Capítulo 15: Conexiones en Bilbao

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La cena estaba en pleno apogeo en un encantador restaurante en Bilbao, donde la noche fresca ofrecía el telón de fondo perfecto para un encuentro cálido y familiar. Valentina, quien había estado nerviosa durante sus primeros días en España, ya comenzaba a sentirse más cómoda en compañía de la familia y amigos de Nicolás. A pesar de que él no estaba presente, debido a que se encontraba concentrando con su equipo, la ausencia de Nicolás no impidió que Valentina disfrutara de la velada.

Mañana, sábado 23 de Marzo, sería un día crucial, el primer partido de los dos amistosos que la selección uruguaya jugaría. Nicolás estaba profundamente enfocado en el desafío que le esperaba, mientras Valentina se preparaba mentalmente para apoyarlo desde las gradas. El domingo, después del partido, la selección viajaría a Lens, Francia, y Matías regresaría a Uruguay para reincorporarse a su equipo Montevideo Wanderers.

Durante la cena, Valentina, que ya estaba al tanto de los planes y movimientos familiares, se unió a las conversaciones con naturalidad. Los temas variaban desde anécdotas del pasado hasta planes futuros, y Valentina escuchaba con atención mientras los abuelos de Nicolás compartían historias de la infancia del futbolista, provocando risas y comentarios cómplices alrededor de la mesa.

A medida que avanzaba la noche, la calidez de la familia de Nicolás comenzaba a envolver a Valentina, haciéndola sentir más integrada en este grupo que ya consideraba cercano. Lisa, la madre de Nicolás, se mostraba especialmente afectuosa, asegurándose de que Valentina estuviera cómoda y bien  atendida. Cada vez que Valentina respondía a una pregunta o participaba en una broma, las miradas de aprobación y sonrisas de los presentes le daban un sentido de pertenencia que comenzaba a disfrutar.

Finalmente, después de una cena llena de charlas, risas y nuevos recuerdos compartidos, la familia de Nicolás y Valentina decidieron regresar al hotel. La caminata de regreso por las calles de Bilbao fue relajada, con la brisa nocturna refrescando el ambiente y las luces de la ciudad creando una atmósfera mágica.

Mientras caminaban, Valentina sintió una conexión más profunda con la familia de Nicolás. Se dio cuenta de lo mucho que significaba para ella estar allí, no solo como su compañera, sino también como parte de un grupo que la acogía con los brazos abiertos. Las dudas y nervios iniciales se iban disipando, dejando espacio para un sentimiento de seguridad y gratitud.

Ya en el hotel, cada uno se despidió con cariño, sabiendo que mañana sería un día importante. Valentina se despidió de los abuelos de Nicolás, quienes le dieron un abrazo cálido, y de Lisa, que le deseó buenas noches con una sonrisa maternal. Cuando finalmente llegó a su habitación, Valentina se sintió en paz. Sabía que, aunque el camino aún era incierto, estaba rodeada de personas que la apoyaban, y eso la llenaba de una alegría serena.

Antes de cerrar los ojos para descansar, Valentina tomó su teléfono y envió un mensaje a Nicolás.

"Todo fue increíble esta noche. Tu familia es maravillosa, me siento muy feliz. Descansá bien, mañana es un gran día. Te quiero mucho, muchoo."

Con una sonrisa en el rostro, Valentina dejó que el sueño la abrazara, con la certeza de que, pase lo que pase, estaba exactamente donde debía estar.

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Valentina se encontraba caminando rumbo al estadio de San Mamés, donde se disputaría el partido amistoso entre Euskadi y Uruguay. Iba acompañada por Lisa y Gianna, las dos mujeres más importantes en la vida de Nicolás, con quienes Valentina ya había establecido un vínculo cercano. Caminaban tomadas de los brazos, con Valentina en el medio, charlando de manera animada mientras avanzaban entre la multitud que se dirigía al estadio.

ENTRE LUCES Y SOMBRAS || NICOLÁS FONSECADonde viven las historias. Descúbrelo ahora