FINAL. PARTE 2.

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CESAR PARRA.

UNA HORA ANTES...

T/n cierra la puerta de mi estudio y el estúpido pelinegro resopla de nuevo. ¿Qué mierdas le pasa ahora?

- ¿Qué? - gruñe cuando lo miro.

- ¿Quieres dejar la jodida cara larga? No eres tú quien se casa.

- ¡Lo sé! ¡Lo sé! Y no te ofendas, Torres, hermano. ¡Pero tenía boletos VIP para el juego de los Mariners! - agita las manos en el aire para resaltar su emoción, pero Javier y yo solo lo miramos con fastidio.

- ¿Y no puedes ir más tarde? El juego es en la noche.

- Ya lo sé - pone los ojos en blanco - Pero Vanessa estará cansada, con los pies hinchados y todas esas cosas de mujeres embarazadas, no me dejará ir al juego.

Cruza los brazos sobre su pecho y hace puchero como un jodido niño. ¿Este imbécil es mi hermano mayor? Torres da dos pasos hacia él, pero lo detengo para que me deje a mí tratar con él.

- Te conseguiré pases de cancha para el próximo juego - levanta la cabeza para mirarme con los ojos entrecerrados, como si no estuviera seguro de mi palabra.

- ¿Harías eso por mí?

- No - digo lo más serio posible - Lo hago por Javier.

- No es necesario... - comienza Torres, pero niego levemente con la cabeza.

- Si así dejas tu jodido mal humor, lo haré. No vas a arruinar el día de Gail y Javier, mucho menos los planes de T/n.

- ¡Oh, sí! ¡La pequeña! Por ahí hubieras comenzado - se ríe.

Se levanta del sofá para venir hacia mí y apoya su brazo en mis hombros.

- Lo haces porque le tienes miedo a la pequeña - canturrea en burla.

- Lo hago porque mi esposa obtiene lo que quiere, y si eso es que mi jodido hermano cierre la boca, lo haré.

- ¡Lo ves! ¡La pequeña es quien manda en esta casa! - finge sorpresa y Torres presiona sus labios para no sonreír.

Si él lo sabe, pero no es necesario que lo confirme.

Agarro a Christian por el cuello con mi brazo derecho en un fuerte apretón que comienza a ponerlo rojo. Intenta forcejear, pero no logra ni moverme.

- Tienes suerte que Torres esté de vacaciones este día y los próximos, porque me encantaría verlo patearte el trasero.

- ¿No puedes hacerlo tú mismo? - dice con la voz estrangulada.

Antes de que pueda responder, la puerta se abre y mi preciosa esposa aparece mirándonos fijamente.

- No quiero saberlo - dice cuando mira al pelinegro rojizo y despeinado bajo mi brazo.

Nos dice que es la hora de comenzar y nos alienta a que salgamos todos del estudio. Mi parte en la ceremonia es bastante sencilla, caminaré con Gail y la entregaré a Javier.

Todos se alejan para salir, yo permanezco al pie de la escalera esperando por la pronto señora Torres, quien baja lentamente con un hermoso vestido blanco.

Viene a mi memoria el día que la entrevisté en la casa para el puesto de ama de llaves, la empresa de personal ya la había seleccionado y la envío asegurándome que era la persona idónea para el trabajo. En ese entonces ella era solo una mujer viuda que quería alejarse de todo, lo que encajó perfecto a mi estilo de vida. Desde ese momento fue mi nana e igual para mis hermanos.

Lo que no esperé es que mi jefe de seguridad se enamorará de ella desde el primer día que la vio.

- ¿Estás lista, Gail? - sonrío cuando apoya su mano en mi brazo.

- Nerviosa - susurra.

- No tienes por qué estarlo, Javier ha estado esperando este día por mucho tiempo.

- Lo sé - sus ojos se llenan de lágrimas - Gracias, Cesar.

- El placer es mío - estoy en primera fila cuando salimos al pasillo y todas las miradas están en ella.

Torres nos mira impaciente desde el altar y se apresura a tomar sus manos cuando la tiene enfrente.

- Será mejor que la cuides - le digo antes de alejarme.

Me siento en la silla junto a mi esposa y observamos el resto de la ceremonia. Cuando es momento de la recepción que se montó en mi patio trasero, todos bailan y beben muy divertidos.

Bueno, todos excepto el par de mujeres Parras con las barrigas prominentes.

- ¿Cesar? - T/n viene hacia mí a pasos lentos.

- ¿Está todo bien?

- Sí, es solo que... - es interrumpida por el horrible sonido de metal siendo golpeado.

Para no dejar la costumbre de lado, Christian detuvo al mesero de los entremeses para golpear su charola con un cuchillo.

- ¡Silencio! Voy a hablar - amenaza.

- Dios... - balbucea T/n a mi lado.

Si yo también estoy nervioso por lo que sea que salga de esa boca idiota, todos giran para mirar a mi hermano con su copa frente a la banda de música.

- Soy Christian Parra, todos ustedes me conocen ya - hace un gesto despreocupado - Y en esta ocasión estoy aquí para festejar con mi buen amigo Torres su segundo matrimonio.

- ¡Agh! - gruñe mi esposa cubriéndose la cara por las palabras de Christian.

Le lanzo una rápida mirada a Dixon para que ejerza presión sobre el pelinegro idiota para que no suelte la lengua de más, incluso puede golpearlo si es necesario.

- Ya, hablando en serio - dice ante el carraspeo de Dixon - Este hombre aquí presente es un ejemplo de fortaleza, serenidad y responsabilidad. Tiene la entereza para afrontar cualquier situación y es tan leal que podría recibir una bala por ti. Torres, perro viejo, me alegra tanto ser parte de tu festejo y que la señora Torres - señala con su copa hacia Gail - Te ame tanto porque lo mereces. Además, trabajas para mi hermano, lo que significa que el matrimonio será pan comido. ¡Felicidades a ambos!

T/n suelta el aire que estaba conteniendo en sus pulmones y yo palmeo su mano.

- No fue tan malo, ¿No? - pregunto tratando de sonreír.

- Es tu turno, señora Parra. Hazlo bien - palmea mi espalda y de pronto todas las miradas están sobre mí, esperando que diga algo.

La mayoría de los presentes son personas cercanas a mí y que saben que Torres es mi hombre de confianza.

- Yo quiero aprovechar la ocasión para felicitar a estas dos personas que han decidido compartir su vida - Gail se cubre un poco el rostro y puedo ver algunas lágrimas formándose - Gail es una mujer maravillosa, dedicada y paciente que ha sido un elemento indispensable en mi vida, nadie merece ser más feliz que ella. Y Javier, a quien le confiaría mi vida sin pensarlo, más que un empleado, es un amigo, a quien estimo más que a mi hermano - Señalo al rubio y todos ríen - Así que ver a dos de mis personas favoritas juntas es algo que teníamos que celebrar por todo lo alto. Señor y señora Torres, mis mejores deseos para ustedes.

Torres y Gail se acercan a estrechar mi mano y la de T/n, quien está vuelta, un mar de lágrimas. Se supone que ella diría unas palabras también, pero en lugar eso los abraza muy fuerte y les entrega nuestro regalo de bodas.

- Pero, T/n. No es necesario - Gail intenta regresar el sobre.

- Ni lo pienses - dice mi esposa - Te quiero tranquila y relajada antes de que este bebé llegue, ¿Está bien?

Javier y Gail lucen confundidos, así que abren el sobre blanco para ver el contenido: Dos boletos ida y vuelta a las islas griegas, con itinerario de actividades y las reservaciones hechas.

- Gracias - Javier sonríe.

FIN...

Historia de amor 2 (T/n Montemayor y Cesar Parra)♥️🫶🏻✨️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora