𝗖𝗔𝗣𝗜𝗧𝗨𝗟𝗢 𝗢𝗡𝗖𝗘 | 𝗣𝗥𝗢𝗣𝗨𝗘𝗦𝗧𝗔

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Jinichi Nakai era un hombre bastante imperfecto. A pesar de que se jactaba de ser la misma reencarnación de Buda, seguía siendo humano y cometía errores. El suyo fue exhibir sus planes de casar a la última de sus hijas, que además era coja y no tenía don con alguien que evidentemente no quería. Su fallo fue advertir esa boda, pues así le dio tiempo a Himari para trazar un plan.

Dado que El Oso y Jinichi eran jugadores empedernidos y Las Vegas habían aparecido en forma de dos boletos de avión sobre la mesa del comedor, no fue difícil intuir que tenían planeado hacer un viaje junto con el resto de sus amistades. Ocurrió mes y medio después de la boda de tu hermana y por lo poco que pudiste escuchar de sus vagas conversaciones, sería un viaje medianamente largo. Era una especie de despedida de soltero algo retorcida.

—Después de esto, prometo cumplir mi voto de fidelidad, preciosa — te dijo El Oso la última vez que visitó tu casa.

Por supuesto que no le creíste. Sabías perfectamente la clase de hombre que era y si existía algo más que adorara Yu Okane además de las apuestas, eran las mujeres. Te daba igual si era devoto o no al matrimonio; lo único que te aterraba era pensar en la asquerosidad que podría salir de esa situación. En tu mente, no había cabida para una enfermedad de transmisión sexual que te arruinara permanentemente.

Durante tu estancia en casa, hiciste todo lo posible por ser complaciente con Jinichi y tu aparente prometido, aunque en la medida de tus límites hasta que llegó el día que tuvieron el dichoso viaje. A sus espaldas, estuviste en contacto con tu hermana y acordaste la hora indicada para poder salir de esa horrible casa. Tan pronto los autos abandonaron la entrada principal, tomaste el teléfono para llamar a Himari.

Aquella fue la señal para actuar.

Tu hermana, tan voluntariosa como siempre, les ordenó a las criadas que mantuvieran la boca cerrada ante el escenario presentado y que por supuesto, te ayudarán a bajar las tres enormes maletas de ropa y recuerdos que te llevabas contigo. Dejar tu habitación fue un breve proceso difícil y angustiante. Habías vivido tiernos recuerdos ahí en la compañía de tus hermanas y de tu madre, pero también guardaba muchos secretos que preferías enterrar para siempre. Te llevaste al viejo oso descosido de tu cama antes de darle la espalda y cerrar la puerta de madera.

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⏰ Última actualización: 3 days ago ⏰

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❝𝐅𝐈𝐑𝐄 𝐎𝐍 𝐅𝐈𝐑𝐄❞        𝘁𝗼𝗱𝗼𝗿𝗼𝗸𝗶 𝘀𝗵𝗼𝘁𝗼̄Donde viven las historias. Descúbrelo ahora