Azrael — ¿Quién tiene tu alma?

Alastor — Lilith.

Azrael — ¿Lilith?, ¿Por qué?

Alastor — Hice un trato con ella.

Azrael — A ver, no comprendo nada...

Alastor — Eso no importa...¿Dónde está mi marido y mis hijos?

Azrael — Sam está en su recámara y Lucifer no lo sé...

Alastor — Voy a verlos.

Azrael — Ellos no pueden verte.

Alastor — Pero, tú puedes...

Azrael — Soy el arcángel de la muerte, llevo almas al purgatorio en cada exterminio, es normal que pueda ver el alma de los difuntos recientemente.

Alastor — Buscaré a mi marido.

Azrael — ... (Trataba de comprender toda la situación)

Los hijos de Lucifer. (RadioApple)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora