Capítulo 12: La Obsesión de Mariana

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Después de la dolorosa ruptura con Mariana, Santiago pensó que las cosas finalmente estarían en calma. Sin embargo, lo que él no anticipó fue la intensidad y la persistencia de la obsesión de Mariana, que se manifestaría de maneras inquietantes y perturbadoras.

La primera señal de que Mariana no había aceptado la ruptura fue un mensaje inquietante que Santiago recibió a las pocas horas de la separación. Mariana le envió un mensaje de texto, expresando su furia y desdén por la decisión que él había tomado. Aunque Santiago había esperado una reacción emocional, no estaba preparado para la intensidad de su respuesta.

—¡Eres un ingrato! —escribió Mariana—. No solo me usaste para tu propio beneficio, sino que ahora quieres deshacerte de mí sin más. No dejaré que te vayas tan fácilmente.

Santiago decidió no responder inmediatamente, sabiendo que cualquier respuesta podría empeorar la situación. Sin embargo, los mensajes continuaron llegando, cada uno más desesperado y amenazante que el anterior. Mariana empezó a enviar mensajes en los que decía que no podía vivir sin él, que estaba dispuesta a hacer cualquier cosa para recuperar su amor.

La situación se volvió aún más perturbadora cuando Mariana empezó a aparecer en lugares donde Santiago solía ir. La primera vez que lo hizo fue en el gimnasio al que Santiago había empezado a asistir con regularidad. Mientras estaba en la zona de pesas, Santiago notó una figura familiar a la distancia. Era Mariana, que lo observaba desde el otro lado del gimnasio. Aunque trató de ignorarla y centrarse en su rutina, no pudo evitar sentir una creciente incomodidad.

Poco después, Mariana comenzó a aparecer en lugares comunes: en el parque donde solía correr, en la cafetería donde se reunía con amigos y, sorprendentemente, en su propio vecindario. Santiago se dio cuenta de que estaba siendo acosado de manera sistemática, y el sentimiento de invasión en su vida privada creció. Mariana estaba dispuesta a hacer lo que fuera necesario para estar cerca de él.

La situación escaló cuando Mariana encontró una manera de obtener el nuevo número de teléfono de Santiago. Comenzó a hacer llamadas nocturnas y enviar mensajes en horas inusuales, muchos de los cuales eran mensajes confusos y perturbadores sobre cómo él debía reconsiderar su decisión. Santiago intentó bloquear su número, pero Mariana siempre encontraba una manera de contactarlo, usando números alternativos y cuentas falsas.

Uno de los momentos más impactantes ocurrió una noche cuando Santiago estaba en casa, tratando de relajarse después de una larga jornada. Mientras estaba sentado en el sofá, recibió un golpe fuerte en la puerta. Al abrirla, se encontró con Mariana, que estaba empapada de lluvia y con una expresión de desesperación en su rostro.

—¡No puedo seguir así! —exclamó Mariana, empujando su camino hacia adentro—. ¡Te necesito en mi vida, Santiago!

Santiago, horrorizado, trató de calmarla y le pidió que se fuera, pero Mariana se negó a salir. La situación se volvió tan intensa que Santiago tuvo que llamar a la policía para que intervinieran y la retiraran de su hogar. La experiencia dejó a Santiago profundamente angustiado y asustado, sintiendo que su vida estaba siendo invadida de manera alarmante.

Los días siguientes fueron especialmente difíciles para Santiago. A pesar de la intervención de la policía, Mariana seguía enviando mensajes y llamando desde diferentes números. Santiago tuvo que reforzar sus medidas de seguridad, cambiar sus contraseñas y restringir aún más su información personal para protegerse.

En una conversación con un amigo cercano, Santiago expresó su desesperación y miedo. Su amigo le recomendó buscar asesoramiento legal y considerar una orden de restricción para protegerse de la continua intrusión de Mariana. Santiago tomó esta recomendación en serio y comenzó a consultar con un abogado sobre los pasos necesarios para obtener una orden de restricción.

Mientras tanto, Santiago continuó trabajando en su recuperación emocional, asistiendo a terapia y tratando de retomar su vida con normalidad. Aunque la obsesión de Mariana seguía siendo una sombra en su vida, él estaba decidido a enfrentar la situación con fortaleza y determinación.

La experiencia con Mariana no solo le enseñó a Santiago sobre los límites y la importancia de la protección personal, sino que también reafirmó su necesidad de rodearse de personas que respetaran su bienestar y sus decisiones. Aunque el camino hacia la recuperación estaba lleno de desafíos, Santiago se comprometió a seguir adelante, buscando apoyo en sus amigos, familiares y profesionales mientras enfrentaba esta dura etapa de su vida.

El impacto de la obsesión de Mariana sobre Santiago fue profundo y perturbador, pero también sirvió como un recordatorio de la importancia de la seguridad personal y la salud emocional. A medida que Santiago avanzaba en su proceso de recuperación, se esforzaba por dejar atrás el trauma y encontrar una manera de reconstruir su vida con esperanza y resiliencia.

Santiawer, una historia de romanceWhere stories live. Discover now