Historia de amor 2 (T/n Montemayor y Cesar Parra)♥️🫶🏻✨️

CAPÍTULO 13

EL ESPECIAL DEL NOVIO...PARTE 2

CHRISTIAN PARRA.

T/n permanece junto a la puerta, esperando a que salgamos, así que tomo una respiración profunda. Ethan pasa por mi lado y se sitúa al fondo del pasillo, con Andrea.

Cesar palmea mi hombro y se detiene frente a su esposa para sonreírle. Ella lo mira con tanto amor y devoción, que siento que algo se remueve por dentro de mis tripas.

Detrás de Cesar salió Carlos y se fue directo hacia donde se encontraba Lilian enseguida de Andrea. Yo en definitiva amo a Vanessa, eso lo sé, cuando el miedo a fallar se haya ido, quedará el amor. El amor que tengo por ella y por nuestro bebé.

- ¿Listo? - la pequeña me habla, ambos me miran.

- Sí - me acerco a ellos, pero paso mi brazo por los hombros de mi cuñada y mi hermano inmediatamente frunce el ceño.

- Me alegra tanto saber que me superaste y seguiste con tu vida - beso su cabeza - No me perdonaría a mí mismo romper tu corazón, debe ser tan difícil para ti verme caminar hacia el altar.

- ¿Qué? - chilla ella.

- Jodido idiota - Cesar golpea mi hombro con su puño.

- ¡Cesar! ¡No lo golpees!

- ¿Por qué no? Él me provoca.

- Está jugando, mi amor - ella toma su rostro con ambas manos - Sabes que te amo, jamás podría querer a alguien como te amo a ti.

- Te amo, señora Parra - mi hermano sonríe de nuevo como si estuviera viendo el tesoro más valioso del mundo entero.

- Voy a vomitar.

- ¡Christian! - me regaña la pequeña - ¡Eres imposible!

Ella vuelve a besar a su esposo y camina hacia donde Ethan, Andrea, Lilian y Carlos conversan, la música comienza a sonar, así que acomodo de nuevo mi corbata de moño torcida.

Mi papá y la señora Meza son los primeros en salir. Detrás de ellos, la pequeña y el bastardo caminan abrazados y sonrientes. Luego Ethan y Andrea, quien prácticamente se cuelga de su cuello para besarlo. Después sale la otra gemelita acompañado de Lilian, tomados de la mano.

- ¿Cariño? - mamá se acerca para pasar su brazo por el mío - Estoy muy orgullosa de ti.

- Gracias, mamá - beso su mejilla - ¿Alguna vez me imaginaste casado?

- Sí, aunque creí que tendrías como 40 años y tu esposa sería una chica tonta de 20.

- No me tienes fe, madre. Puedo ser maduro.

- Lo eres, cariño. Pero te gusta ver el lado divertido de las cosas - nos detenemos en la entrada de la carpa que acondicionaron para la ceremonia y seguimos caminando hasta que me detengo frente al altar.

Beso de nuevo la mejilla de mi madre y estrecho la mano de mi padre antes de subir a mi lugar.

- ¿Estás bien? Aún puedo sacarte de aquí en un minuto - Cesar susurra junto a mi oído.

Su esposa nos mira con el ceño fruncido y no sé si es porque nos escuchó o nos conoce bien. Niego con la cabeza discretamente.

- Estoy bien, puedo hacerlo - la marcha nupcial suena de pronto y todos giramos hacia la entrada, para ver a Vanessa y a su padre por el pasillo. Mierda. Se ve preciosa en ese vestido entallado.

Apenas me ve, sonríe y unas lágrimas hacen brillar sus ojos. El señor Meza me abraza antes de entregarme la mano de su hija y se aleja para sentarse con su esposa.

- Hola, nena.

- Hola, Christian - mientras todos se acomodan en sus asientos, le doy una miradita con ese vestido blanco ceñido a su cuerpo.

- Nena, ¿Tu vestido tiene cierre? - susurro.

- ¿Qué? - arquea la ceja - ¡Christian!

- Solo era una pregunta - levanto la vista hacia el padre, que nos mira con curiosidad, haciendo que Vanessa se sonroje.

- Me daré prisa, muchachos. Pon atención - yo asiento para indicarle que comprendí su instrucción, aunque realmente no esté de acuerdo.

Lo escucho hablar sobre la importancia de ser unidos y tenernos confianza, superar los problemas juntos...

¿Cuánto debería beber en la recepción? Podría compartir unos tragos con mis padrinos y con Torres, que está sentado junto a mi nana.

¡Y yo que creí que el único celoso posesivo era la gemelita! Supongo que al viejo Torres se le pegaron algunas actitudes de su jefe.

Vanessa me mira sonriente, detrás de ella la pequeña mantiene su vista fija en mí... ¿O no? Me giro para ver a mi hermano con la misma jodida sonrisa del millón de dólares.

- Christian - susurra Vanessa.

- Lo siento, nena. Es que Cesar suspira en mi nuca - Vanessa y T/n frunce el ceño, pero el carraspeo del padre nos recuerda que seguimos ahí, en medio de la ceremonia.

- Acepto - digo cuando el padre me hace la famosa pregunta.

Vanessa también asiente, y pronuncia las palabras en voz alta. Sus ojos de nuevo se llenan de lágrimas y la veo tratar de contenerlas para no arruinar su maquillaje.

Está tan feliz y yo también. Mierda. Ahora soy yo quien se siente conmovido y tiene que parpadear mucho para alejar las lágrimas, las chicas frente a mí se ríen, pero mamá no puede contenerse y llora sobre el hombro de papá.

- Puede besar a la novia - no ha terminado de decirlo cuando ya estoy abrazando a mi esposa por la cintura para besarla, un gran beso intenso que la deja sin aire.

Vanessa pasa su brazo por el mío para salir de la carpa hacia la otra, donde será la recepción, pero apenas hemos entrado cuando nos llaman para el primer baile.

- Ven aquí, nena - la abrazo contra mi pecho.

- Soy muy feliz, Christian. Te amo.

- Te amo - la beso - Vanessa, sé que soy un desastre, un muy sexy desastre, pero quiero decirte que me alegra mucho tenerte en mi vida. Gracias por no darte por vencida conmigo.

- Christian, tú eres maravilloso y yo sé que detrás de ese chico divertido se encuentra un hombre muy preocupado por las responsabilidades, estaremos bien, confía en mí.

- ¿Me has estado analizando? ¿Hablaste con mi madre?

- No, tonto. Te conozco y así te amo.

- Yo te amo, nena - acaricio su vientre con cuidado, pero una mano en mi hombro me hace voltear.

Papá quiere bailar con Vanessa, así que la dejo ir y tomo a mi madre en mis brazos para bailar.

Luego de ella, la señora Meza baila conmigo un poco, hasta que mi hermanita Luna se acerca para que baile con ella. Cuando termino de bailar con mi hermanita pasa mi prima Andrea, mierda necesito un trago para relajar el cuerpo. Busco a mi compañero de copas, pero el bastardo está en un rincón abrazado de la pequeña.

- Andrea, ¿Te importaría bailar con Cesar dos o tres canciones?

- ¿Por qué? - ella arquea la ceja.

- Necesito algo de adrenalina, y estoy pensando en algo muy muy peligroso.

- Bien, pero si terminas muerto será tu culpa.