Sesenta

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Tres semanas después del nacimiento del más pequeño de la casa ya no había tanto loquero alrededor y la verdad les iba espectacular.

Jo no daba qué hacer. Era un bebé muy tranquilo. Ni siquiera lloraba. Cuando tenía hambre solía llevarse las manitas a la boca, así que sus padres no tardaron en descubrir ese detalle. Y con respecto a Harua...

Bueno ahí la cosa cambiaba. Resulta que gracias a ese lindo omeguita el bebé había aprendido a balbucear. Y era demasiado tierno verlos juntos. Porque el pequeño Jo le extendía las manitas a su hermanito mayor y Harua se emocionaba mucho por jugar con él.

Euijoo se llevó una sorpresa grandísima. Creyó que Rua se pondría celoso con la llegada de Jo, ya que estaba acostumbrado a tener toda la atención de sus papis para él solito, pero realmente se llevaban muy bien.

Justo ahora los dos estaban recostados en un puff mirando los animados favoritos de Harua en la televisión de la sala. Harua tomaba un biberón con leche de fresa, y a su lado el pequeño Jo se mordía la manito esperando a que su mami viniese a por él para darle de comer.

Aún así miraba con ojitos curiosos el líquido rosita que bebía su hermano mayor, y de vez en cuando hacía soniditos para llamar su atención.

Rua miró al alfita y le tendió su biberón. Jo desesperadito por comer se acercó a la tetera y tomó dos sorbitos, mientras miraba la sonrisita de tiernos dientesitos que le estaba regalando el omeguita.

── Hey, no. Rua, de esa tu hermanito no puede tomar todavía ──Juju llegó justo a tiempo, para evitar que Jo siguiera tomando la leche saborizada, y lo sostuvo en sus brazos.

Haruita lo miró confundido.

── ¿Eta iechie no, mamá? ──preguntó levantando su biberoncito, y la escena fue todavía más adorable cuando el pequeño Jo dejó escapar una risotada feliz y extendió sus bracitos en un fallido intento de agarrarlo.

── No, cucú. Él aún es muy chiquito para tomar esa ──le explicó, mientras tomaba asiento en el suelo acolchado, a un lado del puff.── Y tú, pequeño alfita travieso, deja de portarte como si fueses un niño grande ya ──fingió regañar al sonriente Jo, y se le escapó un sonido de ternura cuando vio que una gotita de la leche color rosa -debido a la fresa- escapaba de la boquita del bebé y corría por su mentón, hasta gotear en la camisita blanca que traía puesta.

── Mamá ontantir, nanito ──explicó el de dos añitos cruzadito de brazos.

── Sí, mi amor, es muy lindo que quieras compartir con tu hermanito pero hay cosas que comes tú que él todavía no puede comer ──le tocó la naricita de manera tierna y le besó la cabellera.

Harua le sonrió y cuando vio a su mami subir su camisa para amamantar a Jo se bajó del puff y se acercó a ellos.

No pidió nada, sólo se quedó tranquilito mirando como su hermanito se alimentaba.

── ¿Tú quieres también mi amor? ──Juju le preguntó con un cariño desmedido que el cachorro más grande lo miró con ojitos brillantes y se acercó a él chillando emocionado.

Euijoo sintió que su aroma se endulzaba aún más cuando vio a sus dos pequeños alimentándose y mirándolo con ojitos de amor.

Puede que Harua ya tuviese dos añitos, pero iba a seguir siendo un tierno omeguita consentido.

── Buenos días ──saludó el alfa que recién había despertado.

Nicho tenía el cabello húmedo tirado hacia atrás, y estaba sin camisa, por la ducha que había tomado apenas salió de la cama.

Harua On Board [Nicholas x Ej] NichojooDonde viven las historias. Descúbrelo ahora