El lunes finalmente llegó, marcando el inicio de los exámenes antes de las vacaciones de primavera. El aire en la escuela estaba cargado de tensión, todos los estudiantes se movían con una mezcla de nerviosismo y determinación, preparándose para enfrentar las pruebas. Yo me encontraba sentado en mi salón, revisando algunas notas de último minuto, tratando de mantener la calma. A pesar de la presión de los exámenes, mis pensamientos seguían vagando hacia Aria y lo que había sucedido la semana pasada.
Minutos después, escuché el sonido de la puerta al abrirse. Levanté la vista, y ahí estaba ella, entrando en el salón con una confianza que nunca antes había visto en ella. Mi corazón dio un vuelco cuando me di cuenta de que Aria no solo había llegado, sino que lo había hecho con un look completamente nuevo. Mis ojos se abrieron un poco más mientras la observaba caminar hacia su asiento.
Llevaba una blusa blanca ajustada que dejaba al descubierto sus hombros y un poco de su abdomen, combinada con una falda de mezclilla que le llegaba hasta las rodillas, mostrando sus piernas de una manera elegante pero que llamaba la atención. Había complementado su look con unos tenis magenta que le daban un toque moderno, y el collar que le di en su XV años que caía suavemente sobre su clavícula. Pero lo que realmente capturó mi atención fue su rostro: se había maquillado sutilmente, lo suficiente para resaltar sus rasgos sin parecer exagerado. Un toque de brillo en los labios y un delineado suave en los ojos que hacía que sus ojos brillaran aún más.
"¿Es realmente ella?" Me pregunté mientras sentía cómo el calor subía a mis mejillas. No podía evitar sonrojarme. "Se ve... diferente, pero en el buen sentido." Aria siempre había sido bonita, pero ese día había algo en ella que la hacía destacar más que de costumbre. Es como si hubiera decidido brillar más fuerte hoy.
Me quedé mirándola por un momento, incapaz de apartar la vista. "¿Qué estará pensando?" me pregunté, mientras ella se acomodaba en su lugar. Parecía saber perfectamente que su nuevo look no pasaría desapercibido. Había una seguridad en sus movimientos que no había visto antes.
No puedo creer lo mucho que ha cambiado en tan poco tiempo, pensé, sintiendo cómo mi corazón latía con fuerza. Aria me dirigió una rápida mirada, y nuestras miradas se cruzaron por un breve instante. En ese momento, sentí un nudo en el estómago. "¿Qué debería decirle?" La pregunta me rondaba en la cabeza, pero antes de que pudiera reaccionar, ella ya había desviado la mirada.
Volví la atención a mis notas, tratando de concentrarme, pero era casi imposible. "¿Cómo voy a poder concentrarme en el examen ahora?" pensé, sintiendo que mi mente seguía atrapada en la imagen de Aria. Era como si su presencia hubiera cambiado la atmósfera del salón.
Tal vez debería decirle algo durante el descanso, consideré. No puedo dejar que esta oportunidad pase. Pero también sabía que los exámenes estaban por empezar, y lo último que necesitaba era distraerme. Sin embargo, por más que lo intentara, su imagen seguía rondando en mi cabeza, haciendo que mi enfoque se desvaneciera cada vez más.
Bueno, parece que los exámenes no serán lo único complicado esta semana, me dije a mí mismo, con una mezcla de nervios y emoción por lo que podría pasar entre nosotros.
Durante los siguientes diez días, la rutina diaria en la escuela se transformó en algo completamente diferente para mí. Mientras los exámenes se sucedían uno tras otro, Aria se convirtió en un constante punto de distracción en mi vida académica. Cada día, al llegar al salón o durante los recesos, Aria encontraba una manera de llamar mi atención. Sus miradas furtivas, los guiños coquetos y los saludos juguetones se convirtieron en algo que esperaba con una mezcla de anticipación y nerviosismo.
Cada vez que nuestras miradas se cruzaban, sentía un pequeño vuelco en el estómago. Aria no hacía nada demasiado obvio, pero sus pequeños gestos eran suficientes para desviar mi atención de los exámenes. En algunos momentos, mientras revisaba mis apuntes antes de una prueba, notaba cómo ella me miraba desde su asiento. Sus ojos, normalmente tan expresivos, se llenaban de una chispa juguetona y curiosa. Yo intentaba concentrarme en mis notas, pero el calor en mis mejillas y el ritmo acelerado de mi corazón me traicionaban.
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Mas que Amigos
RomanceMike y Aria, dos inseparables amigos de la infancia, se pierden de vista cuando Aria se muda a otra ciudad. Años después, durante el primer año de preparatoria, el destino los une nuevamente en la misma escuela. Aunque el tiempo y la distancia han c...