𝗖𝗔𝗣𝗜𝗧𝗨𝗟𝗢 𝗗𝗜𝗘𝗖𝗜𝗦𝗘𝗜𝗦 | 𝗗𝗜𝗖𝗧𝗔𝗠𝗘𝗡

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El tenue sonido de los cubiertos chocando contra el vidrio de tu plato era el único ruido en la habitación. La gelatina, fresca y dulce, era lo único que habías logrado comer con algo de apetito desde que despertaste. Cada cucharada se deslizaba lentamente por tu garganta, no porque quisieras disfrutarla, sino porque tu cuerpo aún parecía tomarse su tiempo para acostumbrarse de nuevo al acto de comer.

Te quedaste mirando la gelatina un momento, observando cómo temblaba ligeramente bajo el movimiento de tu cuchara. Era casi hipnótico, una pequeña distracción de los pensamientos que seguían rondando en tu mente.

El sonido de la puerta al abrirse te hizo alzar la vista. La enfermera de antes entró con una sonrisa amable, aunque había algo en su expresión que parecía contener una pizca de nerviosismo.

—Señorita, tiene una visita — anunció mientras se acercaba un poco.

—¿Quién es? — preguntaste, dejando la cuchara a un lado.

La enfermera vaciló un instante antes de responder.

—Soy yo.

Una voz adicional interrumpió la pequeña conversación. Por encima de la silueta de la enfermera, se asomó una figura más alta y fornida. Su presencia logró intimidar a la mujer, quien no lo pensó dos veces antes de hacerse a un lado.

Tus ojos se encontraron con los de Shoto. Había algo en su mirada que te desarmó. No era solo preocupación, ni siquiera el habitual control que siempre parecía tener. Era algo crudo, casi vulnerable. Llevaba su uniforme de héroe, impecable como siempre y en su diestra, sostenía un ostentoso ramo con diversas flores. Sus manos estaban apretadas y parecían traicionar lo que realmente estaba sintiendo.

Esperó pacientemente a que dijeras algo más, pero solo pudiste parpadear por la conmoción.

Definitivamente, no esperabas verlo tan pronto. Dejaste salir un suspiro antes de dirigir tu atención a la enfermera, quien parecía embelesada por la aparición de Shoto.

❝𝐅𝐈𝐑𝐄 𝐎𝐍 𝐅𝐈𝐑𝐄❞        𝘁𝗼𝗱𝗼𝗿𝗼𝗸𝗶 𝘀𝗵𝗼𝘁𝗼̄Donde viven las historias. Descúbrelo ahora