Capítulo 14 "Mi escape."

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La mano de Shin en mi mejilla hizo que una electricidad se sintiera en todo mi cuerpo, cada caricia que él me daba era mágico, cada momento era magnifico, pero se esto terminara en cuanto el sol salga de nuevo.

-Debemos irnos, mis hermanos empezaran a buscarte y yo no estoy listo para enfrentarlos. —Entrelazo sus dedos con los míos y me guio hacia un carro negro.

Asentí con la cabeza. Me abrió la puerta y puso su mano en mi cabeza para tratar de que no me golpeara. Después de asegurarse que mi cinturón de seguridad estuviera bien, cerró la puerta y fue a su lado para meterse y comenzar a conducir.

Trate de tranquilizarme y pensar en otras cosas, pero mi cerebro no quería cooperar conmigo y solo repetía una y otra vez la escena de Bankotsu y la humillación que pase. Pensé en Inuyasha y sus ojos miel que me miraban suplicantes, él ama a su hermano pero ama más a su madre, y cuando se enteró de Shin, sus ojos ardían de furia pero su voz estaba entre cortada.

-Inuyasha nos buscara. —Le dije a Shin, me dolían las piernas pero eso no se comparaba del dolor de mi corazón.

-Lo sé, no te preocupes. —Shin quito una de sus manos del volante y la llevo a mi mano, le dio un pequeño apretón. —No dejare que se acerque a la verdad ni mucho menos a ti.

.

Shin agarro una cerveza del refrigerado y me la entrego, una sonrisa se formó en su rostro pero sus ojos solo decían lo contrario. Se sentía solo. Trate de ignorarlo y tome un trago de la cerveza, el líquido me hizo recordar a aquel tiempo donde todo se complico.

-Tus compañeras estarán preocupadas una vez que se den cuenta que te has ido. —Shin tomo un sorbo de su cerveza. —Espero que comprendan.

No dije nada y solo me limite a tomar un sorbo. Quería decirle que ellas no comprendían nada, pensaban que Shin era un tipo de villano que me obligo a confesar que yo mate a Izayoi, pero no quería alterarlo más de lo que se encontraba.

Al acabar de tomar y después de hablar hasta el amanecer, decidimos que era la hora de dormir y pensar que todo se solucionaría. Shin me guio a un cuarto, este estaba adornado con fotografías mías y de nosotros, su cama matrimonial y tenía 4 almohadas de color rojo, alado había un pequeño mueblo donde estaban acomodados libros. Sonreí.

-Siempre te ha gustado leer. —Me acerque a la cama y me senté, Shin me acompaño de inmediato. —Recuerdo que cuando te buscaba el único lugar donde era seguro encontrarte, era una biblioteca.

-Los libros te ayudan a escapar de la realidad. —Me dijo con una mirada triste. —Cuando tu realidad es tan dura, tu único escape son las letras.

-Mi escape eres tú. —Susurré.

Nos quedamos en silencio. No teníamos que hablar para saber lo que pensábamos, cada paso y error nos llevaron aquí, en este momento. Apoye mi cabeza en su hombro y cerré los ojos, imagine un lugar donde no podrían tocarnos, éramos libres.

-Te necesito. —Me acerque más a Shin, entrelace mis dedos con los suyos y sonreí.

Shin agarro con cuidado mi barbilla y me levanto el rostro, nuestros labios estaban tan cerca que mi corazón empezó a latir con fuerza, mis manos empezaron a sudar. No quería despertar de este sueño.

-No quiero arruinar este momento. —Dijo, su voz sonaba más ronca de lo normal y sus ojos brillaban.

-No lo hagas. —Y acorte la poca distancia que había entre nuestros labios. Estos 6 años han sido duros y crueles pero, cuando bese otra vez sus besos sentí que valió la pena cada herida.

Me acostó en la cama, sus manos se movían tontas mientras que trataba de quitarme la blusa. Nuestros labios no se despegaban y entre gemidos, cada pieza de nuestra ropa cayó al suelo como hojas.

Shin se separó de mí y tomo un bocado de aire. Sonrió y me beso la frente.

-Gracias

Alcé mis caderas y con un sonrojo en mi rostro, le sonreí. Me penetro con cuidado, con dulzura, con amor y ese momento fue mágico.

Nuestros gemidos se escuchaban en todo el cuarto, pero eso no nos importó. Nuestros cuerpos se funcionaron en uno, nuestros labios se degastaron al besarnos tanto, nuestras manos se juntaron una vez y nuestros corazones latieron como si fuera la primera vez.

"¿Qué sucede cuando amas al monstruo? ¿Lo salvas de él mismo? o ¿Te hundes junto a él en el abismo?"


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