𝐍𝐎 𝐄𝐍𝐓𝐈𝐄𝐍𝐃𝐎 - Ushijima Wakatoshi ✓

21 | Emociones

Omnisciente

Después de que Ushijima y el resto del equipo se bañase y se cambiase cada uno siguió por su lado, si hubiesen ganado seguro hubiesen salido a comer, pero ese no era el caso. Era de día por lo que el sol estaba puesto, iluminaba todo a su paso como si fuese un día feliz, sin duda un poco de lluvia y algunas nubes hubiesen sido mejor pero no era el caso. Mientras caminaban llegaron a aquel punto en donde solían separarse para cada uno ir a su casa.

—¿Quieres que me quede a dormir en tu casa? —pregunta Harada sin soltar la mano del contrario. A ella no le hubiese gustado estar sola si hubiese perdido.

—Sí —dice mirando al suelo. Apretó más fuerte la mano de su novia, quería llorar, pero no quería mostrarle que era débil.

—Lloremos en tu casa, calentitos bajo tus sabanas, ¿sí? —le dio un beso tierno en el cachete—. ¿Tu hermana sabe que volvimos? —pregunta algo nerviosa.

—No le dije, pero ten por seguro que lo sabrá apenas te vea en la puerta de casa —dice con una pequeña sonrisa, su hermana la amaba.

—Bien.

Y así caminaron de la mano en silencio, era cómodo, Harada no sabía tan poco que decir, no había perdido muchas peleas, y las que perdió no eran importantes, no eran como lo que Ushijima acababa de perder, aunque aún seguía siendo la futura estrella del voley de Japón, ¿no?

Cuando llegaron Ushijima tocó la puerta, y por alguna razón Harada recordó la primera vez que había ido a la casa del chico, y ahora no podía evitar estar nerviosa, después de todo los familiares solían criticar mucho, aún más si volvias con tu ex.

—Hola, ¿cómo... —detuvo su pregunta al ver que Ushijima venía con compañía, eso era malo—. Harada-chan —dijo con amor—. Pasen, haré algo para merendar —dice para alejarse de la puerta y dirigirse a la cocina.

—Se nota que esta más grande —dice Harada con una sonrisa—. ¿Quieres ir arriba a ponerte algo más cómodo y yo hablo con ella? —Ushijima asintió en respuesta.

Y así vio como este subía a paso triste la escalera, no se escuchaba nada además del rechinar de la madera y algunos sonidos provenientes de la cocina, no hacía falta que Yoko le preguntase que quería tomar, ya lo sabía. Entró a la cocina nerviosa, no era la primera vez que hablaban solas, pero las cosas habían cambiado.

—Perdieron 3-2 —dice Harada apoyándose en la mesada de la cocina, aquella casa seguía igual, solían pasar más tiempo en la casa de ella, por Diablo, pero algunas veces aquel animalito venía de visita.

—¿Qué pasó? —decía mientras ponía pan en la tostadora.

—El otro equipo se empezó a adaptar a ellos en pleno partido, la mayor desgracia —soltó una risa acida, quería llorar.

—Pero no es el final de su carrera, al menos tengo entendido que quiere seguir con eso —se da vuelta para mirarla.

—Dijo que iba a seguir con el voley —le da una sonrisa—. No creo que fuese capaz de dejarlo por nada en el mundo.

—Tú eres como su voley —suelta Yoko, de inmediato se arrepiente—. Bueno, supongo que si estás aquí es porque volvieron y arreglaron las cosas...

—Sí, tranquila —se miran en silencio por unos momentos—. Extrañe a mi hermana mayor —dice avergonzada.

—Yo extrañe a mi hermana menor —abrió los brazos para que Harada se acerque y le dé un abrazo.

Después de todo Yoko había sido la hermana que jamás había tenido. De pasar de sentirse sola a tener un novio magnifico y una cuñada amorosa, no podía pedir nada más. Le costó mucho cuando se separó de Ushijima, después de todo solo podía hablar con Semi, ahora tenía más gente.

—¿Ya está la merienda? —Ushijima apareció en la cocina, las chicas separaron el abrazo.

—Sí —contesta Yoko, saca las tostadas y el café ya estaba listo, Ushijima siempre hablaba de lo feliz que le ponía que a Harada le gustase el café también.

Los tres se sentaron en la mesa de la cocina a comer en silencio, Yoko ya sabía que su hermano había perdido, no tenía palabras de consuelo para él, siempre había ganado, jamás se le cruzó la idea de que podía perder. Además, Yoko jamás hizo algún deporte.

Luego de merendar Yoko se dirigió a su habitación, Harada siguió a Ushijima a la suya. Aquellos pasillos seguían igual que la última vez que había estado ahí. De hecho, hasta seguía estando una foto de Ushijima abrazando a Harada luego de ganar una pelea. Nunca había dejado de amarla.

Entraron a la habitación, Ushijima fue directo a acostarse en la cama, Harada le puso traba a la puerta, sabía que cuando estaba triste no quería ni que su hermana lo molestase. Se sacó las zapatillas y se acostó al lado del más alto, abrió sus brazos dejando que Ushijima se acomode en su pecho. Le daría cariño hasta que no llorase más.

Pasado un rato, una notificación llego al celular de Harada, el contrario dormía sobre ella mientras esta veía TikToks.

"@oikawa.toru te ha mencionado en una historia."

Entró a Instagram apurada, ¿en que la podía haber etiquetado? Oikawa había subido la foto que se habían sacado y debajo puso: La ganadora, apoyando desde siempre.

—¿Oikawa-san es fan del boxeo? —se preguntó, resubio la historia y le puso "Gracias :)".

Después de eso, unos cuantos minutos después Ushijima despertó, le pidió a su novia si le podía alcanzar su celular. Entro a Instagram, tenía mensajes de apoyo y demás, no le importaba nada de eso. Entró y vio la historia de su novia con Oikawa, de hecho, se acordó de ver cuando se estaban sacando la foto.

—No me dijiste que Oikawa te pidió una foto —su tono era raro.

—No lo creí importante, y no, no le dije que tenía que haber ido a Shiratorizawa —rio, su novio siempre hablaba de eso.

—Es importante —dice haciendo referencia a la foto, estaba ¿molesto?

—Espera... ¿Estás celoso? —pregunta sorprendida, aunque estaba segura de que estaba celoso de que ella tuviese una foto con Oikawa, no que Oikawa tuviese una foto con ella.

—Mhm —masculló por lo bajo.

Harada simplemente sonrió por la tierna acción de él. Lo abrazó con fuerza y lo lleno de besos, no había nadie más en su corazón además de su jugador favorito.

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Hasta acá el capítulo, estoy muy entretenida escribiendo esta historia.

Si les gusto dejen una ⭐️.

—H.