Capítulo 1: El Encuentro

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El sol se estaba ocultando lentamente detrás de los imponentes edificios de Buenos Aires. El ambiente estaba lleno de la vibrante energía de una tarde de verano, y el aroma de asado invadía el aire, prometiendo una noche de camaradería y buenos momentos. En el jardín trasero de la casa de su prima Clara y Facundo, la atmósfera era alegre y bulliciosa, con música suave de fondo y el murmullo de conversaciones animadas.

Valentina estaba en la cocina, concentrada en su tarea. Los utensilios estaban alineados sobre la mesa de mármol mientras ella organizaba los platos y cubiertos. Aunque estaba acostumbrada a planificar eventos de gran envergadura, esta noche era algo diferente: estaba en el hogar de una de sus primas lejanas y estaba rodeada por una mezcla de caras conocidas y nuevas.

Clara, con su característica sonrisa amplia, entró en la cocina, acompañada por su novio, Facundo. Valentina levantó la vista y se encontró con la mirada de su prima, que parecía tener algo en mente.

—¡Valen! —exclamó Clara—. Quiero presentarte a alguien.

Ella, alzando una ceja en señal de curiosidad, siguió a Clara hacia el patio. Allí estaban varios jugadores de River Plate, disfrutando de la velada. Entre ellos se encontraba Nicolás Fonseca, el 5 de River, que, con su presencia imponente y su porte atlético, destacaba claramente en el grupo.

Clara llevó a Valentina hasta Nicolás y les dijo con entusiasmo:

—Nico, quiero que conozcas a Valentina Martínez. Ella es la dueña de Eventos Martínez que hablamos el otro día, mi prima y una de las mejores organizadoras de eventos en Buenos Aires. Y Valen, él es Nicolás Fonseca, uno de los pilares de River Plate y compañero de las risas de Facu.

Nicolás, con una sonrisa amigable, extendió su mano.

—Un gusto, Valen. Escuché mucho sobre vos. —dijo con un acento que mezclaba su herencia uruguaya.

Valentina tomó su mano, sintiendo una ligera chispa de conexión.

—El gusto es mío, Nico. ¿Cómo va la vida en el campo de juego?

—No me puedo quejar —respondió él—. Estamos en una buena racha, y el equipo está unido.

La conversación fluyó de manera natural mientras Valentina y Nicolás intercambiaban anécdotas y experiencias. Valentina, aunque acostumbrada a eventos con grandes celebridades, no podía evitar sentir una ligera fascinación por Nicolás. Por su parte, Nicolás estaba intrigado por la pasión y la energía de Valentina.

Al llegar la hora de la cena, Valentina se unió a la mesa principal. Facundo y Clara, junto con algunos jugadores y sus esposas, estaban ocupados en una conversación animada. Después de que todos se sirvieron, Facundo hizo una breve introducción sobre quien era la invitada de hoy.

Los jugadores, con su típico humor relajado, comenzaron a hacer preguntas sobre el trabajo de Valentina. Le preguntaron sobre los eventos más grandes en los que había participado, y cómo manejaba el estrés de organizar grandes celebraciones. Entre risas y bromas, algunos incluso hicieron comentarios juguetones sobre cómo sería si Valentina organizara una boda para ellos.

—¿Alguno de ustedes está pensando en casarse pronto? —preguntó Valentina con una sonrisa, disfrutando del buen humor del grupo y provocando la risa de algunos.

—No, pero seguro que te recomendaría para cualquier evento —dijo Nicolás, mientras tomaba un sorbo de su vaso—. Aunque, si algún día decido casarme, no tengo dudas de a quién llamar.

La noche avanzó con el grupo dividiéndose en dos: los hombres se dirigieron a un lado de la mesa para hablar sobre fútbol y tomar fernet, mientras que las mujeres se agruparon en el otro extremo para tomar lo mismo y conversar.

Valentina, rodeada de las esposas de los jugadores y de su prima, se encontraba en el centro de la conversación. Las mujeres, con su calidez y simpatía, la invitaron a asistir al próximo partido de los chicos.

—¡Tenes que venir al próximo partido! —dijo Fernanda Arenas, con entusiasmo.

Ella sonrió, pero sacudió la cabeza en señal de negativa.

—No soy muy fanática del fútbol, pero gracias por la invitación.

Clara, con su habitual tenacidad, intervino.

—No se preocupen, yo me voy a encargar de convencerla.

Valentina miró a Clara con resignación, sabiendo que sería difícil evitar el partido.

A medida que la noche avanzaba, Valentina y Nicolás intercambiaron miradas y sonrisas, con la sensación de que había algo más en juego que una simple conversación. Mientras las charlas continuaban y la música llenaba el aire, ambos sabían que este encuentro era solo el comienzo de una historia que podría cambiarlo todo.

Cuando finalmente la noche llegó a su fin y los invitados comenzaron a despedirse, Valentina y Nicolás se encontraron por última vez en el umbral de la puerta principal. Nico, con una sonrisa que revelaba una mezcla de interés y admiración, dijo:

—Espero que podamos vernos pronto, Valen.

—Yo también —respondió ella, con una sonrisa cálida—. Que tengas una buena noche, Nico.

Mientras Valentina se alejaba hacia su auto estacionado, no pudo evitar sentir una mezcla de emoción y anticipación. Sabía que había algo especial en este encuentro, y el destino parecía haber comenzado a trazar un nuevo camino para ella y Nicolás.

ENTRE LUCES Y SOMBRAS || NICOLÁS FONSECADonde viven las historias. Descúbrelo ahora