Polos Opuestos || Jenna Ortega x Fem.

THE END.

A los días siguientes, la rutina de la familia Pattinson se tornó aún más relajada y alegre. Cada mañana comenzaba con un desayuno en la terraza, donde disfrutaban de frutas frescas y pan recién horneado mientras el sol se levantaba sobre el horizonte.

Durante el día, exploraron diferentes áreas del hotel, desde la playa privada hasta las piscinas de aguas cristalinas. Madi se emocionaba cada vez que encontraban nuevas conchas marinas en la orilla, mientras que Sam comenzaba a chapotear con más confianza en la piscina infantil. Charlie y Jenna se turnaban para jugar con las niñas, pero también se tomaban momentos para relajarse juntas, disfrutando de la tranquilidad que ofrecía el entorno.

Mientras las niñas dormían profundamente en las camas de sol, Jenna y Charlie aprovecharon el momento para disfrutar de un tiempo a solas. Con pasos silenciosos, se dirigieron a la piscina más cercana, el suave sonido del agua en movimiento creando un ambiente de calma a su alrededor.

Charlie se detuvo al borde de la piscina y miró a Jenna con una sonrisa juguetona. — ¿Te acuerdas de la última vez que hicimos algo así? — preguntó, quitándose la camiseta ligera que llevaba. El destello en sus ojos era inconfundible.

Jenna se rió suavemente, su mirada cálida y llena de cariño. — Si no me equivoco, esa vez terminaste lanzándome al agua sin previo aviso. — Se cruzó de brazos, fingiendo una expresión seria, aunque sus labios traicionaban una sonrisa.

— Bueno, era para asegurarnos de que el agua estuviera lo suficientemente cálida — se defendió Charlie, riendo antes de extenderle una mano a Jenna. — Pero prometo no hacerlo esta vez. A menos que quieras, claro.

Jenna dejó escapar un suspiro divertido, antes de tomar la mano de Charlie y acercarse al borde de la piscina. — No confío en ti ni un poco, pero supongo que arriesgarme es parte del encanto. — Y con esa broma, ambas entraron al agua, dejando que la frescura las envolviera mientras el sol brillaba sobre ellas.

Se miraron por un instante, el mundo alrededor pareciendo desvanecerse. Jenna deslizó sus brazos alrededor de los hombros de Charlie, disfrutando del simple placer de estar cerca, sin tensiones ni preocupaciones. — Gracias por esto — murmuró Jenna, su voz suave. — Por estos momentos en los que todo se siente... bien.

Charlie acarició el rostro de Jenna con ternura, sus ojos llenos de afecto. — Te prometí que encontraríamos la manera de sanar, y lo digo en serio. Aunque sé que aún hay mucho que resolver... quiero que siempre tengamos momentos como este.

Jenna asintió, dejando que la conexión entre ellas hablara más que las palabras. Y allí, en la serenidad del agua y la luz del día, encontraron un breve pero valioso respiro, un recordatorio de que, a pesar de las dificultades, su amor aún podía florecer.

Charlie se inclinó hacia Jenna, sus miradas llenas de emociones que hablaban más que las palabras. Sin más preámbulo, sus labios se encontraron en un beso suave, pero que pronto se volvió más profundo y apasionado. Jenna se dejó llevar por el momento, sintiendo cómo todo a su alrededor se desvanecía, centrando su atención únicamente en Charlie y en la sensación que le provocaba.

De forma instintiva, Jenna rodeó la cintura de Charlie con sus piernas, acercándola aún más, mientras el agua cálida les acariciaba la piel. La conexión entre ambas era palpable, como si en ese instante todo el peso de las dificultades pasadas se desvaneciera, dejándolas envueltas en una burbuja de intimidad.

Charlie sostuvo a Jenna con firmeza, una mano posada en la parte baja de su espalda y la otra acariciando con ternura su rostro. Rompieron el beso solo lo suficiente para mirarse a los ojos, compartiendo una sonrisa cargada de complicidad y cariño.