Capítulo 4: Noche de Cancha

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La noche estaba fresca y prometía ser vibrante en el Mâs Monumental. El estadio, lleno de su icónica atmósfera, se preparaba para recibir a miles de aficionados ansiosos por el partido. Valentina, acompañada por su prima Clara, llegó al estadio con una mezcla de emoción y entusiasmo. Su prima había insistido en que Valentina asistiera al partido de River Plate, y a pesar de sus excusas y negativas, Valentina accedió a acompañarla.

-Mirá Valen, ya te dije que el estadio es una experiencia hermosa. No hace falta que seas fanática del fútbol para disfrutar del ambiente -dijo Clara, mientras entraban al estadio-. Además, siempre es lindo venir a alentar y ver a los chicos.

Valentina, que no era particularmente entusiasta del deporte, solo un par de veces acompaño a Clari a sus eventos deportivos de caballos, los cuales no entendía mucho, le sonrió con amabilidad.

-Bueno, bueno. Le prometí a vos y a las chicas venir, así que acá estoy. Aunque, no prometo ser una barra brava colgada de algún lado.

Clara carcajeo y le dio un codazo amistoso.

-No te preocupes, lo importante es que lo disfrutes. Y quién sabe, a lo mejor encontras la oportunidad de encontrarte con Fonseca.

Valentina frunció el ceño y miró a Clara con una mezcla de sorpresa y especulación.

-Dale Clari, no empecemos con eso. Vine para pasar un buen rato para apoyar a Facu y a los chicos.

Mientras avanzaban por el pasillo del estadio, Valentina se permitió admirar la grandeza del lugar. La energía del público y la magnitud del campo de juego eran realmente impresionantes. Clara, como buena anfitriona, llevó a Valentina a su lugar en las gradas, donde ya se encontraban algunas de las esposas y amigas con las que habían compartido la noche pasada.

-¡Valen! -exclamó Fernanda Arenas, una de las esposas de los jugadores-. ¡Viniste, que bueno verte acá!

Valentina se acercó, saludando y abrazando a las mujeres presentes.

-¡Hola a todas!. Gracias por invitarme. La verdad es que estaba bastante emocionada por venir.

Las mujeres comenzaron a charlar animadamente sobre el partido, los jugadores y los detalles de la noche anterior. Valentina se sintió integrada en el grupo y disfrutó de la conversación, olvidando momentáneamente sus preocupaciones.

Cuando comenzó el partido, la emoción en el estadio era palpable. Los cánticos y los vítores de la multitud creaban una atmósfera electrizante. Valentina observaba el campo con interés renovado, sumergiéndose en la experiencia del momento. La acción en el campo era rápida y emocionante, y Valentina no pudo evitar sentirse atraída por la energía del evento.

Durante el entretiempo, Clara y Valentina aprovecharon para sacar algunas fotos. Valentina se sorprendió a sí misma disfrutando del ambiente y capturando los momentos vibrantes del estadio. Estaba empezando a ver por qué tanta gente se sentía tan apasionada por el fútbol.

Cuando el segundo tiempo comenzó, la emoción continuó creciendo. Linda, con su natural inclinación a estar al tanto de lo que sucedía en el vestuario, comentó casualmente sobre una conversación que había tenido con su esposo, Miguel.

-Que esto quedé acá - se dio vuelta a mirar a las demás mientras su hijito miraba atento al frente -Sebastián le comentó algo a Migue y Pablo ayer en casa y cuando se fueron los chicos, quedó un poco imquieto y me lo contó. Parece que Nico estuvo hablando con él sobre cómo se siente últimamente. La verdad, me preocupó un poco.

Valentina, que estaba mirando el campo, giró su cabeza hacia Fernanda con curiosidad.

-¿Qué pasa?- preguntó Dani qué alzaba a su hijo.

Fernanda frunció el ceño, tratando de recordar los detalles.

-No estoy segura de todos los detalles porque Migue no quizo hablar mucho del tema, pero Sebas mencionó que Nicolás se siente algo solo y está buscando algo más en su vida. La conversación fue algo personal, así que no quiero profundizar demasiado. Pero fue claro que está pasando por un momento difícil.

Las palabras de Fernanda resonaron en la mente de Valentina. Aunque no conocía al uruguayo demasiado bien, le sorprendió escuchar que él estaba lidiando con sentimientos de soledad. Mientras observaba al cinco en el campo de juego, concentrado y dando lo mejor de sí, un sentimiento de preocupación y curiosidad la invadió.

Valentina pensó en la conversación que había tenido con Facundo y lo que le había dicho este al mencionado en la conversación de antes, un día en el entrenamiento. Se preguntó si su presencia en la vida de Nicolás podría tener un impacto positivo, o si simplemente estaba sumándose a un torbellino de emociones complicadas.

A medida que el partido avanzaba, Valentina se encontró más atenta a las acciones de Nicolás. Sus movimientos en el campo parecían más intensos y decididos, y Valentina se preguntó si esa intensidad estaba reflejando algo más profundo en su vida personal.

El partido continuó, y Valentina intentó disfrutar del espectáculo, pero no podía evitar reflexionar sobre la situación del chico. La combinación de la atmósfera vibrante del estadio y el peso de la información que había recibido la mantenía en un estado de contemplación.

Cuando el partido terminó y el estadio comenzó a vaciarse, Valentina se despidió de las mujeres con las que había compartido el tiempo. Clara, notando que Valentina estaba en silencio, le preguntó con preocupación.

-¿Todo bien, Valen? Te veo un poco distraída.

Valentina asintió, forzando una sonrisa.

-Sí, todo bien. Solo... pensando en algunas cosas. Fue un día hermoso.

Clara la miró con comprensión y siguieron caminando hasta la salida del estadio. Mientras se dirigían hacia el estacionamiento, Valentina pensaba en el impacto que podría tener en la vida de Nicolás y en cómo manejaría sus propios sentimientos al respecto.

En un momento aparecieron Facu, Sebas y Pablo con quienes se saludaron amistosamente y también felicitaron a los futbolistas por el triunfo.

-¡Valen hola!- saludó el más chico de los tres.

Se quedaron hablando un rato más hasta que se hizo la hora de ir casa quien a su casa. El camino de regreso a casa estuvo lleno de reflexiones para Valentina. Sabía que había algo que debía considerar cuidadosamente.

Mientras el coche avanzaba por las calles de Buenos Aires, Valentina se sintió decidida a tomar el tiempo necesario para entender sus propios sentimientos y evaluar cómo podía contribuir positivamente a la vida de Nicolás. Aunque el futuro era incierto, Valentina estaba comprometida a encontrar un camino que le permitiera ser fiel a sí misma y a sus principios, mientras enfrentaba los desafíos que se le presentaran.

ENTRE LUCES Y SOMBRAS || NICOLÁS FONSECADonde viven las historias. Descúbrelo ahora