Temporada 2 / Capítulo 2 - El apagón.

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Un año después del nacimiento de Samantha, la dinámica familiar había cambiado de manera significativa, y no todos los cambios habían sido para bien. Aunque Charlie amaba profundamente a sus dos hijas, sin darse cuenta había comenzado a centrar casi toda su atención en la pequeña Samantha, dejando a Madison, su hija mayor, en un segundo plano.

Madison, que alguna vez había sido el centro de atención de Charlie, ahora se sentía cada vez más relegada. Los momentos especiales que solía compartir con su madre habían disminuido, y las noches de lectura, las caminatas al parque y los juegos juntas se habían vuelto cada vez más raros. Madison era una niña fuerte y resiliente, pero el sentimiento de abandono comenzaba a dejar su huella en su corazón.

Una tarde, mientras Samantha dormía en su cuna, Madison estaba sentada sola en el salón, rodeada de sus juguetes. Jenna, que estaba en la cocina, observó a su hija mayor desde la distancia. Sabía que Madison había estado sintiendo el cambio, y le dolía ver cómo la pequeña se esforzaba por llamar la atención de Charlie, solo para ser ignorada o recibir respuestas cortas y distraídas.

Madison jugaba sola en la sala de estar, concentrada en sus muñecas, creando un pequeño mundo donde todo estaba bajo su control. Pero su juego fue interrumpido por el llanto de Samantha, que resonaba desde la cuna cercana. Madison sabía que su hermanita necesitaba atención, pero estaba acostumbrada a que fuera su mamá quien la calmara.

En ese momento, Charlie entró apresurada en la sala, con una pila de documentos en una mano y su laptop en la otra. Su rostro reflejaba el agotamiento y el estrés acumulado de días, intentando equilibrar su carrera con las demandas de ser madre de dos niñas.

— Madison. — dijo Charlie, tratando de sonar calmada, pero el cansancio era evidente en su tono. — ¿Puedes por favor dejar de jugar y ayudarme con Samantha? Tengo que trabajar en esto. — señaló los papeles que llevaba consigo.

Madison levantó la mirada, sorprendida por la petición. Ella estaba acostumbrada a recibir órdenes, pero algo en la forma en que Charlie lo dijo la hizo sentir como si sus propios deseos no fueran importantes. Su pequeño mundo de muñecas, su escape de la realidad, se desmoronaba ante la urgencia de su madre.

— Pero... mamá, estoy jugando... — respondió Madison en voz baja, con la esperanza de que su madre comprendiera cuánto significaba ese momento para ella.

Charlie, sintiendo la presión del trabajo y los constantes llantos de Samantha, suspiró profundamente. Sabía que su tono no era el mejor, pero en ese momento, la urgencia del trabajo parecía eclipsar todo lo demás.

— Lo sé, Madi, pero necesito que me ayudes ahora. — dijo Charlie, intentando suavizar su voz. — Samantha te necesita, y yo también.

Madison miró de nuevo hacía sus juguetes, luego hacía la cuna donde Samantha seguía llorando, y finalmente a su madre. A pesar de su corta edad, Madison entendía lo que significaba ceder, lo que significaba dejar de lado lo que ella quería para complacer a los demás. Lentamente, dejó sus muñecas en el suelo y se dirigió hacia la cuna, su corazón sintiendo el peso de la responsabilidad que Charlie le estaba colocando.

— Está bien, mamá... — murmuró, aunque dentro de ella, una pequeña parte se rompía.

Charlie le dedicó una sonrisa rápida, una mezcla de agradecimiento y alivio, antes de sumergirse en su trabajo, con la laptop ya abierta y los documentos desparramados sobre la mesa. Sin embargo, no notó cómo Madison, mientras trataba de consolar a Samantha, se sentía cada vez más sola y menos comprendida.

Madison intentó calmar a Samantha, acariciando suavemente su mejilla, pero la sensación de que algo importante se estaba perdiendo entre ella y su madre no la abandonó. Sabía que las cosas habían cambiado desde que Samantha había llegado, pero no entendía por qué su mamá ya no tenía tiempo para ella.

Polos Opuestos || Jenna Ortega x Fem.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora