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Narración en tercera persona

Bill Cipher no entendía los sentimientos humanos. Era una criatura de otra dimensión, un ser de caos y confusión, y las emociones humanas le resultaban absurdas y fascinantes a partes iguales. Especialmente las de Stanford Pines.
Desde el primer momento que vio a Ford, Bill sintió algo distinto. Pero, por supuesto, lo atribuyó a su deseo de manipularlo. Era un genio brillante, un juguete perfecto para sus planes. Pero con el tiempo, sus acciones comenzaron a cambiar.

Pasaba horas observando a Ford, no solo para buscar debilidades, sino simplemente porque le resultaba interesante. Se divertía con sus ocurrencias y se encontraba deseando saber más sobre sus pensamientos y sentimientos. Cuando Ford estaba concentrado en su trabajo, Bill lo observaba con una mezcla de admiración y algo más, algo que no lograba identificar.
¿Que era cariño? Para el, una forma posesiva de decir que te gusta alguien o algo y por eso lo usas o repites o crees que es tuyo.
Nunca en toda su existencia habia tenido cariño a algo, o tal vez si, pero el mismo lo destruyo porque no sabia que era esa sensación que parecian chispas de "felicidad".
Si sabia que era la felicidad, ya que reia al matar, torturar y burlarse de todos los seres que rogaban en sus ultimos momentos de vida. Pensaba que usualmente los humanos no diferenciaban del miedo o del amor realmente.

Esa noche, mientras Ford dormía agotado después de un día de investigaciones, Bill se materializó en la habitación, flotando sobre él. Lo observó en silencio, notando la forma en que la luz de la luna acariciaba su rostro. Un pensamiento extraño cruzó su mente: quería protegerlo, asegurarse de que estuviera a salvo. ¿Pero por qué?

Es solo porque lo necesito para mis planes— se decía Bill a sí mismo. —Es crucial para mi objetivo final—

No podia describir lo que sentia por ese ser humano de seis dedos, solo pensar que su humor era completamente igual al de el lo fascinaba, amaba como lo adoraba como si de un dios se tratara, incluso su cabaña la habia modificado hasta tal punto en el que su imagen estaba en las ventanas, era como si toda su vida girara entorno a el y eso lo hacia... feliz.
Pero no podia olvidar sus origenes, el no habia estado engañando humanos desde que se postraron en la tierra solo para detener su plan porque un genio le caia bien (?). Tenia mas seguidores que para mantener su credibilidad necesitaba ese portal, el reino de las pesadillas no esperaba a nadie y no habia nacido para repartirle flores a nadie.

Su forma humana era algo que ni si quiera el habia hecho alguna vez, podia decir que era la primera vez que se transformaba en ella, todo por ese consentido Ford que tenia
¿En que momento un simple humano era tan importante para el? Ni si quiera el termino demonio le hacia justicia a su maldad, el no iba a cambiar, era un mentiroso por naturaleza.
Ni su propia familia habia sido capaz de hacerlo, los destruyo a ellos y a toda su dimensión, porque nadie podia dominarlo, nunca lo permitiria...

Usame ford — recordo haber dicho, ¿De donde habia salido eso?, sabia que era un mentiroso pero nunca habia dicho eso para manipular a ningun ser vivo, ni si quiera en las imagenes- videos que pasaban en esa caja con antenas que Ford solia ignorar pero encendia para dormirse habia oido eso, y eso que se llamaban "novelas romanticas".
Romance, es una palabra desconocida realmente para el, no necesitaba leer en ninguna parte que era.

El de ojos amarillos se desvanecio ya que hace tal vez 1 hora, desde que habia arrullado a Ford para que descansara estaba ahi. A Bill le daba una paz inexplicable verlo dormir en su presencia, era ironico ya que era un genocida, por decir algo corto.
No se fue sin antes acariciar uno de los cabellos del de seis dedos y quitarle sus anteojos, dejandolos en la mesita de noche de al lado.

Queria caminar como normalmente harian los humanos pero sus pasos resonaban por toda la cabaña, asi que decidio regresar a su forma habitual, un triangulo.
Luego de esto, llego hasta esa biblioteca enorme de Ford, de un solo chasquido, todos los libros salieron de sus estantes y empezaron a girar a su alrededor, como si del sistema solar se tratase.

—Ford eres un jodido genio, porque carajo no tienes un solo librito de este tema— El de sombrero negro exclamaba indignado

Estaba buscando un libro, como si de un mortal se tratase, para informarse sobre su duda.

—¡Aqui tiene que haber algo— Los libros dejaron de girar a su alrededor y acerco uno de los tantos, hacia el.

Las Areas del cerebro humano se titulaba ese libro que esperaba tuviera sus respuestas deseadas.
Abrio el libro y las paginas revoloteaban hasta encontrar lo que tanto buscaba

la ínsula y el núcleo estriado del cerebroBill abrio expresivo su ojo, como si de algo nuevo se tratase, aunque claro que sabia lo que eran estas partes — se activan tanto en el deseo sexual como en el amor romántico, ¡Esto es!— Dijo emocionado, como si de un niño pequeño se tratase.

Mas esto lo decepcionaria, por algunas incoherencias que según el, tenia el libro, como por ejemplo,
"Cuando una persona está enamorada se produce un descenso de la serotonina y entra en juego también la dopamina, la hormona vinculada a las sensaciones de placer y gratificación".

—¡Porque tendria que descender la serotonina si es lo que les gusta sentir a todos!, libro de mierda— Bill cerro abruptamente el libro, con evidente molestia — ¿El órgano responsable del enamoramiento es el cerebro, aunque la sensación fisiológica es en el corazón?, que complicados son estos mortales insignificantes— Bill tiro el libro lejos de el.

Los libros volvieron a girar a su alrededor, necesitaba buscar otras respuestas porque la que habia leido no lo satisfacia.
Asi, paso almenos 4 horas, incluso el anochecer amanecer lo habia atrapado y el todavía seguia intentando entenderse a si mismo como si fuera un humano, porque al fin y al cabo, le gustaba uno.

—¿Gustar es el termino que busco?— Se preguntaba a si mismo, con otro libro en una de sus manos. Tirandolo nuevamente por algun lado de la habitación.

Finalmente, los libros dejaron de girar y se regresaron a su lugar. Bill estaba molesto porque, a pesar de su naturaleza manipuladora y retorcida, se había enamorado de Stanford Pines.

—¿Bill?— Un adormilado Ford se habia levantado, con poca visión, ya que no se habia colocado sus lentes.

Bill se materializo en su forma humana de nuevo y se giro a ver al de seis dedos.

—Sixer— Le dio una sonrisa genuinamente el de cabellos rubios

—Pense que te habias ido— Ford se acerco mas a Bill, habia estado despierto tal vez 17 horas, trabajando en la maquina enorme que Bill le habia enseñado.

—Aquí sigo Fordsy— Bill acorto la distancia y pellizco una mejilla de Ford —¿Te hice falta en tus sueños?

—En los tuyos quizas— Ford respondio divertido. —Ya enserio, necesito ayuda, no encuentro mis anteojos y ahora mismo solo distingo tu luz

—Que romantico eres cerebrito, ¡Incluso ciego, ilumino tu vida!— Bill chasqueo sus dedos y los anteojos de Ford aparecieron en la palma de su mano —Ya puedes deleitarte viendome— El de radiantes ojos le coloco suavemente sus anteojos al otro.

—Gracias Bill, que haria sin ti— El de cabellos marrones menciono risueño —¿No quieres arreglarme la vista?, odio depender de unos cristales.

—No, yo entiendo a esos anteojos, me gusta que dependas de mi

—¡Cuando!, b-bueno, es que tu.. — Ford bajo su cabeza, avergonzado, era verdad que dependia de Bill.

—Te tengo muy consentido Stanford Pines— El mas alto acaricio el cabello despeinado del de seis dedos.

—¿Enserio?— Dijo algo asustado de que cambiara su comportamiento con el su preciada musa

—No.

Si. Si era cierto, pero nunca lo admitiria, su orgullo era mas grande.

También era muy grande el peligro que yacia en esa maquina que Bill le pidio a Ford, pero no se lo diria, tampoco.

¿A Bill le gusta Ford? // Billford (Esta Cagada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora