Historia de amor 2 (T/n Montemayor y Cesar Parra)♥️🫶🏻✨️

CAPÍTULO 14

EL ESPECIAL DEL NOVIO...PARTE 3.

CHRISTIAN PARRA. 

- ¡Cesar! Baila conmigo... ¿Por favor? - Andrea bate las pestañas hacia él, que rueda los ojos.

- Bien. No tardo, señora Parra - la pequeña palmea su hombro y le sonríe, mientras nuestra hermana lo arrastra a la pista de baile.

Voy con tranquilidad entre las mesas, hasta que una mano me detiene del brazo.

- Christian Parra, ¿Qué estás haciendo?

- ¡Nada, nena! Solo voy a bailar con T/n, ¿Hay algún problema? - Vanessa arquea la ceja.

Mierda, que no me quite la diversión.

- No quiero peleas, ni quiero ser viuda - me advierte.

- Tengo todo bajo control - beso su mejilla y sigo caminando hasta mi cuñada, que sigue en el rincón observando a su marido.

- ¡Pequeña! ¿Quieres bailar con tu Parra favorito?

- Christian, mi Parra favorito, está aquí - señala su vientre - Y allá.

Ella señala hacia donde Cesar y Andrea bailan, ajenos a todo lo demás.

- El matrimonio te está haciendo aburrida.

- Se llama madurar, y estás en ese mismo camino, querido Christian.

- Dios, no.

- Pero bailaré contigo - ella sonríe, así que paso mi brazo por sus hombros para guiarla entre las mesas, no sin antes detenerme a saludar a algunos de los invitados.

Llevo a T/n hasta la pista y me aseguro de quedar en el camino de mis hermanos cuando comenzamos a bailar.

- ¿Y cómo te trata la vida, pequeña?

- Muy bien, soy muy feliz. Gracias por preguntar.

- No tienes que mentirme - arqueo las cejas - Yo mejor que nadie sabe lo que es vivir con Cesar.

- Oh, no es tan malo - golpea mi hombro - Es un hombre muy dulce.

- Para mí es como un chihuahua - hago una mueca de desagrado - Parece inofensivo, luego viene y te ataca con sus pequeños colmillos y sus chillidos.

- ¡Christian! No hables de mi esposo como si fuera un perro.

- ¡Bueno! Es un gran pitbull, malencarado y gruñón.

- ¡Christian! - vuelve a chillar, pero se ríe.

Esa pequeña risa de T/n es suficiente para que mi hermanito escuche y nos mire con el ceño fruncido. Intenta apartarse de Andrea, pero ella se aferra a sus brazos.

- Me gusta tu vestido - apoyo la mano en su hombro para tocar los tirantes - ¿Quién los eligió?

- La mamá de Vanessa - ella señala una pequeña flor en su pecho - Fue idea de Andrea llevar este detalle.

- Es muy lindo - acerco mis dedos a su pecho.

Levanto inocente la vista hacia mi hermano, que deja de bailar cuando nos mira. T/n está de espaldas a Cesar, por lo que ni se entera de la mirada furiosa de su marido.

- ¿Y el collar? ¿Quién lo eligió? - mi brazo aún la rodea por la cintura y con la otra mano toco el borde de su cuello.

- ¿Te gusta? Vanessa nos dio collares iguales a Andrea, Lilian, Luna y a mí - ella sonríe y vuelve a pasar sus brazos por mi cuello, así que recargo mi cabeza en su hombro.

Por el rabillo del ojo veo a mi hermano acercarse a toda prisa, con Andrea gritándole detrás de él.

- ¿Cuándo le dirás que el bebé es mío? - digo cuando él está lo suficientemente cerca para escuchar.

- ¿Qué? - chilla ella.

- ¡Jodido, idiota! - Cesar gruñe - ¿Qué mierdas dices?

- Ay, no. Ya se enteró - arqueo las cejas fingiendo sorpresa.

- ¡Christian, pendeja! - la pequeña voltea hacia su esposo, pero él la ignora para tratar de alcanzarme.

Y como sé que no va a lastimarla, la uso a ella de escudo.

- ¡Perdón, Cesar! No quería que te enterarás así...

- ¡Christian! - chilla de nuevo T/n - ¡Deja de bromear!

- Bastardo - gruñe mi hermano apretando los dientes.

Sé que se está conteniendo de hacer un escándalo aquí, frente a todos. Así que suelto a mi cuñada para salir corriendo de la carpa.

Y justo cuando creí que estaba a salvo, el bastardo viene detrás mío a paso veloz.

- ¡Mierda! ¡Vanessa! ¡Nena! ¡Me matan! - grito, mientras voy corriendo hacia la casa.

Veo a Cesar hacer una seña, y de pronto Torres aparece junto a él.

- ¡Doble mierda! ¡Vanessa! ¡Mamá! - entro corriendo a la casa, pero solo alcanzo a llegar al comedor cuando el idiota me alcanza.

Solo la gran mesa se interpone entre nosotros.

- ¡Jodido imbécil! ¡Considérate hombre muerto!

- ¡Hey! ¡Es una broma! ¡Lo sabes! - camino de un lado a otro tratando de mantener la distancia - ¡Sabes que soy un idiota! ¡Cesar!

Él se acerca, así que tengo que darle la vuelta al comedor, dejando el camino libre para mi huida. O no.

- Christian - unas manos grandes me sostienen por los hombros - Ven conmigo.

No tengo que voltear para saber que el viejo Torres es quien me sostiene, Cesar le hace una seña.

- Es todo, desaparécelo - se acomoda de nuevo la corbata - Que parezca un accidente.

- ¿Qué? - balbuceo.

- Sí, señor.

- ¡Pero Torres! Ni siquiera estás trabajando hoy, ¡Es tu jodido día libre! ¡Es mi boda! ¡Acabo de casarme!

- Camina, Christian - el viejo me arrastra del saco hasta la puerta principal, que otro de los hombres misteriosos de Cesar abre.

Una camioneta suv polarizada está estacionada justo al frente.

- ¡No! ¡Cesar! ¡Te perdono! - balbuceo nervioso - Quiero decir, ¡Perdóname! ¡No lo vuelvo a hacer!

Pero no me escucha y el hombre abre la puerta trasera de la camioneta para que Torres me lance en el asiento.

- ¡Cesar! - Torres cierra la puerta y pone seguros, por lo que jalo la manija, pero no cede. Es mi fin. ¡Mi maldito fin! - ¡Cesar!

Todos se alejan y comienzo a entrar en pánico. ¡El bastardo me va a matar! ¡Arrojará mi hermoso cuerpo en el Lago Luxury! ¡Seré comida de peces!

- ¡Soy demasiado sexy para morir! - la puerta de la entrada se abre de nuevo, Cesar y Torres salen carcajeándose divertidos.

- ¡Malditos idiotas! ¡Bastardos! ¡Hijos de p....! - la alarma de la camioneta suena, haciéndome callar.

- Cierra la maldita boca - ríe el bastardo abriendo la puerta - Debiste ver tu jodida cara.

- ¡Imbécil! ¡Me asustaste hasta la mierda!

- Me alegro - de pronto se pone serio - Así quitas las jodidas manos de mi esposa.

- Ja - Ja - río con sarcasmo - Muy divertido, Cesar. ¿Y tú? ¡Yo confiaba en ti!

Javier encoge los hombros.

- Ten - Cesar me lanza unas llaves - Tu regalo de bodas.

Presiono el botón en el control y la camioneta que me mantuvo prisionero por algunos minutos pita.

- Quería una Raptor, idiota - sonrío emocionado - ¡Pero te perdono, gemelita!