Dirección

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Me encontraba en mi empresa, mis zapatillas resonaban por el largo pasillo que conducía a la sala de reuniones.

A pesar de estar totalmente concentrada en mis tareas, mi sentido agudo captó el sonido de pasos rápidos que se aproximaban.

Giré para ver a mi asistente Patricia corriendo hacia mí. -Señorita, los inversionistas ya están en la sala de juntas y listos para hablar con usted.-

Yo asentí serenamente, sabiendo que tenía las herramientas para convencer a cualquiera de que mi empresa merecía sus dólares.

Me deslicé con gracia hacia mi lugar al frente de la sala. -Buenos días Tomen asiento, por favor.-

Los hombres se inclinaron ante mí como si fuera una reina, y se deslizaron en las sillas que habían preparado para ellos.

Un inversionista alto y calvo empezó a hablar en voz alta. -¿No vendrá el señor Jonathan?. Él también tiene su parte de acciones, después de todo.-

Mi voz siguió serena. -El señor Montier no vendrá hoy. La empresa es mía, y soy la única que tiene el poder de decisión aquí.-

El inversionista se reclinó en su silla y cruzó los brazos. No era así antes.-

Yo continué sin vacilar.

-El señor Montier es mi socio, pero él no tiene ningún control sobre mi empresa. Mi visión y mi decisión son las únicas que importan aquí.-

El inversionista cruzó sus brazos con más fuerza.

Un inversionista rubio, habló de pronto en un tono bajo y tranquilo. -Señorita Lonescu, literalmente nadie sabe nada de usted.-

Yo mantuve mi mirada tranquila y serena.

-Créanme, caballeros.- Continué, mis ojos encontrando los de cada hombre en la sala. -Lo que les debe importar no es quién soy yo, sino lo que sus empresas podrán conseguir.-

Una leve sonrisa se cruzó en los labios de un inversionista delgado.

-Caballeros.- Seguí hablando, susurrando con un tono seductor. -Seamos honestos aquí. No tienen ninguna idea de cómo hacer de la moda una buena inversión.:

Un silencio, hasta que los ojos de los inversionistas se encontraron en mí.

-Miren, ustedes serán indispensables para mí. Mi primera pasarela será en tres meses. Se lanzarán dos líneas: 'Raffaelo' y 'Alessandro'. Serán el futuro del mundo de la moda.-

Un inversionista moreno y robusto sacudió la cabeza. -Y eso qué tiene que ver con nosotros?.-

-Lo que tienen que ver conmigo es su dinero, y su gusto.-

Los hombres se removieron en sus asientos.

-Ustedes son hombres de muy buenos gustos, eso está claro.-

Un anciano y arrugado se adelantó, mirándome a los ojos. -Y nosotros, ¿qué ganamos con todo esto?.-

-Ustedes ganarán el 5% total de las ganancias de cada pasarela.- Respondí. -Todos sabemos que no serán centavos.-

En un murmullo de asentimiento, los inversionistas aceptaron. -Perfecto, por favor, visiten la oficina de mi secretaria para firmar los contratos y seguir adelante.-

Las sonrisas confiadas se dibujaron en sus rostros, como ellos se pusieron de pie y salieron de la sala.

Había comenzado a recoger mis documentos, cuando una voz se elevó detrás de ella.

-¿Cómo consigues convencerlos?.; Dijo Spook, apareciendo.

Me volví lentamente y sonrió. -Esos hombres ya no saben dónde desperdiciar su dinero. Yo les doy una buena causa.-

Metamorfosis Donde viven las historias. Descúbrelo ahora