Los hijos de Lucifer. (RadioApple)

Me mintió.

A la mañana siguiente Azrael estaba demasiado cansado como para ir a la reunión. Samael se levantó y dejó que Azrael durmiera.

Samael se fue directamente al palacio de reuniones y se encontró con algunos.

Gabriel — Ohh holaa

Samael — Buenos días.

Michael — ¿Qué tal?

Samael — Bien, ¿Ustedes?

Michael — Todo bien

Gabriel — Genial

Michael — ¿Y Azrael?

Samael — Está muy agotado.

Gabriel — Nada nuevo.

Samael salió un momento para buscar algo de tomar.

Gabriel — Casi

Michael — No es por hablar mal pero es una falta de respeto para él y para su padre...

Gabriel — Es que, ¿No lo has notado?

Michael — Uhm...

Gabriel — ¿Será qué Azrael tiene algo con Samael?

Michael — Gabriel...Azrael estuvo con Lucifer cuando era un ángel, ¿Crees qué sería capaz de estar con su hijo?

Gabriel — Sí.

Michael — Aún recuerdo ese tiempo...Azrael era tan diferente a lo que es ahora.

Gabriel — Es obvio, él amaba a Lucifer.

Michael — Azrael era tan distinto...era como si Lucifer lo complementara al cien.

Gabriel — Uy sí, aparte siempre se la pasaba hablando y ahora nada

Michael — Igual debe de ser bastante horrible tener una pareja a la que ames con todo tu ser y que se revele contra su propia autoridad o sea...

Gabriel — Literalmente Dios jamás hubiera permitido una relación así, un serafín y un arcángel...

Michael — Azrael hubiera buscado la forma, pero sabes...¿Lo qué más pena me da?

Gabriel — ¿Uhm?

Michael — Es que Azrael le iba a pedir matrimonio a Lucifer, justo el día que él se reveló.

Gabriel — Ay...

Michael — A veces si me da mucha pena por Azrael...

Gabriel — ¿Y ahora Lucifer está casado con?

Michael — No lo sé, creo que con otro demonio igual que él.

Gabriel — Es una pena que Lucifer ya no esté aquí, las cosas siempre estaban en orden.

Michael — Leroy hace bien su trabajo pero...creo que nosotros nos acostumbramos más a la forma de Lucifer.

Samael atrás de la puerta escuchando cada palabra que decían, sintió como si su corazón se rompía en mil pedazos al enterarse que realmente Azrael tuvo algo con su padre y que para variar le iba a pedir matrimonio.

Leo apareció atrás de este.

Leo — ¿Qué haces?

Samael — ¡Ah!, mierda...hijo de puta, avisa.