El sábado por la mañana, me desperté con una mezcla de emoción y nerviosismo recorriendo todo mi cuerpo. Hoy era el día de mi cita con Aria, y la idea de pasar tiempo con ella, solo los dos, me llenaba de una alegría que no había experimentado antes.
Después de desayunar, tomé mi teléfono y abrí la aplicación de mensajes. Miré la pantalla por unos segundos, pensando en cómo invitarla de la mejor manera posible. Quería que todo saliera perfecto, pero también sabía que lo más importante era que nos divirtiéramos y disfrutáramos del tiempo juntos.
Finalmente, me decidí a enviarle un mensaje simple y directo:
"Hola, Aria. ¿Qué te parece si nos vemos hoy en el parque a las 6 pm?"
Presioné enviar y solté un pequeño suspiro. A pesar de la brevedad del mensaje, no pude evitar sentirme un poco ansioso mientras esperaba su respuesta. Imaginaba cómo sería la tarde con ella, paseando por el parque, tal vez comprando helado o simplemente sentándonos a charlar. Me preguntaba qué ropa llevaría y si debería hacer algo especial para sorprenderla.
No pasó mucho tiempo antes de que mi teléfono vibrara con su respuesta:
"¡Me parece perfecto, Mike! Nos vemos a las 6 😊"
Leí su mensaje y no pude evitar sonreír. La alegría que sentía en ese momento me impulsó a levantarme y empezar a prepararme para la tarde. Tenía varias horas antes de nuestra cita, pero sabía que pasaría parte de ese tiempo pensando en ella y en cómo hacer que nuestra primera cita fuera memorable.
La idea de verla en el parque a las 6 pm se convirtió en el centro de mi día, y mientras las horas pasaban, la emoción seguía creciendo. Tenía muchas expectativas para esa noche, y aunque no sabía exactamente cómo se desarrollarían las cosas, estaba seguro de que sería una tarde especial junto a Aria.
Unas horas después, me encontraba caminando hacia el parque con la luz del atardecer cubriendo todo con tonos dorados. Aunque había planeado llegar a las 6, mi impaciencia me hizo salir de casa un poco antes, así que llegué a eso de las 5:50. No quería que Aria pensara que no me importaba nuestra cita, y tampoco quería hacerla esperar. Caminé lentamente hasta nuestro punto de encuentro, tratando de calmar mi nerviosismo.
Llevaba puesta ropa cómoda pero presentable: una camiseta azul oscuro y unos jeans que combinaban bien con mis zapatillas deportivas. Quería sentirme a gusto, pero también quería verme bien para Aria. Mientras me acercaba al parque, sentí que mis manos empezaban a sudar un poco, así que las limpié disimuladamente en mis jeans, tratando de mantener la calma.
El parque estaba tranquilo a esa hora, con apenas unas cuantas personas paseando o disfrutando de la tarde. Me senté en un banco cercano a la entrada, desde donde podía ver el camino por el que Aria vendría. No podía dejar de revisar mi teléfono, aunque sabía que llegaría en cualquier momento. A medida que pasaban los minutos, mi emoción y nerviosismo iban aumentando.
Finalmente, alrededor de las 6 en punto, la vi venir a lo lejos. Mi corazón empezó a latir más rápido. Aria caminaba hacia mí con su característico paso ligero, y desde el primer momento noté que se veía increíble. Llevaba una blusa de color claro que dejaba ver sus hombros y una falda que le llegaba justo por encima de las rodillas. Su cabello caía en suaves ondas sobre sus hombros, y parecía haber puesto un poco más de cuidado en su maquillaje, resaltando sus ojos de una manera que me dejó sin aliento.
Mientras se acercaba, me levanté del banco y traté de calmarme lo suficiente para poder hablar sin trabarme. Cuando estuvo a solo unos pasos de mí, le sonreí y, con la voz un poco más suave de lo que esperaba, le dije: "Te ves muy bonita, Aria."
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Mas que Amigos
RomanceMike y Aria, dos inseparables amigos de la infancia, se pierden de vista cuando Aria se muda a otra ciudad. Años después, durante el primer año de preparatoria, el destino los une nuevamente en la misma escuela. Aunque el tiempo y la distancia han c...