❝𝐅𝐈𝐑𝐄 𝐎𝐍 𝐅𝐈𝐑𝐄❞ 𝘁𝗼𝗱𝗼𝗿𝗼𝗸𝗶 𝘀𝗵𝗼𝘁𝗼̄

𝗖𝗔𝗣𝗜𝗧𝗨𝗟𝗢 𝗩𝗘𝗜𝗡𝗧𝗜𝗧𝗥𝗘𝗦 | 𝗔𝗥𝗥𝗢𝗭

El mar era precioso.

No tenías duda en eso, pero al final del día, era un enorme manto de toneladas y toneladas de agua salada con una profundidad tan aterradora que te hacia querer vomitar por los nervios.

Por suerte, Shoto y Lucky parecían disfrutar la arena y el agua. Tu marido se encontraba de pie junto a la orilla con los pantalones remangados, dejaba que las olas le mojaran los tobillos mientras observaba el horizonte con tranquilidad. Lucky, por otro lado, correteaba cerca de él, dejando diminutas huellas en la arena húmeda. Su colita se movía con pura emoción. El día anterior se cumplía el tiempo de su yeso, así que entre tú y Shoto se lo retiraron. 

Lucky se veía muy feliz en la playa. 

Desde tu lugar, sentada sobre una tumbona con los pies apenas tocando la arena mientras los observabas en silencio.

Era su segunda semana estando completamente solos, después de que sus amigos regresarán a Tokio.

El señor Bakugou y Midoriya se quedaron en tu nueva casa por alrededor de dos semanas. Luego, tuvieron que irse por sus trabajos, especialmente porque el señor Bakugou temía que en su ausencia, su agencia estuviese patas hacia arriba. Además de que dejó muy en claro que él pensaba y sentía que eran una especie de entrometidos.

Te atreviste a asegurar que hasta Izuku lo pensaba. Durante los días que se quedaron en la casa, los amigos de tu marido lo dejaban de "molestar" a partir de las seis de la tarde. El señor Bakugou se iba a dormir a las ocho si no antes lavar los platos e Izuku se quedaba a cuidar de Lucky mientras Shoto te dedicaba algo de su tiempo.

En más de una ocasión, escuchaste al señor Bakugou dirigirse a ustedes como "la pareja de tortolitos pasteleros". Un nombre original tenías que admitir.

Sin embargo, la última conversación que tuvo con tu esposo antes de irse logró poner colorada tu cara:

"¿No quieres quedarte más tiempo?" le preguntó Shoto.