Capitulo 16 "Shin se vuelve el villano"

770 84 14
                                    

Me quede un rato más en la oficina donde sucedió todo. Naraku ahora se encontraba con la policía y tal vez bromeando en como golpeo a un asesina, tan enfermo como siempre.

Todo se volvió tan complicado de repente, se supone que solo saldría de la cárcel y viviría mi vida hasta que Shin llegara de nuevo a mí o yo muriera, pero nada fue como planee. Todo se estaba descubriendo poco a poco, primero que Shin era el verdadero asesino, Naraku empezó mostrar sus verdadero rostro y estoy segura que Shin haría algo sumamente estúpido al enterarse que él me golpeo.

-¿Le duele algo más?—Un médico se me acercó, en sus manos traía un papel donde apuntaba todas mis lesiones.

-No. –Le conteste secamente, no quería que desconocidos me preguntaba de mi estado si de todos modos Naraku estaría libre de cualquier cargo en su contra. —Gracias pero necesito estar sola.

El médico me sonrió y se fue con Inuyasha, este solo miraba a la nada mientras que le revisaba su espalda. Sesshomaru atendía su celular y en ocasiones alzaba la voz, su rostro se tornaba molesto cada vez que me volteaba a ver. Recosté mi cabeza en una almohada que me dio la secretaria de Inuyasha, me dolía la cabeza y no quería hablar de mi cuerpo ¡Maldito! Yo solo quería decirle que nos dejara vivir en paz a Shin y a mí, nosotros solo queríamos olvidar todo y seguir con nuestras vidas.

Sango entro a la habitación con lágrimas en sus ojos, atrás de ella se encontraba Kagura y Kikyo. Me congele a verla ¿Qué demonios hacían aquí? Se supone que después de que me mudara con Shin perdería cualquier contacto con ellas, y ahora ellas se encontraban enfrente de mí, preocupadas hasta la mierda.

-¡Kagome!—Las tres gritaron al mismo tiempo.

Maldije en mi interior. Las tres se acercaron a mí, cada una me dio un abrazo rápido, ninguna me pregunto porqué me encontraba en el edificio Taisho y se los agradecí. Inuyasha hablo con Sango y después salió de la habitación, dejándome de nuevo sola. Kikyo me acaricio la cabeza y me aseguro que desde hoy todo sería diferente, se equivocaba, todo se fue a la mierda y yo tenía que escapar.

-Solo quiero irme ¿bien?—Les dije.

-Tienes que explicarnos porque tus cosas no se encuentran en la casa. —-Kagura se cruzó de brazos

-Necesito escapar, no lo entienden. —Negué con la cabeza. Me levante y comencé a caminar. —No se meten en mi vida, pueden resultar heridas.

Kagura me agarro del brazo y me volteo, haciendo que nuestras miradas se cruzaran.
-¡No seas malcriada! Cada una de nosotras sabemos en qué nos metemos, nada de lo que dirás nos hará abandonarte.

-Lo harán.

.
Narra Inuyasha

¡Maldita sea! Odio esto. Naraku, ese hijo de perra, sabrá que es el infierno ¡Lo odio! Todo es confuso, pero eso no me importara ahora, solo quería arrancarle la cabeza a ese bastardo y después llevarme lejos a Kagome, no la podía dejar con Shin—otro bastardo—él de seguro solo jugaba con ella ¿por qué más la tenía a su lado? Ella podía declarar que todo fue una farsa, tal vez ella tiene pruebas de que es el asesino.

Doble en una esquina, se supone que Sesshomaru se fue antes que yo y ahora se encontraba en la parte baja. Antes de llamar al elevador, me voltee hacia una ventana que daba al patio de la compañía, en ella se encontraban reporteros de todas las televisoras. Maldecí en mi mente, esas ratas sabían dónde estaba el chisme. Tenía que tranquilizarme, de seguro mi estúpido hermano trataba de controlar todo y como era de esperarse trataría de que Kagome no saliera más dañada.

Inhale aire y después lo solté, deseaba que todo terminara. Volví donde se encontraba el elevador y oprime el botón para llevarlo, espere menos de un minuto cuando se abrieron las puertas. Cuando me metí a la caja metálica, vi a un hombre con una gorra de beisbol que tapaba la mitad de su rostro, no le tome importancia. Oprimí el botón que decía 1 y me recargue en la pared.

-Hola Inuyasha. —Su voz fue ronca y fría. Mi cuerpo se congelo al reconocer esa voz.

-T....Tú. —No podía respirar bien, sentía como el aire se expulsaba de mi cuerpo.

El hombre se quita la gorra de beisbol, su cabello café ya no se oculta y sus ojos miel ahora se pueden notar. Shin se encontraba enfrente mío, era tal y como lo recordaba a excepción de su cabello largo. Nos quedamos viendo lo que me parece una eternidad. De pronto se mueve y oprime el botón para detener el elevador, todos mis sentidos se alertan.

-¿Qué mierda estás haciendo? —Trate de apartarlo pero Shin en un movimiento me empujo lo suficiente fuerte para que cayera.

-No seas estúpido hermano, yo solo vine aquí a hablar. —Mi gemelo se recargo en la pared. —Solo espero que comprendas lo que te diré.

-¡No quiero escuchar nada de ti! Primero haces que Kagome se declare asesina de nuestra madre y después huyes como el hijo de puta que eres.

-No hables si no sabes. Kagome y yo estamos muy, pero muy, enamorados ¿entiendes? No porque un niño mimado que quiere ser el héroe de la historia, nos vamos a separar ¿bien?

-La tienes manipulada, idiota.

-¿Manipulada?—Empezó a reír. —Mi amor, es más lista que tú y yo, créeme. —Se quedó callado por unos segundos, sonrió. —Oh pero claro que no lo sabes ¿sabes por qué? Porque ella nunca te dejara entrar a su corazón y otra vez ¿sabes por qué? Porque ella solo me ama a mí.

No pude responderle, porque era cierto, cada palabra que salía de su estúpida boca era cierta y eso me dolía. Me quede sentado y solo agache la mirada, no quería darle el placer de verme herido.

-Ahora que lo sabes, aléjate de ella y de todo el asunto de la muerte de Izayoi ¿entendido?—Oprimió el botón emergencia y espero que el elevador se moviera de nuevo.

-¿Por qué mataste a nuestra madre?—Le pregunte cuando pude hablar sin sentir un nudo en la garganta.

-No lo sé.

Las puertas del elevador se abrieron, dejando al visto la planta baja. Shin se acomodó de nuevo la gorra y salió. Yo me quede un poco más, todo esto era una mierda.

-¿Señor Taisho?—Un empleado me llamó. Era el guardia de seguridad, me miraba extraño.

Me di cuenta que todavía me encontraba sentado en el suelo. Me levante avergonzado y le indique que solo me sentía cansado, no hizo más preguntas y volvió a su trabajo.

Camine a la salida, al notar a la prensa que rodeaba a Sesshomaru me dio migraña.

-Estúpido Naraku. —Le susurre a mi hermano una vez que pude llegar hasta él.

-Ese inútil no sale a dar la cara. Estas personas harán que pierda la paciencia.

-¿Tienes?—Bromeé.

Una reportera rubia llegó hasta nosotros y empezó a hacer preguntas ¿Por qué Kagome estaba en la empresa? ¿Nosotros teníamos un trato con ella? ¿Naraku la golpeo porque amaba a Izayoi? Y así continuaron. Sesshomaru trato de calmarlos pero cuando se abre la caja de pandora nada la detiene.

-Por favor, tendremos una rueda de prensa para acla....—Sesshomaru no pudo terminar la frase, sus ojos se abrieron como platos y de su boca salió un hilo de sangre.

Mire a mi hermano horrorizado. En su pecho tenía una mancha roja que se expandía y sin decir palabra cayó como un tronco. Los policías se apresuraron a auxiliarlo, mientras que todos los reporteros gritaban del horror, algunos llamaban al 911 y otros volteaban a ver a los lados. Yo gire a ver un árbol, algo me decía que alguien me estaba viendo desde ahí, y mis instintos fueron correctos. Ahí parado con su gorra de beisbol estaba Shin, al verme comenzó a negar con la cabeza y con su dedo de la mano derecha me hizo una señal, aquella señal que me erizo el vello de mis brazos...

La señal de que me callará.

I'm HumanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora