Sistema en el Padrino

76 Tomando el reinado del vecindario

En el bullicioso barrio de Boyle Heights, Los Ángeles, una nueva presencia había comenzado a extenderse como un reguero de pólvora a través de las pandillas estadounidenses-mexicanas y afroamericanas. En los últimos días, un grupo de vigilantes, conocido como el Cuerpo de Cuervos, había sido visto patrullando las calles de noche y de día.

En un escondite poco iluminado, los miembros de la pandilla afroamericana se reunieron para una reunión de emergencia para discutir esta molestia. El aire estaba lleno de humo de cigarrillo y tensión cuando el líder, Booker Carter, golpeó su puño contra la mesa. "Estos amigos de Raven Corps han sido un verdadero dolor en el cuello, te lo digo. Han estado inmiscuyendo en nuestro negocio, deteniendo robos, atracos y robos a izquierda y derecha".

Uno de los miembros, un hombre barbudo con una cicatriz en la mejilla, asintió de acuerdo. "He luchado con algunos de esos tipos, y créeme, no son aficionados. Tienen algo de entrenamiento real detrás de ellos".

Otro miembro, un hombre más joven con un chip en el hombro, habló. "Bueno, ¡no podemos sentarnos aquí y dejar que nos pasen por encima! ¡Tenemos que mostrarles quién es el jefe de estas partes!"

Una voz más cautelosa se canalizó desde la parte trasera de la habitación. "Sí, pero tampoco queremos atraer la atención de los policías. Tenemos suficiente calor como está".

La habitación se quedó en silencio mientras los miembros de la pandilla intercambiaban miradas preocupadas. "Entonces, les pregunto, caballeros, ¿qué se supone que debe hacer un tipo cuando las cosas hayan cambiado?" Booker Carter preguntó, se formó un pliegue profundo entre

"¿Qué tal si nos asociamos con las pandillas mexicanas?" Una voz sugerida desde la parte trasera de la habitación. "Tal vez juntos, podríamos enseñar a esos amigos de Raven Corps una o dos lecciones".

La conversación se interrumpió con el sonido de la puerta del escondite que se abría. Todas las cabezas se volvieron para ver al segundo mando de Booker, Scooter Peyton, retornando. Scooter ajustó su fedora, una sonrisa astuta en su cara.

"¿Alguna novedad, Scooter?" Booker preguntó, con un destello de curiosidad en sus ojos.

"Sí, tengo algo para ti", dibujó Scooter, tomándose su tiempo.

La sonrisa de Booker se ensanchó. "¡Bueno, derrama los frijoles, Scooter! Será mejor que sea una buena noticia por una vez".

Justo cuando la pandilla estaba a punto de celebrar, la puerta de su escondite se abrió con una explosión. Para su total conmoción e incredulidad, varias figuras surgieron de las sombras, todas vestidas con trajes y sombreros, sus revólveres dibujados y nivelados hacia los aturdidos miembros de la pandilla.

Los ojos de Booker se abrieron de furia cuando se volvió para mirar a Scooter. "¿Cuál es el significado de esto, hijo de puta que apuñala por la espalda?"

La sonrisa de Scooter no se tambaleó cuando se encontró con la mirada de Booker. "Esta es la noticia de la que estaba hablando, jefe. Supongo que podrías decir que traje compañía".

La habitación estalló en maldiciones y gritos mientras la traición se hundió. Se sacaron armas, pero los agentes del Raven Corps ya estaban en alerta máxima, con sus armas entrenadas en los miembros de la pandilla afroamericana.

"Les aconsejaría a todos que dejen su hardware, caballeros", dibujó Scooter, "Estamos rodeados, y no queremos más derramamiento de sangre de lo necesario".

Booker escupió a los pies de Scooter, su cara retorcida de rabia. "¿Estás del lado del hombre blanco, Peyton? ¿Cómo pudiste hacerlo? ¡Después de todo lo que hemos pasado! ¿Qué pasa con nuestra causa?"