𝗠𝗶𝗻𝗶𝗻𝗮⥃𝗥𝗼𝗱𝗿𝗶𝗴𝗼 𝗖𝗮𝗿𝗿𝗲𝗿𝗮

¿𝖵𝗈𝖼𝖾 𝖵𝖺𝗂 𝖫𝗎𝗍𝖺𝗋?

𝘈𝘵𝘦𝘯𝘦𝘢

—¿Qué haces tu aquí? —grito.

—¿No puedo venir a visitar a mi mejor amiga? —conteste abriendo mis brazos lista para recibirla.

Meli salió corriendo lo más rápido que pudo y salto encima de mí, por la fuerza con la que iba, nos tambaleamos un poco, pero gracias a dios pude controlarlo y no nos caímos. Cuando se bajó me volvió a abrazar y empezamos a saltar. Todos en su universidad nos veían, algunos divertidos por la escena y otros nos veían como bichos raros.

—Ya enserio, ¿Qué haces aquí? —volvió a preguntar.

—Y quise venir antes para estar contigo —ella me sonrió y me volvió a abrazar.

le quite su mochila, poniéndomela yo, pase mi brazo por arriba de sus hombros y empezamos a caminar hacia su carro en lo que íbamos hablando de todo un poco.

—¿Venís sola? —.

—Si Melissa, Ger no viene conmigo —la moleste, pero ella hizo un puchero —¿POSTA ME PREGUNTAS SI VIENE GER? Sos una forra Melissa —la solté y seguí caminando sola.

Amo hacer drama.

—Era broma, Vicci —me alcanzo y tomo mi brazo, pero yo me solté.

—Todavía que viajo antes, pera venir a verte y pasar tiempo solo las dos y vos de lo primero que me preguntas es si viene el pajero de German conmigo —.

—Es que a él también lo extraño, perdón —.

—No, deja, está bien, ya vi que para vos vale más un pito que nuestra amistad —.

ella solo largo una carcajada, sabía que estaba haciendo drama por joder, así que no se tomó enserio nada de lo que dije.

subimos al carro y ella arranco con camino a su departamento, en el camino fuimos escuchando música al palo, tanto que la gente en los semáforos nos veía raro por lo ruidosas y escandalosas que estábamos. Después de un par de canciones más del Duko, al fin llegamos a depa de Meli, así que bajamos del auto y entramos al edificio.

—Sentite libre, es tu casa —yo fui directo a acostarme al sillón —¿algo de tomar? —pregunto.

—Un vaso de jugo si tenes, porfa —ella asintió y se fue a la cocina.

yo me quede viendo el celu, respondiendo mensajes y aproveche para presumirle al gordo que estaba con Meli.

—Eu, ¿O que há entre você e o anão? —pregunto sentandose en el sillón, dándome mi vaso.

Le recibí el vaso mientras me iba sentando —¿con quién? —le di un trago a mi jugo.

—Dale, hacete la otra —yo me reí.

—Si hablas de Rodrigo, pues nada, ya te dije que me cae para el orto —.

—Eu não acredito em você —.