𝗣𝗥𝗘𝗟𝗨𝗗𝗜𝗢 | 𝗙𝗨𝗘𝗡𝗧𝗘

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Hace trece años

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Hace trece años...




Siempre te dio miedo el agua.

Era algo natural en los niños. El temer. La sensación de peligro ante un mundo desconocido. No estabas segura en qué momento comenzó esa peculiar fobia, pero si sabías que solo logró escalar más conforme a los años.

En el jardín de la mansión, había una gran fuente. Hecha completamente de piedra caliza y repleta de enredaderas alrededor de sus pequeños muros. Nunca dejaba de brotar agua cristalina. Y a pesar de que no tenía una gran profundidad, no te gustaba para nada estar cerca de ahí, por mucho que a tu hermana Himari y a tu madre les gustara.

El jardín por sí solo era bastante caótico para ti. Había tantas flores y tantas plantas como en un invernadero y las piedras desubicadas podían convertirse en una auténtica pesadilla si no tenías el suficiente cuidado. Tropezar con una de ellas te costaría la poca dignidad que te quedaba a la edad que tenías. Y justamente, eso era lo contrario a tus deseos.

El desconsiderado que tenías por padre creyó que sería buena idea recibir a sus visitas en el jardín, en dónde forzosamente sus hijas tenían que estar. Daba igual si una de ellas podría atentar contra su propia vida por el simple hecho de cojear en un prado lleno de rocas. De cualquier manera, moriría así o ahogada. Cual fuera de las dos opciones.

Cómo estar de pie resultaba bastante incómodo después de un rato, no tuviste más opción que ir a sentarte a las orillas de la dichosa fuente. Diste un pequeño brinco con tu pierna buena y colocaste tu trasero sobre el concreto. Te apretaste ambas manos con fuerza, esperando que las visitas se fueran pronto para poder ir a descansar a tu cuarto. El sonido del agua borboteando taladró tus oídos, erizó los vellos de tu nunca y mantuvo tu corazón acelerado. Inhalaste profundamente antes de soltar un suspiro.

No comprendías bien la razón de tu presencia ahí. El hombre que había llegado a tu casa parecía interesado en cada una de tus hermanas, menos en ti. Y del hijo, se podía decir que venía obligado, por qué tenía el rostro fruncido por el disgusto y el odio. Ninguno de ellos te elegiría a ti. No había por qué.

❝𝐅𝐈𝐑𝐄 𝐎𝐍 𝐅𝐈𝐑𝐄❞        𝘁𝗼𝗱𝗼𝗿𝗼𝗸𝗶 𝘀𝗵𝗼𝘁𝗼̄Donde viven las historias. Descúbrelo ahora