El aire de primavera en París estaba cargado de promesas y nuevos comienzos, pero para Clara y Jacques, una sombra inesperada amenazaba con ensombrecer su felicidad. Todo comenzó una tarde cuando Jacques recibió un mensaje en su teléfono que lo dejó pálido. Clara notó el cambio en su semblante de inmediato.
—¿Jacques, todo está bien? —preguntó, tratando de leer su expresión.
—Sí, claro... sólo un mensaje inesperado —respondió, tratando de sonar despreocupado, pero su voz lo traicionó.
Más tarde, esa misma noche, mientras disfrutaban de una cena en su acogedor apartamento, Jacques finalmente decidió hablar.
—Clara, hay algo que necesito contarte —dijo, tomando una profunda respiración—. Hoy recibí un mensaje de alguien de mi pasado... mi exnovia, Elise.
Clara sintió un nudo formarse en su estómago. Había oído mencionar a Elise en una ocasión, pero nunca pensó que aparecería en sus vidas.
—¿Y qué quiere ella? —preguntó Clara, tratando de mantener la calma.
—Quiere verme, dice que necesita hablar conmigo sobre algo importante —dijo Jacques, mirando a Clara a los ojos—. No sé exactamente qué quiere, pero siento que debo escucharla para cerrar ese capítulo de mi vida.
Clara asintió, tratando de mostrar comprensión, aunque una ola de celos y temor la invadía.
—Está bien, Jacques. Si sientes que es lo correcto, entonces ve. Sólo... ten cuidado.
Al día siguiente, Jacques se encontró con Elise en un café en Le Marais. Clara, aunque confiaba en Jacques, no pudo evitar sentirse ansiosa mientras él estaba fuera. Tratando de distraerse, se sumergió en su escritura, pero su mente seguía divagando hacia Jacques y Elise.
El encuentro con Elise fue incómodo al principio. Jacques no había visto a su exnovia en años, y el pasado que compartían era una mezcla de buenos recuerdos y dolorosas separaciones.
—Gracias por venir, Jacques —dijo Elise, sentándose frente a él—. Sé que esto es incómodo, pero necesitaba verte.
—Claro, Elise. ¿Qué es lo que necesitas decirme? —preguntó Jacques, directo al grano.
—He estado pensando mucho en nosotros, en lo que tuvimos y cómo terminó todo —comenzó Elise, su voz temblando ligeramente—. Me doy cuenta de que dejé muchas cosas sin resolver y necesito pedirte perdón.
Jacques la escuchó atentamente mientras Elise desgranaba sus sentimientos. Ella se disculpó por las decisiones que había tomado, las palabras que había dicho y el dolor que le había causado. Mientras hablaba, Jacques sintió una mezcla de alivio y tristeza. El alivio de cerrar una herida antigua, y la tristeza de recordar un amor que una vez fue importante.
—Te agradezco que hayas compartido esto conmigo, Elise —dijo Jacques finalmente—. Pero debes saber que he seguido adelante. Estoy con alguien ahora, alguien a quien amo profundamente.
Elise sonrió tristemente y asintió.
—Lo sé, Jacques. Sólo quería que supieras que lamento cómo terminaron las cosas. Espero que puedas ser feliz con ella.
Cuando Jacques regresó a casa, encontró a Clara sentada en el sofá, con la mirada fija en la pantalla de su computadora pero sin realmente trabajar.
—Hola, amor —dijo Jacques suavemente, acercándose a ella.
Clara levantó la vista, su expresión una mezcla de preocupación y alivio.
—¿Cómo te fue? —preguntó, cerrando su computadora.
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Operación París
RomanceClara, una joven escritora, llega a París en busca de inspiración y descubre un antiguo libro en la librería Shakespeare and Company con notas en los márgenes que la cautivan. Junto a Jacques, un archivista de la librería, Clara investiga el misteri...