la situación habia aumentado, Lando estaba sentado en la cama mientras Mark hacía maravillas con su boca, su teléfono sonó
— sigue con lo tuyo — le dijo a Mark quien asintio
— si?......o esperaba tu llamada......si si.....cuando?......bueno entonces nos vemos ahi.......si.....uh.....por eso no te preocupes.....hasta luego — corto la llamada y se consentro en disfrutar a Mark
El día siguiente llegó, el gimnasio estaba lleno de energía mientras los estudiantes se reunían para ver el partido de baloncesto. Charles y Lando, dos de los jugadores estrella del equipo, estaban listos para darlo todo en la cancha. El ambiente estaba cargado de expectación, con los estudiantes animando y las gradas llenas de pancartas y vítores.
Charles y Lando se encontraban en el vestuario, poniéndose sus uniformes y ajustando sus zapatillas. La charla motivacional del entrenador resonaba en sus oídos, pero ambos sabían que el verdadero desafío estaba en la cancha.
— Vamos a darlo todo, Lando. Este partido es nuestro — dijo Charles, golpeando el hombro de su compañero.
— Claro que sí, Charles. Vamos a demostrar de lo que somos capaces — respondió Lando con determinación.
El silbato del árbitro dio inicio al partido. Charles tomó la pelota en el salto inicial, pasando rápidamente a la ofensiva. Los movimientos eran rápidos y precisos, con ambos equipos mostrando una excelente coordinación. Charles anotó los primeros puntos con un tiro limpio desde la línea de tres, arrancando aplausos de la multitud.
Lando se movía ágilmente por la cancha, defendiendo con tenacidad y buscando oportunidades para robar el balón. Su habilidad para leer el juego era evidente, y pronto consiguió interceptar un pase, llevándose la pelota hasta el otro extremo de la cancha para una bandeja perfecta.
El partido se volvía más intenso. Los rivales no se dejaban intimidar y respondían con jugadas bien planificadas. Charles y Lando trabajaban en perfecta sincronía, pasándose la pelota y creando oportunidades de tiro. La defensa del equipo contrario era fuerte, pero la habilidad de Charles para encontrar huecos en la defensa y la capacidad de Lando para hacer jugadas rápidas les daba la ventaja.
A mitad del segundo cuarto, Charles realizó un impresionante alley-oop, asistido por Lando. La multitud estalló en vítores mientras los dos amigos chocaban las manos en celebración.
Durante el descanso, el entrenador felicitó al equipo por su desempeño, pero también les recordó que aún quedaban dos cuartos por jugar. Charles y Lando se sentaron juntos, hidratándose y revisando la estrategia para la segunda mitad del partido.