5. Capítulo

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Te Quiero Mucho




Días después,

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Días después,...

Desperté lentamente, sintiendo el sol filtrándose a través de las cortinas. Me di cuenta de que Marti ya no estaba a mi lado, últimamente estábamos cogiendo la costumbre de dormir justos. Me estiré, sintiendo el calor residual de su cuerpo en la cama. Cuando me giré, vi una nota en la mesilla de noche, junto a un vaso de agua y una flor silvestre.

Que mono

La cogí y la abrí, encontrando la letra de Marti:

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"Buenos días rizos,

Me desperté temprano y no quise molestarte. Nos vemos en el desayuno.

PD: Espero que te haya gustado la flor. La encontré en el jardín del hotel y pensé que te gustaría.

Tu Marti ❤"
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Que niño mas bonito.

Sonreí, sintiéndome cálida y feliz. Me levanté y me preparé para el día, porque iba tarde. Me vestí rápidamente con ropa cómoda y funcional, sabiendo que los chicos tendrían entrenamiento en el gimnasio hoy.

Bajé al comedor, pero como era tarde, ya no había nadie. Tomé una manzana y un yogur, comiéndolos rápidamente mientras caminaba hacia el gimnasio. El sonido de las máquinas y las risas de los chicos llenaban el aire cuando llegué.

Al entrar, vi a Marti y el resto del equipo entrenando intensamente. Marti me vio y me saludó con una sonrisa antes de volver a su rutina.

–¡Mara! –llamó Oyarzabal, acercándose a mí–. ¿Qué tal la noche? Me enteré que te quedaste dormida viendo una película.

–Cállate, por favor –respondí, sonriendo–. ¿Cómo va el entrenamiento?

–Duro, pero necesario –dijo, limpiándose el sudor de la frente–. Los chicos están motivados después de la charla de ayer. Luego vete a saludar a Álvaro cuando termine de hablar con los niños, que se cree que le odias y que le has cambiado, por aquí el amigo–señaló con la mirada al chico.

Me acerqué a Marti, que estaba en la cinta de correr, y le di un pequeño saludo.

–Buenos días, Marti –dije en tono de broma.

–Buenos días, dormilona –respondió, deteniendo la máquina y bajando para hablar conmigo–. ¿Cómo estas?¿Has dormido bien?

–Sí, muy bien. Gracias de nuevo por la nota y la flor –dije, sonriendo.

Por ti | Martín ZubimendiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora