Polos Opuestos || Jenna Ortega x Fem.

Capítulo 13 - Querido Papá....

Charlie salió de la habitación, tomó asiento y comenzó a reflexionar.

— ¿Estás bien? — preguntó Jenna en voz baja.

Charlie suspiró y miró a Jenna, viendo en sus ojos una genuina preocupación.

— Es solo... todo esto. Me siento responsable, aunque sé que no debería. —

Jenna asintió, entendiendo sus sentimientos.

—Es normal sentirse así. Pero Pierce está bien y está claro que te quiere mucho. Hiciste lo mejor que pudiste para animarla. —

Charlie miró a Pierce, que seguía riéndose con su familia y con Aliyah, y sonrió un poco.

— Supongo que tienes razón. Es solo que... a veces todo parece tan abrumador. —

— Lo entiendo. — dijo Jenna, apoyando su mano en el hombro de Charlie, — Pero no estás sola. Tienes a tu familia y amigos. Y... también me tienes a mí, si alguna vez necesitas hablar. —

Charlie la miró, sorprendida por la sinceridad de Jenna.

— Okey, aquí es donde yo pregunto, ¿por qué? —

Jenna la miró confundida.

— ¿No deberías odiarme? — frunció el ceño. — ¿Me esfuerzo más?

— ¿Qué? —

— Te arruine la vida, Jenna. — se paró del asintió. — No deberías de preocuparte por mi.

— Pero lo hago.... —

— ¡No, no entiendo! ¡¿Por qué?! — exclamó Charlie, su voz llena de frustración.

Jenna dudaba sobre si confesarlo o no. Finalmente, tomó una profunda respiración y decidió ser honesta.

— Porque... porque a pesar de todo lo que ha pasado, a pesar de lo mucho que nos hemos odiado, me importas, Charlie. Me importas más de lo que quiero admitir. —

Charlie la miró, sorprendida y confundida.

—¿Te importo? —repitió en voz baja, tratando de entender lo que Jenna estaba diciendo.

— Sí, me importas. Y sé que probablemente no tiene sentido, pero no puedo evitar preocuparme por ti. Tal vez sea porque he visto una parte de ti que otros no ven, o porque sé lo que es sentirse sola y confundida. —

Charlie permaneció en silencio, asimilando las palabras de Jenna. Nunca había considerado que Jenna pudiera tener esos sentimientos hacia ella.

— No sé qué decir. — murmuró finalmente.

— No tienes que decir nada. — dijo Jenna suavemente. — Solo quería que lo supieras. No espero que las cosas cambien de la noche a la mañana, pero quiero que sepas que estoy aquí, si alguna vez necesitas a alguien.

Charlie miró a Jenna, y por primera vez, sintió una conexión genuina, una posibilidad de amistad y apoyo que nunca antes había considerado.

— Bien, yo..... — se paró rápido del asiento. — Ire a comprarle algo a Pierce. Espérame aquí.

Se dio la vuelta y comenzó a caminar lejos de allí. Jenna observó mientras se alejaba, sintiendo una mezcla de emociones: alivio por haber sido honesta, pero también incertidumbre sobre lo que podría suceder a continuación.

Charlie salió del hospital y se dirigió a una florería cercana. Al entrar, fue recibida por el suave aroma de flores frescas y la vista de ramos de colores vivos. Caminó entre los arreglos, buscando algo que reflejara lo que sentía por su hermana.