Shadows.

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-¿Dónde cojones estabas? -preguntó la ucraniana en cuanto Chiara le abrió la puerta.

A pesar del tono inquisidor de su voz, la cantante supo ver que Ruslana lo único que tenía de chica dura en ese momento era fachada. Llevaba la misma ropa que había llevado al concierto la noche anterior y tenía el pelo ligeramente alborotado y unas ojeras oscuras y profundas. La piel increíblemente pálida y se dio cuenta de como se frotaba los dedos nerviosamente.

-Come in. -dijo Chiara echándose hacia un lado. -Perdón por desaparecer ayer, me sentí un poco mal. -se disculpó la inglesa mientras abrazaba a su amiga.

Ruslana, por primera vez en mucho tiempo, se escondió en el cuello de su amiga y comenzó a llorar. Chiara cerró la puerta con el pie como pudo y estrechó a la chica entre sus brazos. La ucraniana estaba desahogando todos sus sentimientos, había pasado toda la noche en el primer hotel de la ciudad en la que tenia una habitación libre. A pesar de que estaba preocupada por su amiga, en el momento en el que se vio sola en mitad de una habitación de hotel, todos sus pensamientos comenzaron a abordarla. 

La ucraniana conocía a Omar desde siempre. Se había enamorado por primera vez en su vida, su vida comenzó a girar en torno al muchacho. Como su sueño era ser cantante, Ruslana se decantó por el modelaje para poder mudarse a vivir a Madrid con él. Le apoyó en todo el comienzo de su carrera post OT e incluso le pidió a Chiara que apoyase a su novio en la industria recomendándole a productores. 

Ruslana se sintió estúpida y usada. sus pensamientos no la dejaban dormir y las llamadas incansables de Omar solo la agobiaban más, así que, en mitad de la noche, apagó el móvil. Se metió en esa cama solo para sentirla inmensa y vacía, así que pasó toda la noche sentada en el suelo junto a la puerta. 

Chiara sintió como su corazón se rompía cuando el llanto de su amiga aumentó y se aferró a la camiseta de su amiga apretándola contra ella. -It's okay -Chiara se movió hasta que ambas quedaron sentadas en el sofá.

La inglesa sabía ver lo vulnerable que estaba su amiga si se había roto de esa manera con solo un abrazo. Ruslana siempre se había mostrado como una persona dura y fuerte dejando pocos atisbos de su parte sensible pero jamás habían sido como esta vez. Chiara acarició los mechones pelirrojos de su amiga intentando que encontrara algo del confort que quería trasmitirle a pesar de que las lágrimas inundaban su rostro también. Le dolía muchísimo ver a su amiga así. 

-Tiene una hija, Keeks, una hija. -consiguió verbalizar Ruslana contra el cuello de su amiga. -Lo abandoné todo por él, me mudé por él, no veo a mi familia desde la boda por él. Y ni siquiera fue capaz de decirme que tenía una hija. -Ahora solo podía notarse la rabia saliendo por la boca de la muchacha. -¿Tú lo sabías? -preguntó alejándose un poco de Chiara.

-No -respondió rápidamente la inglesa. -Vio nunca me dijo quien era, tampoco pregunté, parecía un tema delicado. -Chiara suspiró. -Además, si lo hubiera sabido te lo habría dicho, no lo dudes.

-No lo hago. -Ruslana se secó las lágrimas con el dorso de la mano y suspiró colocándose bien en el pecho de Chiara. -¿Por qué me ha hecho esto? Fue antes de estar conmigo, no me hubiera enfadado porque tuviera una hija, me habría encantado conocerla.

-Creo que por qué ni él mismo quería conocerla. -le dijo Chiara mientras continuaba con sus caricias en el pelo de su amiga. 

-¿Has hablado con Violeta? -preguntó Ruslana también preocupada por su amiga.

-Sí, esta mañana. -Las pocas palabras de Chiara encendieron una alerta en la mente de la pelirroja.

-¿Y?

-Me ha dicho que todo esta bien que fue el shock del momento, que luego hablábamos porque se iba a pasar el día con su familia.

-Entonces, bien ¿no? -Ruslana se incorporó un poco separándose de su amiga para mirarla a los ojos mientras hablaban.