capítulo 22 "orquesta" (segunda parte)

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ADVERTENCIA: muerte de un personaje.

Shin se levantó, su sonrisa aún seguía en su rostro. Las personas gritaban y otras lloraban, pero ninguno volvió a levantarse de sus asientos. Los cuerpos de los que murieron, teñían de carmesí el suelo del auditorio.

-¿Por qué?—Susurre. Me arrodille y cubrí mi rostro con mis manos.

Myoga era nuestra respuesta a todo, estábamos tan cerca y de pronto todo se arruino. Voltee a ver a Shin, pero él solo miraba el techo, su rostro y ropa estaban manchadas de sangre. Era un nuevo Shin, uno que desconocía.

-¡Basta!—El grito de Inuyasha me hizo reaccionar de nuevo. Desde se lugar, aun sentado, le gritaba a Shin, sus ojos estaban rojos por tanto llorar.

Vi su pecho y note un círculo rojo. El pánico vino de nuevo, todo fue planeado y nunca nos dimos cuenta. Yo confié en la persona equivocada, pensé que todo cambiaria cuando saliera el sol pero no fue así, el cielo se tiño de rojo.

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Pov. Inuyasha

Kagome trato de levantarse, pero de repente una mujer de cabellera rojiza se acercó a ella para impedírselo. Apreté con fuerza mi pantalón, no podía hacer nada para ayudarla, un milímetro fuera de mi lugar y mis sesos volarían. Voltee a ver a mi gemelo, este solo se limpiaba la sangre de su rostro, ni una vez miro a Kagome.

-Inuyasha. —Kikyo me llamo, su voz era débil. —Necesitamos ayudar a Kagome, la mataran a este paso.

-Lo sé. —Trague saliva, las opciones eran escasas y estoy seguro que cada conducía a la muerte. Mire el punto de Kikyo, este ahora se encontraba en su estómago. —Kikyo, uno de nosotros debe correr y sacar a Kagome de aquí, yo distraeré a nuestros francotiradores.

-¿Cómo? Es imposible, en un segundo tendrás una bala en tu corazón.-Negó con la cabeza, miro a los alrededores. —Tengo un plan, no te aseguro seguir con vida después de esto.

-Salva a Kagome, llévate a Sango y salgan de aquí.

Los dos nos miramos y asentamos. Kikyo busco en su bolso, con cuidado saco un espejo de su maquillaje. Sango al ver su acción, la imito. Las dos mujeres con un rápido movimiento abrieron un estuche con espejo y lo pusieron en los puntos y gritaron ¡Ahora! Nos aventamos al suelo. Kagura nos señaló a Kagome.

-En cuanto tengamos a Kagome, deberán correr y no mirar atrás, no importa que escuchen, no deben volver ¿entendido?—Les dije. Yo debía acabar con todo esto, Shin era mi gemelo y yo tenía el deber de acabar esto.

Al estar cerca de Kagome y esa mujer, nos levantamos y corrimos. Kikyo aventó a la mujer y agarro la mano de Kagome, Kagura grito que nos teníamos que largar de aquí, Sango corrió y abrió las puertas.

-¡Salgan!—Les grite. Kagome levanto su vista y con una sonrisa triste me miro. Sonreí.

-¡Que no se escapen!—La mujer de cabello rojizo grito detrás de mí. Voltee y trate de golpearla para dejarla inconsciente e impidiera nuestros planes, pero un punto en mi pecho hizo que me quedara congelado.

-¡¿Te creías tan listo?!

Cerré mis ojos y la primera imagen que se vino a la mente, fue Kagome sonriéndome. Sentí un empujón, mi cuerpo cayó al suelo. Cuando trate de levantarme, un cuerpo encima de mí me impedía cualquier movimiento.

-¿Qué rayos?—Levante el cuerpo. Mis lágrimas salieron de mis ojos al darme cuenta de quien se trataba. —No, no, esto no es posible ¡Kikyo!

Kagome gritaba, pero Kagura la agarro de la mano y la arrastro fuera del lugar. La bala le dio justo en la cabeza, mis manos trataron de parar la sangre pero sabía que era inútil, aun así gritaba una y otra vez su nombre.

-Es mejor que te vayas de aquí. —Shin se paró delante de mí. — Esto será una masacre si no te vas. No te preocupes, Miroku y Rin salieron de aquí hace unos momentos.

Quería golpearlo. Matarlo. Pero mis piernas empezaron a correr hacia la salida.

"Lo lamento tanto, perdóname Kikyo."

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Pov. Kagome

Me despoje de mi última prenda y entre a la bañera. Mi cuerpo temblaba y me sentía sucia en muchos niveles, el olor a sangre aún estaba en mi nariz y las manchas en mi ropa nunca se borrarían, y ahora Kikyo ya no se encontraba con nosotros.

"La dejamos ahí como si fuera basura."

Miroku se encontraba desaparecido, Sango lloraba en su habitación y Kagura no hablaba con nadie. Inuyasha llamó a Sesshomaru y le explico todo, al parecer tenían un plan pero no nos diría nada.

Me limpie por quinta vez el rostro, aun sentía la sangre de la mujer que murió enfrente de mí.

-¿Kagome?—La voz de Inuyasha me hizo dar un salto. No quería responder así que solo me quede callada disfrutando el agua recorrer mi cuerpo.

La puerta del baño se abrió de golpe, oí pasos y de repente la cortina de la regadera se abrió, mostrando al peli plateado. Al verme se sonrojo, me dio la espalda.

-Pensé que algo te había pasado. Ya han pasado dos horas desde que entraste.

-Quería limpiarme bien. —Suspire. —Dilo, di que soy una idiota por creer en él.

-No lo eres. Shin se volvió el villano por alguna razón, tu solo seguiste tu corazón.

-¡Soy una idiota! ¿Cómo no me pude dar cuenta? Sus cambios de humor y la urgencia de ir al baño. —Me tape el rostro, al menos las gotas de agua disimulaban mis lágrimas. —Él mato a Kikyo ¡Me arrebato a mi amiga!

Los brazos de Inuyasha me rodearon en un abrazo, trate de apartarlo pero él no cedió. Me encontraba completamente desnuda, estaba indefensa pero no se aprovechó de eso, solo me abrazo y me dio un beso en mi hombro.

-Averiguaremos todo, te lo prometo. —Me acercó más a él, su corazón estaba acelerado.

-Te lo contare todo. Te diré lo que sucedió ese día. —Le dije. Me aparto un poco y levanto una ceja. —Es hora de la verdad.

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Pov. Shin

(Oh yeah, ya tendremos el punto de vista del sexy gemelo)

¡Mierda! Me dolía horrible la cabeza. Lo último que recordaba era ir al baño junto con Miroku, él me decía algo de estar tranquilo si me encontraba con Naraku, después de eso sentí como si mi cabeza quisiera explotar. Estoy seguro que me desmaye.

Abrí los ojos. Me encontraba en una habitación lujosa, alado de mí estaba Miroku amarrado en una silla, en su rostro se notaba un golpe.

-¿Qué mierda?—Me levante de la cama y camine hasta la puerta. Cuando la abrí observe una sala, en ella se encontraban dos personas hablando.

-¡Leo!—La mujer de cabello rojizo se levantó y corrió hacia mí. Sus ojos eran de color verde, y para mi sorpresa me conocía o algo así, me llamo Leo.

-Creo que te equivocaste de persona.

El hombre aún se encontraba sentado, al verme solo dio un suspiro. —Él no es Leo, apártate Ayame.

La mujer Ayame quito su sonrisa y me vio con curiosidad.

-Así que este es Shin, ya veo. Esto será interesante.

-¿Quiénes son? ¿Qué hago aquí?

-Digamos que teníamos que escapar después de realizar esa masacre. —El hombre moreno se levantó al fin, me observo y volvió a hablar. —Leo nos encargó una tarea muy difícil pero no creíamos que tú aparecerías.

-¿Quién es Leo?

-Tu otra personalidad. —Ayame sonrió.

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