Capítulo 10: Nuevos Comienzos y Viejas Heridas

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Los meses pasaron y, aunque la vida continuaba para todos, el dolor de la ruptura seguía presente. Santiago, tratando de rehacer su vida, se encontró en una situación complicada. Aunque Mariana estaba a su lado, la sombra de su relación con Israel seguía afectándolo. Su relación con Mariana, aunque genuina, no era la misma. La culpa y el arrepentimiento aún estaban frescos en su mente, y la comparación constante con lo que había perdido hacía que todo se sintiera incompleto.

Por otro lado, Israel seguía lidiando con su duelo. La depresión que lo había invadido no solo afectó su vida social, sino también su salud física. Había dejado de ir al gimnasio, y su rutina diaria se volvió un ciclo de soledad y tristeza. Sus amigos y familiares estaban preocupados por él, pero Israel se mantenía distante, cerrando las puertas a la ayuda y el consuelo.

Un día, mientras navegaba por Discord, Israel vio un mensaje de uno de sus viejos amigos, quienes le sugerían unirse a un grupo de apoyo en línea para personas que estaban pasando por situaciones similares. Aunque al principio se mostró reacio, decidió unirse, buscando una forma de canalizar sus emociones y empezar a sanar.

En el grupo, encontró personas con experiencias similares que le ofrecieron apoyo y comprensión. Poco a poco, Israel comenzó a abrirse y a hablar sobre sus sentimientos. Este nuevo grupo de amigos le ofreció una perspectiva diferente y le ayudó a encontrar maneras de sobrellevar su dolor. Además, empezaron a alentarle para retomar actividades que solía disfrutar, como el ejercicio, aunque de una manera menos rigurosa que antes.

Santiago, mientras tanto, trataba de ajustar su vida con Mariana. Aunque había intentado comenzar de nuevo, su relación con ella estaba marcada por la sombra de su pasado. Mariana, consciente de la carga emocional de Santiago, hizo todo lo posible por apoyarlo, pero la presencia constante de Israel en sus pensamientos dificultaba su conexión. A pesar de sus esfuerzos, Santiago no podía evitar compararla con Israel y lamentar lo que había perdido.

En una tarde de otoño, Santiago se encontró en la Basílica de Guadalupe, un lugar que había significado mucho para él y para su relación con Israel. Aunque intentaba encontrar consuelo, el lugar solo le recordaba el amor perdido y la devoción que había compartido con Israel. Mientras rezaba frente a la imagen de la Virgen de Guadalupe, sintió una mezcla de tristeza y esperanza, deseando encontrar la paz interior y una nueva dirección para su vida.

En uno de sus días de terapia en línea, Israel recibió una notificación que lo sorprendió: un mensaje de Santiago. El mensaje era breve pero sincero, pidiéndole una oportunidad para hablar. Israel dudó, pero decidió aceptar, sintiendo que era el momento adecuado para cerrar ese capítulo de su vida.

Se encontraron en un pequeño café, un lugar neutral donde ambos pudieran hablar sin presiones. Santiago llegó primero, y cuando Israel apareció, sintió una oleada de emociones encontradas. Se saludaron con una mezcla de cordialidad y nostalgia.

—Israel, gracias por venir —dijo Santiago, con voz temblorosa—. He estado pensando mucho sobre nosotros y lo que pasó.

—Yo también he estado pensando en todo esto —respondió Israel, mirando a Santiago con una mezcla de dolor y curiosidad—. ¿Qué quieres decir?

Santiago tomó un respiro profundo, tratando de encontrar las palabras adecuadas.

—He estado intentando rehacer mi vida con Mariana, pero no puedo evitar sentir que estoy arrastrando el peso de lo que hice. Me siento atrapado entre el pasado y el presente, y sé que nunca podré cambiar lo que pasó, pero quiero pedirte disculpas nuevamente.

Israel asintió lentamente, observando a Santiago con una expresión de comprensión.

—Aprecio tus disculpas, Santiago. No es fácil para mí, pero estoy trabajando en sanar. Me he dado cuenta de que necesito dejar ir el pasado para poder seguir adelante.

Ambos compartieron una conversación sincera sobre sus sentimientos, el dolor que habían experimentado y las lecciones que habían aprendido. Aunque la conversación no resolvió todos sus problemas, permitió que ambos encontraran un cierre parcial y empezaran a enfocarse en sus respectivos caminos hacia la recuperación y el crecimiento personal.

Al final del encuentro, Santiago y Israel se despidieron con una mezcla de tristeza y alivio. Aunque no estaban destinados a estar juntos, ambos sintieron que habían dado un paso importante hacia la sanación y la aceptación.

Santiago volvió a su vida con Mariana, intentando encontrar un equilibrio entre su pasado y su presente. Aunque aún luchaba con la culpa, sabía que debía avanzar y hacer lo mejor posible con lo que tenía.

Israel, por su parte, continuó trabajando en su recuperación y buscando maneras de reconectar con su pasión por el ejercicio y las actividades que solían darle alegría. Aunque el dolor seguía presente, había comenzado a ver un rayo de esperanza en el horizonte.

Santiawer, una historia de romanceWhere stories live. Discover now