Hoja en Blanco -KookV- [omegaverse]

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Dos Extraños.

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"Él era el punto intermedio entre el amor mas grande que había tenido, y el dolor más intenso que nunca me habían causado".
-Jk.

El alfa, parado estático frente a él, mantenía los ojos brillantes, reflejo de una tormenta interna. Aunque nunca habían sido pareja formalmente, existía algo entre ellos que Taehyung llegó a reconocer, algo que ahora lo hería profundamente. Jeon, sin esfuerzo alguno, regresó después de tanto tiempo e hizo posible lo que él había considerado imposible. El hecho de que el omega no pudiera corresponder a esos sentimientos en cuatro años ahora se le hacía más doloroso.

Ver a Jeon realizando lo que él había soñado en silencio era un golpe devastador.

- Taehyung...

- Lo siento... lo siento. -repitió, su voz cargada de arrepentimiento y tristeza.

El alfa solo pudo dar un paso hacia Taehyung antes de ver cómo él se alejaba rápidamente hacia las escaleras, aún intentando contener el llanto con la mano. Taehyung se sentía avergonzado, y la frustración lo invadió. Subió al segundo piso y se encerró en la misma habitación que había usado en la mañana. La cama le ofreció un refugio inmediato; se desplomó sobre ella, abrazando una almohada blanca y esponjosa. Ocultó su rostro allí, permitiendo que su llanto fluyera sin restricciones. El silencio de la habitación y la suavidad de la almohada absorbieron sus lamentos. Lloró hasta que la tristeza, la rabia, el miedo y la vergüenza se agotaron, dejándolo exhausto.

Llorar, pensó, eso ya no era solo por lo que estaba llorando en ese momento, sino que lo hacía por todas las cosas que no había llorado en su debido momento. Cada lágrima parecía arrastrar consigo una carga acumulada de dolor y resentimiento hacia sí mismo y hacia los demás. Finalmente, el cansancio y la tristeza lo llevaron a un sueño profundo, del que despertaría en la madrugada, aún sintiendo el eco de su dolor atormentando su cuerpo.

Despertó en la oscuridad, con un frío penetrante y un dolor corporal inmenso. Se sentó en la cama, refregándose los ojos hinchados y tratando de orientarse en el entorno sombrío. La sensación de hambre se hizo presente, y Taehyung decidió que necesitaba algo para comer.

Salió de la habitación descalzo, sus pies tocando el suelo frío mientras avanzaba por los pasillos. Se dirigió hacia la habitación donde Hana estaba descansando. Al abrir la puerta, una sonrisa se formó en su rostro al verla dormida plácidamente con Jimin.

Suspiró agotado. Debía ser consciente de muchas cosas y mantener una fortaleza inquebrantable, especialmente por el bienestar de sus cachorros. La responsabilidad que llevaba sobre sus hombros era inmensa; no podía permitirse ceder ante las adversidades ni dejarse arrastrar por la desesperación como lo hizo hoy. Ser un padre fuerte y determinado no era una opción, sino una necesidad. Su papel requería que se mantuviera firme, sin vacilaciones. Los desafíos que enfrentaba ahora exigían un enfoque resuelto y una capacidad de resistencia que debía superar cualquier debilidad personal.