Parte 1

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Victoria

- ¡VICTORIA! - gritó mi profesor de mates Gonzalo un tío amargado que odia a todos sus alumnos.
- Lo siento- dije con voz adormilada.
- Presta atención en clase o te llevarás un parte y te recuerdo que ya te puse uno por comer chicle, también te lo puedo poner por dormir. Avisada estás.
- Si profesor, no lo haré más - dije yo con una sonrisa bastante falsa.

Al terminar mis 6 horas de instituto diarias me fui a casa en metro, cuando llegué mi madre había preparado unos ricos filetes empanados para las dos.
Luego el día transcurrió como siempre, leí, vi mi teléfono, hablé con mi mejor amiga Clara y poco más.

Cuando me desperté al día siguiente fui al starbucks ya que me había levantado a las cinco no sé ni porque pero bueno.

- Hola, buenos días, me pone un capuchino y un croissant relleno de chocolate ¿porfavor?.
- Claro guapa en nada te lo traigo, puedes esperar en una mesita.
- Genial... gracias.

- Aquí tienes preciosa, tu capuchino y tu croissant aunque me puedes pagar de otra forma.- me tocó el muslo y luego un poco más abajo, grité como pude ya que me tapó la boca, solo estábamos él y yo en el local, tenía mucho miedo me estaba violando y acosando.

Cuando subió su mano hacia mi busto entró un chico moreno, alto , muy guapo, con brackets, y en chándal por la puerta. Corrió hacia mí.

- ¡Suéltala desgraciado! ¿Crees acaso que le gusta lo que haces? ¡Subnormal! ¡Violador de mierda!- me quedé atónita con ese chico. Me tendió la mano y me sacó del starbucks, seguidamente nos sentamos en un banco de la calle.
- Gracias de verdad, no sé qué hubiera pasado si tú no hubieras entrado. Muchísimas gracias de verdad.- Lo abracé estaba muy agradecida.
- No hace falta que me des las gracias, ese tío es un capullo, y encima no podías hacer nada, ¿estás bien, te ha hecho daño?- preguntó aquel moreno preocupado.
- Haber... me ha tocado muy fuerte y me ha dolido un poco.
- ¿Quieres que te compre algo?, agua tal vez o lo que quieras, de verdad
- No hace falta que me compres nada, pero viendo que me he gastado el dinero en starbucks, agua no me vendría mal.
- Vamos a esta tienda mismo- dijo él señalando una tiendecita de barrio.

Compramos una botella de agua y me llevó a desayunar.

- Oye, ¿sabes quién soy?- preguntó el moreno
- Uhmmm..... no me lo has dicho, no no sé quién eres jajaj- reí
- Que raro, bueno pues encantado soy Lamine Yamal.- me quedé sorprendida, abrí los ojos como platos.
- Mi amiga me habla mucho de ti, dice que le encantaría tener 100 hijos tuyos. Está loca- le dije a Lamine.
- Jajajaj bueno chica... tu como te llamas.
- Victoria, Victoria Ávila encantada Lamine.
- ¿Qué te parece si me acompañas a entrenar? Verás si no quieres no pasa nada te llevo a tu casa.- me ofreció
- Vale estaría bien ver a un futbolista entrenar.
- Genial pues voy a llamar a mi chofer.
- Valeee gracias otra vez.- el solo sonrío y llamo por teléfono me sorprendió que el chofer llegó en menos de 5 minutos.

- Bueno Victoria pues este es el campo donde entrenan los jugadores del barça.- dijo sonriendo
- Impresionante, por cierto ¿yo que hago?
- Siéntate en un banquillo al lado mío, pero antes te voy a presentar a los chicos, vente.- me guió hasta los vestuarios y al entrar estaba Balde sin camiseta y en calzoncillos, salí corriendo a la puerta.

- Tranquila morena que no pasa nada, solo son los mejores abdominales que vas a ver en tu vida.
- Pobrecito no acepta su realidad, que no tiene- escuché decir a Héctor y me reí tan fuerte que creo que me oyeron todos porque me dijeron que pasara.
- Bueno y esta chica tan mona ¿quien es?- dijo Balde sonriéndome y después guiñándome un ojo.
- Está es Victoria, y la he conocido esta mañana, es una larga historia.
- Encantada de conoceros a todos, parecéis muy majos.
- Tu más guapa.- dijo Héctor
- Bueno ¿paráis ya de ligar con ella?
- Ojo que se pone celoso el lamine.- dijeron riéndose Héctor y balde.
- Sois gilipollas los dos.- dijo lamine

Entrenaron y la verdad creo que me pillaron sonrojada al ver a lamine sonreírme, tenía una sonrisa muy bonita la verdad.
Termino el entreno y lamine, Héctor, y balde se ofrecieron para llevarme a casa.

- ¿Te llevo a casa morena? - dijo balde acto seguido dijo lo mismo Héctor.
- ¿Te llevo yo?
- No gracias, me quería ir con lamine.
- Exacto se va conmigo chicos- dijo lamine vacilando a sus compañeros.

- Bueno Victoria ¿me darías tu número para seguir hablando y si eso te recojo otro día?
- Claro, me encantaría salir contigo otro día.
Le di mi número y le di las gracias por todo nuevamente.

Al entrar a casa mi madre me preguntó que quien era el chico que estaba ahí vestido con un chándal del Barça.

- Cariño, ¿quién era ese chico?
- Pues mamá, me fui a la cafetería y un camarero me tocó... y él le apartó me sacó de allí y me llevó a verlo entrenar.
- Cariño es horrible lo que ha pasado ya denunciaré yo a ese hijo de puta que te ha tocado, no te preocupes por nada. Pero no me has respondido.- dijo mi madre burlonamente.
- Es lamine yamal el jugador del Barça del que habla mucho Carla.
- Que bien cariño, me alegro de que ese chico te haya salvado.

Love storyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora