Capítulo 3: Un gran propósito

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El cuerpo es frágil y las heridas duelen. Sin embargo, una mente fragmentada entre el pasado y el presente termina por destruirte


...

- ¡Dante! ¡Hazme caso por un demonio! -gritaba una voz desconocida, con un eco que retumbaba en todo el lugar-

Dante se hallaba de pie en un lugar completamente en blanco, desde el suelo que pisaba hasta la infinidad que se alzaba ante él. Se sentía frío, pero su cuerpo no tiritaba.

- ¿Dónde estoy? ¿Me morí? -preguntó al aire, pues se hallaba solo-

- No exactamente.

- ¿Eh? ¿Quién dijo eso?

- Por el momento no deberías saberlo... Solo te diré que te encuentras en un limbo entre la vida y la muerte. -contestó la voz-

- No sé qué decir al respecto. -contestó Dante caminando de a pocos por aquel lugar- Solo buscaré una salida, supongo.

- Todo esto debía pasar. Lo sabes. ¿Verdad?

- ¿A qué te refieres? -preguntó el chico sin dejar de caminar y mirando a su alrededor-

- Desde la infidelidad hasta lo que estás viviendo hoy por hoy. Todo ello debía pasar. -respondió la voz que parecía venir de todos lados en el espacio-

- ¡¿Cómo sabes eso?! -gritó Dante-

- Eres importante Dante Sánchez. El hilo de la continuidad de nuestra realidad jamás dependió tanto de una sola persona, y sin embargo supiste resolverlo.

- Me importa un carajo. -dijo mientras se detenía- Si pudiera volver al pasado y evitar lo que  hice...

- Esa chica hubiera sido vejada. -interrumpió la voz- Y créeme que muchas más morirían en un futuro si no hubieras hecho lo que hiciste.

- ¿Crees que quería eso? ¡Mi vida era perfecta! -volvió a gritar-

- Y aún así le hiciste daño a la persona que puso su vida en tus manos. Que te amo tanto como para verse contigo. Xiomara sufrió mucho por tu culpa.

- ¡Si soy tan malo por qué tenía qué pasarme a mí! No soy alguien valiente, no sé ni siquiera pelear. ¡Puta madre no soy un héroe! Y estos poderes hasta ahora solo hicieron que me esté muriendo.

- "Quis potest esse lux" -replicó la voz- ¿Recuerdas eso?

- S-sí... -contestó- Era la inscripción que tenía aquella caja.

- "Cualquiera puede ser luz". Pero no puede existir la luz sin oscuridad, y para que una estrella nazca una nebulosa debe colapsar. Dios, el destino, o como quieras llamarlo te eligió a ti en la infinidad de posibilidades existían. Y no porque en el presente fueras alguien fuerte e intrépido que estuviera dispuesto a lo que sea, sino por la capacidad de ello en ti. Tienes un gran propósito en esta vida, solo debes encontrar el balance.

- ¿Balance?

- Entre el pasado y tu presente. Levántate. Levántate...

...

Se despertó un tanto confundido, en medio de un fuerte aroma a fierro oxidado y sintiendo humedad entera recorriendo su cuerpo, sobre todo en la parte baja de su vientre. Mientras los recuerdos volvían a él y la lucidez se hacía presente, Dante se levantó tambaleante del piso con la ropa manchada de sangre casi en su totalidad. Había perdido bastante sangre por lo visto. Una vez erguido recordó la pelea de la noche anterior, la chica en peligro y al malnacido que lo había apuñalado en un costado del cuerpo. Estaba preocupado, pero vivo. Ya estaba dispuesto a ir al hospital en cuanto recuperara el aliento; sin embargo cuando desató su casaca que había puesto como venda y se palpó donde le habían clavado la navaja descubrió que la herida ya no estaba. Su camiseta estaba rota, producto de que le habían incrustado un objeto punzocortante hasta el fondo, y aún así no había boquete ni tajo alguno que diera fe de que había sido herido de gravedad.

Teleport: En Todos LadosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora