𝟶𝟸. 𝙴𝚕 𝚝𝚘𝚗𝚝𝚘 𝚎𝚗𝚊𝚖𝚘𝚛𝚊𝚍𝚘

36 4 1
                                    

En cuanto una de sus admiradoras le mostró una foto suya que él desconocía haber sido tomada alguna vez, comenzó a investigar

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

En cuanto una de sus admiradoras le mostró una foto suya que él desconocía haber sido tomada alguna vez, comenzó a investigar. No le molestaba demasiado que vendieran las fotos, sino que fueran tomadas sin su consentimiento. ¿Y si se trataba de un acosador loco que no solo le tomaba fotos a él? ¿Qué tal si también le tomaba otro tipo de fotos a las chicas? No iba a permitir que algún degenerado las acosara.

¿Qué es esto? — extendió la foto hacia su mejor amigo, quien solo la miró confundido — ¿Que, ahora vas a admirarte incluso en fotografías? con mirarte en el espejo creí que sería suficiente.

¡Iwa-chan! — se quejó, pero pronto su rostro se tornó serio — Alguien me ha estado tomando fotos para después venderlas.

¿Y qué tiene de raro? Una vez intentaron sortear un mechón de tu cabello — añadió desinteresado.

Esta persona está tomando fotos sin mi consentimiento — volvió a tomar la foto observando cada detalle. Aunque fuera a escondidas de él, la persona que tomaba las fotos parecía esforzarse en capturar cada detalle, luz y posición, con el objetivo de lograr una increíble imagen.

En cuanto analizó todo, como si de un pequeño foco se tratara en su mente, se encendió una idea: solo alguien en toda la escuela cuidaría todos esos detalles. Debía ser un miembro del club de fotografía. Si fuera alguien ajeno que solo quisiera vender por vender, solo las tomaría con la misma cámara de un celular, pero esta persona lo hacía con una profesional.

Se sorprendió al ver cada nueva foto que llegaba a sus manos. Aunque estuviera observando constantemente a su alrededor para descubrir quién tomaba las fotos, esta persona lograba escapar sin ser atrapada. Comenzaba a desesperarse por no poder atraparlo, aunque le resultaba divertido y, sobre todo, desafiante descubrir quién estaba detrás de aquellas imágenes.

Disculpa, ¿podrías moverte? Estás tapando la vista a la cámara.

Reconoció de inmediato aquella dulce voz: Chihiro Tsunematsu, la chica que lo volvía loco desde la secundaria. La primera vez que la conoció fue en uno de los partidos de su escuela anterior. Parecía que venía a apoyar a su equipo, pero en realidad iba a apoyar al capitán de aquel entonces. Después de aquel partido, no regresó nunca más a ninguno. Sin rendirse, comenzó a buscarla por los salones, pasillos, cafetería y patios. En cuanto descubrió a qué clase pertenecía, no perdió la oportunidad de pasar “casualmente” por allí. Sin embargo, ella nunca volteó a verlo, y las veces que se atrevía a hablarle, se ponía demasiado nervioso, impidiendo que hablara con claridad.

Perdió su oportunidad, pues a principios del segundo año ella se había cambiado de escuela. Aunque creía que todo estaba perdido, a las pocas semanas de haber ingresado a la preparatoria, volvió a verla, y ese familiar latir en su corazón volvió a presentarse. Ahora, más seguro, no tardó en acercarse a hablarle, pero igual que en secundaria, ella seguía sin tener ningún interés en él. Se resignó a observarla desde lejos y soltar suspiros enamorados cada vez que se encontraban en los pasillos.

the broken hearts club  | toru oikawaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora