Bill estaba sentado en el sofá de la pequeña cabaña que compartía con Stanford. intentaba prestar atención a la televisión encendida, pero era como si las voces que resonaban solo se dedicaban a traicionarlo. a sus oídos llegaban murmullos apacibles que contrastaban con el torbellino de pensamientos en su mente.
luego del incidente del parque decidió que era mejor regresar, ya que debía pensar en lo que realmente quería decir.
ya lo tenía decidido, debía hablar con él y dejar claras las cosas.
Bill dió un vistazo al reloj que tenía en su muñeca, sintiendo su corazón latiendo con fuerza cuando escuchó la puerta sonar.
se puso de pie, intentando calmarse, pero no podía evitar que sus manos temblaran ligeramente.
Stanford le brindó una pequeña sonrisa incómoda, haciendo notar a Bill un torrente de incertidumbre a través de su mirada.—buenas noches, Bill. -dijo levemente, con un tono extraño en su voz, haciendo que Bill sintiera un nudo en el estómago.— ¿estuviste aquí todo el día?
—no, salí un momento por la tarde. -respondió Cipher, forzando una sonrisa.
—espero que te hayas divertido mucho. -expresó mientras se sentaba en el otro extremo del sofá, haciendo notar claramente que no quería estar ni cerca de él.
por un momento, ninguno de los dos habló. el silencio entre ellos era denso, cargado con todo lo que no se habían dicho aún.
Bill respiró hondo, sabiendo que tenía que ser él quien rompiera ese silencio.
—Sixer, sobre anoche... -comenzó Bill, buscando las palabras adecuadas.
—necesitamos hablar de lo que pasó.Stanford asintió lentamente, su expresión se tornó seria, y sus ojos se encontraron con los de Bill.
—sí, creo que sí. para mí fue.. inesperado, pero no quiero que un impulso afecte nuestra amistad —dijo Stanford, con una nota de preocupación en su voz.
Bill tragó saliva, su corazón latiendo aún más fuerte. sabía que este momento definiría su futuro, no solo con Ford, sino también consigo mismo.
—para mí no es fácil, Sixer. pero necesito saber qué significó para tí, qué somos ahora... después de lo que pasó.
porque para mí, fue más que solo una noche.. -susurró con una voz temblorosa, sintiendo que sus palabras se desvanecían.Stanford volteó su mirada hacia él, consternado.
—¿a qué te refieres con que para tí fue algo más? -preguntó, aparentemente confundido.
al no obtener respuesta alguna, Stanford se aclaró la garganta e hizo la pregunta que había rondado su cabeza todo el día.
—Bill.. ¿te gusto?
Cipher intercambió miradas con él, sintiéndose abrumado, y con su ansiedad a flor de piel.
—la verdad es que sí. me gustas mucho.. no preguntes desde cuándo, no preguntes cómo pasó o que me atrajo de tí, porque es mucho lo que tengo para responderte.
en este momento solo sé que he estado reprimiendo lo que siento por tí desde hace años, Sixer. -bajó la cabeza al terminar de hablar y dió un gran suspiro, siendo consciente de que al fin se había confesado a su mejor amigo.Stanford se acercó a él, sentándose a su lado.
—jamás me imaginé que llegarías a sentir eso por mí, Bill.. -dijo, comprendiendo un poco la situación por la que estaba pasando su mejor amigo. —un ser tan poderoso como tú, ¿enamorado de un mortal como yo, eh? -bromeó y chocó sus hombros intencionalmente, intentando aliviar el momento y evitar la tensión.
—no eres solo "un simple mortal", Sixer. claro, no te voy a negar que a veces actúas como un tonto como la mayoría de humanos.. pero para mí siempre fuiste algo más. -dijo, mirándolo con un brillo en sus ojos, sintiendo su cercanía.
—¿solo "a veces"? te equivocas, Bill. siempre he sido un tonto. -respondió, y junto con una pequeña sonrisa, decidió tomar las manos contrarias, sintiendo como Bill se tensaba ante su tacto. —¿leíste todo mi diario? -preguntó de repente, con un pequeño ademán de nerviosismo.
—no lo leí completo, lo dejé cuando leí esas cosas sobre mí.
—escúchame, Bill. todo lo que leíste lo escribí cuando apenas empezamos a hablar, antes me parecías un ser extraño, tengo que
admitir que incluso me dabas un poco de miedo, pero eso ya pasó. -explicó Stanford, intentando mirarlo a los ojos y aún con sus manos sobre las de él. —no alcanzaste a leer el resto de páginas, allí empecé a escribir nuestras aventuras juntos y cómo me acostumbré a tí.Bill sintió como el calor subía a sus mejillas, había sido un estúpido al no terminar de leer completamente el diario y rápidamente empezar a dramatizar la situación.
—tal vez debí averiguar más.. lo siento, Sixer. -susurró a duras penas, avergonzado.
—no te preocupes, todo está bien.
¿seguimos siendo mejores amigos, verdad? -preguntó, junto con una sonrisa nerviosa.Bill se quedó perplejo ante aquella pregunta; ¿de verdad Stanford le estaba preguntando si podían seguir siendo "mejores amigos" luego de su declaración?
lo miró con una mezcla de decepción y esperanza. intentaba mentalizar que Stanford lo quería solo como un amigo y nada más, pero a su mente llegaban recuerdos de aquella noche tan especial, recuerdos de sus besos y caricias, la forma en que su Sixer había recibido todo el amor que le brindaba.
—¿tú no sientes nada por mí, Ford? -preguntó con desesperación en su voz, tomando sus manos fuertemente y entrelazándolas. —Sixer, no me digas que no sentiste nada esa noche. yo te conozco lo suficiente como para saber que ocurrió algo entre nosotros.
—esto no se trata de lo que yo sienta por tí, Bill. lo nuestro fue un impulso, sabes que eso no estuvo bien.
tú eres como un Dios tridimensional y yo un humano.. ¿sabes lo que significa eso? -intentó explicarle, pero parecía mucho más una forma de autoconvencerse de lo que estaba bien o mal a sí mismo.—¡entonces no niegas que sientes algo por mí! -exclamó rápidamente Bill, sobresaltando a su acompañante. —¿no quieres aceptar lo que sientes por las diferencias de nuestras dimensiones, Sixer? ¿es eso?
—no es que se trate solo de eso, Bill. para mí no son solo "diferencias", es algo mucho más fuerte.. me da miedo. -confesó Ford, perdiendo su mirada en la de su contrario, sintiendo un par de lágrimas traicionarlo.
Bill no lo pensó ni un segundo y extendió sus brazos para atraerlo hacia sí en un abrazo cálido y protector.
eso era otra cosa que el mismo Stanford le había enseñado antes; "demostrar afecto cuando notas que alguien especial para tí se encuentra vulnerable."
—te amo, Sixer. al carajo todas esas diferencias entre nuestras dimensiones. -dijo, tomando su barbilla y limpiando sus lágrimas, sintiéndose mal por verlo en ese estado.
—siento cosas por tí, Bill. me gustaría que no fuera así.. tal vez esto sería más fácil. -susurró, tomando su mejilla y acariciándola, acercándose cada vez más a su rostro.
rozó sus labios en un beso tierno, lleno de una necesidad urgente de consuelo.era un intento de promesa de que estarían allí el uno para el otro en medio del caos, el dolor, o lo que fuera.
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do u hate me now? | billford
Short Storysolo mira lo desesperado que estás por mí en este momento, Ford. vamos, dime que me sigues odiando y que te parezco desagradable.