𝗠𝗶𝗻𝗶𝗻𝗮⥃𝗥𝗼𝗱𝗿𝗶𝗴𝗼 𝗖𝗮𝗿𝗿𝗲𝗿𝗮

𝖸𝖺 𝖭𝗈 𝖲𝗈𝗒 𝖠𝗌𝗂

𝘈𝘵𝘦𝘯𝘦𝘢

—Ey ¿Nos podés poner atención? —deje mi celular a un lado y me disculpe con mis amigos.

—Escúchame —dijo Uni —¿Por qué tanta mala onda con Carre? —.

—Otra vez con lo mismo —rodé los ojos —amigo, simplemente no me cae bien —.

—¿Pero por qué? —.

—Y no sé, es muy infantil, no me van las personas así —.

Ger e Iván se vieron de arriba a abajo entre sí, haciendo una cara de desacuerdo. Sabía a lo que se referían.

—A ver, a ustedes los conocí mucho antes, ya no me van las personas así —corregí.

—Esa, no es una respuesta válida —Iván me regañó.

—Claro que si lo es —.

—Prima, pero si vos eras exactamente igual a Carre —.

Ellos me habían conocido cuando yo era así, pero no sabían la razón por la cual había cambiado.

—Yo sé, pero ya no soy así German —.

—No bueno, si no nos decís no nos damos cuenta —ironizó Iván.

—Bueno, bánquensela, yo ya no soy como antes y no me banco a su amigo —solté desesperada.

Me levante de mi lugar tomando mis cosas con intención de irme a la mierda, pero Ger me lo impidió.

—Ey no, para —dijo agarrándome del brazo —no te vayas, estábamos jodiendo —.

Yo me senté otra vez, ellos me veían fijamente y yo les evadía la mirada. Cuando conecté mi mirada con las de mis amigos, comencé a sentir como lágrimas salían de mis ojos, desvié la mirada otra vez intentando limpiar mis lágrimas.

—Vicci, ¿qué está pasando? —preguntó Iván con un tono dulce.

No les respondí, porque comencé a llorar más fuerte, no quería meter a mis amigos en mis problemas, no quería que se preocuparan al pedo.

Pude sentir como los dos se sentaban en el sillón en donde estaba yo, cada uno a mi lado. Ger comenzó a acariciar mi espalda. Iván no era de contacto físico, pero aun así no dudo en abrazarme.

—No te lo guardes Vicci, no es bueno —dijo Ger —tampoco te vamos a obligar a que hables, pero sabes que cuando querrás, aquí vamos a estar —.

—Confía en nosotros, mira cómo estás, sea lo que sea, esa situación te tiene echa mierda y no nos gusta verte así —.

—Gracias chicos, pero de verdad no los quiero preocupar al pedo, son cosas mías y ya estoy viendo cómo me las arreglo —dije restándole importancia a mi estado actual, secándome las lágrimas.