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Stanford había decidido que era hora de presentar a Bill con su familia.

después de la reciente revelación de Cipher sobre su posesividad, Stanford pensó que era el momento de presentar a su peculiar mejor amigo con sus seres queridos.

con un leve temblor causado por los nervios y una determinación renovada, Stanford decidió llamar a su hermano, Stanley, para organizar un almuerzo en su cabaña.

[...]

la tarde estaba con un clima templado cuando Stanford y Bill se dirigían al lugar en donde pasarían el resto de la tarde.

los ojos de Bill parpadeaban con curiosidad y un toque de impaciencia.
era imposible negar que sentía incertidumbre ante esos pensamientos que se asomaban bruscamente por su mente, la idea de no agradarles lo suficiente y causarles algún tipo de rechazo, como sucedió con Stanford al principio.

dió un suspiro pesado, y volteó la cabeza para mirar al contrario, quien se encontraba bastante concentrado manejando.

—Sixer.. ¿en qué contexto me vas a presentar ante tu familia? es decir, como un humano normal y corriente o..

—me temo que tendré que decirles la verdad. -respondió rápidamente Stanford, sin darle tiempo a Cipher para terminar su oración. —eso sí.. por más de que ellos lo sepan, tendrás que quedarte de la forma en la que estás ahora durante el resto del día.

—lo entiendo.. -respondió suavemente mientras volvía su vista hacia la ventana, mirando algunas hojas caer de los árboles debido al viento.

Bill dió un leve suspiro antes de recostar su cabeza en el asiento, sintiendo el aire recorrer sus dedos que reposaban sobre la ventana.

se encontraba pensando en aquellos besos y caricias que había compartido con Stanford hace unos días atrás, unos momentos tan complejos que parecían haber sido de ensueño.
no podía evitar sentirse atrapado en un torbellino de emociones; el entusiasmo por estar más cerca de Stanford se mezclaba con una profunda inseguridad y confusión.

las mismas preguntas sin respuesta lo llevaban acechando desde la primera interacción real que había vivido con Stanford.

¿qué había significado para su amigo todos esos besos y atenciones mutuas aquella noche?

¿realmente sentía algo por él? ¿algo más allá de la amistad?

¿acaso Ford estaba dispuesto a llevar "lo que sea que tuvieran" a un nivel más serio, o simplemente intentaba normalizar lo que había pasado?

era demasiado para él, porque a pesar de tener todas las respuestas de alternos universos, el amor era algo que apenas estaba experimentado, algo jodidamente indescifrable.

—Bill, llegamos. -escuchó a Stanford decir, sintiendo una de sus manos sobre su hombro.

después de que ambos descendieran del vehículo, Cipher empezó a observar con detenimiento aquella cabaña. notó que había un gran letrero en el techo que decía "Mistery Shack", y por el lado izquierdo se encontraba lo que parecía ser una entrada a una pequeña tienda.

—¡tío Ford! -exclamó una voz chillona, proveniente de lo que parecía ser adolescente con brackets, y un suéter color rosa. era la niña que había visto en el parque aquella vez. —¡viniste otra vez, tío Ford!

Bill permaneció en su lugar, observando cómo la pequeña mantenía una sonrisa de oreja a oreja mientras corría rápidamente por el patio para abrazar a Stanford.
detrás de ella, se asomaron dos personas; su gemelo Stanley y un adolescente que sostenía un pequeño libro en las manos, el sobrino de Ford.

do u hate me now? | billford Donde viven las historias. Descúbrelo ahora