Capítulo 3: Frustración

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Estaba sentada en aquella incómoda silla metálica, esperando a que vinieran por mi. El silencio de la habitación era casi ensordecedor. En estos pequeños momentos de quietud, los recuerdos se arremolinan en mi mente, trayendo una mezcla de nostalgia y tristeza.

Pensé en Chuck, aquella risa contagiosa, su lealtad y como siempre en los momentos de tensión buscaba algo para hacer más ligero el ambiente. La pérdida de Chuck era un vacío constante en mi corazón, una herida que parecía no querer cicatrizar pronto.

Recordé a Alby, aquel líder del área, quien solo quería salvar a los demás sin importar dar su vida, mis ojos se llenaron de lágrimas.

Mis pensamiento vagaron a Jeff, quien se sacrifico para que Minho pudieran darnos el código y poder salir, recordaba como él y Clint curaban mis heridas, como estaban al pendiente de mí.

Aunque el laberinto ya quedó en el pasado, los recuerdos siguen vivos dentro de mí, solté un suspiro intentando sacar aquello de mi mente al sentir unos pasos por el pasillo.

Cuando la puerta fue abierta, vi la figura de Janson junto a Thomas, aquello se me hizo extraño, pero luego hablaría con el castaño.

—Vamos, ___—habló aquel hombre dándome una sonrisa.

Solté una mueca y me levanté de aquella silla, fui donde estaba mi hermano y agarré su brazo.

—Él los guiará—señaló Janson a un hombre con vestimenta militar—Un gusto hablar con ustedes—se despidió y emprendió su camino por los pasillos.

—¿Estás bien?—susurró el castaño a mi lado mientras seguíamos al guardia, asentí levemente seria.

—Después hablamos—murmuré.

Llegamos a un comedor, habían muchas personas, que charlaban mientras comían lo que parecía ser el almuerzo, se veían felices, sus risas resonaban por el lugar, dando una ambiente de felicidad, escuché a Thomas soltar una pequeña risa.

—___, Thomas—nos llamó Minho, mientras se acercaba a nosotros.

También le habían dado ropa limpia, que a decir verdad le queda excelente, aquella polera burdeo resaltaba su musculatura, los pantalones grises acentuaba aún más su figura imponente, caminaba con aquella confianza natural que emanaba de él, una linda sonrisa adornaba su rostro, que me dejó sin aire.

—Ey, Minho—me sacó de mis pensamientos Thomas, sacudí mi cabeza alejando aquellas ideas.

—No era el único laberinto—dijo, lo miré confundida—Vengan—nos fue guiando por el comedor, hasta donde estaban Newt, Sartén y Winston.

—Hubo una gran explosion—relataba un chico desconocido, me senté entre Thomas y Minho, mientras escuchaba atentamente—Luego salieron unos hombres de la nada—puso sus ojos sobre nosotros dejando de comer—Y empezaron a disparar—pasó su mirada por los demás.

—Estuvo intenso—dijo otro chico a su lado.

—Nos sacaron del laberinto y nos trajeron aquí—siguió relatando el primer chico de piel morena.

—¿Qué hay de los demás?—preguntó Newt, quien se encontraba al lado de Thomas—¿Qué pasó con las personas que todavía están en los laberintos?—su voz era seria.

—No lo sé—le respondió el morocho—Supongo que C.R.U.E.L todavía los tiene—sentí la mirada penetrante de su amigo en mí, lo que me incomodaba un poco, pero me hice la loca.

—¿Cuánto llevan aquí?—siguió interrogandolos el rubio.

—No mucho, un día o dos—contestó el chico—Ese de allá—giró su cabeza para ver a otro muchacho que se encontraba comiendo solo, con una capucha sobre su cabeza—Lleva más tiempo acá, casi una semana—el chico se veía solitario, de tez palida, con unos lindos ojos de color celeste.

Unidos ♡ (Minho y tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora