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Después de unos días de haber hablado con Dylan, todo había estado más calmado, incluso habían salido más veces que antes. El chico prometió cambiar y ya había un avance. Cada vez que él se sentía mal, hablaban hasta que él se sintiera más tranquilo. Sin embargo, Haruka y Kie no estaban felices con la decisión que había tomado su mejor amiga, pero dijeron que la apoyarían en lo que fuera así que evitaban realizar cualquier tipo de comentario que hiciera sentir mal a (T/N).
La chica se veía más tranquila que antes, pero aún no se veía bien. Eso era porque ella no se sentía tan cómoda con todo eso. Pero, no encontraba las palabras para explicar lo que sentía. Lo peor es que ella sentía y sabía que si decía algo, Dylan tendría una actitud negativa y se comportaría nuevamente como la víctima, diría que todo eso es culpa de ella. Que igual, es una mentirosa por no ser tan sincera como ella decía ser.
Ella ni siquiera sabía porque le decía mentirosa si no había mentido en nada, era algo sin justificación.
¿Así debería sentirse estar en una relación? Si era así, ¿Por qué las demás chicas se veían tan felices?
No sabía que hacer, se sentía frustrada. Deseaba tanto verse y sentirse tan feliz como las otras chicas, y en el fondo sabía que con Dylan ya no lo sería, lo había entendido parcialmente, pero a la vez, ella quería que fuera él y solo él. No existía nadie más que él.
Cada día se preguntaba ¿Por qué tiene que ser tan complicado?
Ese día ella se encontraba en su habitación, tenía un gran desorden, no había tenido ánimos para limpiar, ni siquiera había podido leer, ni dibujar. Se encontraba estancada. Siendo fin de semana, no tendría problema alguno en quedarse en casa.
Por otro lado, Haruka había salido con su hermano al centro comercial, ambos querían comprar nuevas patinetas y en el centro comercial había un lugar donde las vendían, eran de calidad y además podrían personalizarlas. Mientras la rubia admiraba un par de patinetas, de reojo logró ver a alguien conocido, y para quitarse las dudas se asomó para ver si era quien creía.
Nada más y nada menos que Dylan. Pero no iba solo, iba acompañado, por otra chica. No muy alta, cabello castaño y ondulado atado en una coleta.
Haruka trataba de adivinar quién era ya que tenía un aspecto muy familiar.
Ellos se iban alejando así que le avisó a su hermano que saldría un momento.
Necesitaba ver quién era la chica con la que estaba. Rápidamente sacó su teléfono y les tomó una foto, primero se la envió a Kie. Y en lo que ella respondía, Haruka siguió a esos dos.
Podía notar a simple vista que ambos se veían felices, podría decirse que incluso enamorados. La forma en la que Dylan miraba a esa chica era... No sabía cómo explicarlo, pero lo que sí sabía era que ese joven no miraba de esa forma a su mejor amiga, y nunca lo hizo.
