luego de decir aquellas palabras, Stanford dejó ver una sonrisa y tomó por los hombros a Bill, empezando a besarlo delicadamente.
Cipher sintió un escalofrío recorrerle la columna mientras los labios de Stanford se encontraban con los suyos.
su corazón comenzó a latir con fuerza, tanto que parecía que ambos podían escucharlo.el toque delicado de Stanford era como un suave fuego, encendiendo algo profundo dentro de él, algo que lo consumía por completo.
el nerviosismo de Bill crecía, sus manos temblaban ligeramente mientras intentaba decidir dónde colocarlas, finalmente apoyándolas en la espalda de Stanford, sintiendo la calidez de su cuerpo.
había una mezcla de deseo y necesidad abrumadora de entregarse por completo a él en ese momento.
cada segundo que pasaba parecía eterno, y Bill no podía evitar preguntarse si Stanford podía sentir su ansiedad, su vulnerabilidad. pero al mismo tiempo, había una profunda conexión en ese beso, algo que lo hacía sentirse vivo.
Stanford puso ambas manos en el pecho contrario, mostrando una sonrisa tímida al separarse.
—¿te gustó? -preguntó con una sonrisa, aún con su rostro peligrosamente cerca de Bill.
Cipher no respondió.
sentía ondas de calor por todo su cuerpo quemándolo por dentro, quería más que solo eso.en un movimiento rápido, se acercó a darle otro beso, pero esta vez con mucha más intensidad.
abrió levemente sus labios, sintiendo como después de un momento, Stanford correspondía de forma casi desesperada, abriendo su boca un poco más, dejando que la lengua de Bill se deslizara dentro.
sus manos se aferraron a su cuerpo, apretando con urgencia su espalda y su cintura, atrayéndolo hacia él.su respiración se había acelerado, agitada por la urgencia creciente que se sentía en el ambiente.
Bill respondió al gesto, entregándose completamente al beso, sus lenguas enredándose en una danza necesitada y desesperada.las manos de Stanford bajaron lentamente a los muslos de Bill, acariciando y apretando suavemente la carne a través de la tela de sus pantalones.
su boca se separó ligeramente de la suya, solo para moverse a lo largo de su mandíbula, dejando un rastro de besos y mordiscos mientras continuaba descendiendo por su cuello.cada pequeño mordisco y beso que dejaba en él era una sensación de ardiente deseo que atravesaba a Cipher por completo.
sus manos se movieron hacia los muslos de Bill nuevamente, pero esta vez los apretó con más fuerza, con sus dedos intentando cavar en su carne.—m-mierda...
su cabeza se inclinó hacia atrás, dándole un mejor acceso a su cuello, mientras se aferraba a la camisa de Stanford con más fuerza.
su respiración era agitada, su corazón bombeaba con fuerza mientras su cuerpo se apretaba contra el de Stanford, necesitado de más.—¿esto es lo que quieres? -susurró Ford sobre su cuello, subiendo ligeramente la cabeza para mirarlo a los ojos.
Bill asintió de inmediato, mostrándose completamente sumiso ante el contrario.
—sigue.. -pidió, dándole un pequeño beso en la comisura de los labios, mirándolo con deseo.Stanford no dudó más y se sentó encima de él, colocando ambas piernas alrededor de su cuerpo. enredó ambas manos en su cabello y jaló suavemente, mientras lo lanzaba a la cama.
Bill dió un suspiro y entrecerró los ojos al sentir a Stanford besando y lamiendo el lóbulo de su oreja, mientras sus manos recorrían cada rincón de su cuerpo.
se aferró con más fuerza, mientras movía su cuerpo hacia adelante, entregando cada pequeño gemido necesitado que escapaba de sus labios.
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do u hate me now? | billford
Short Storysolo mira lo desesperado que estás por mí en este momento, Ford. vamos, dime que me sigues odiando y que te parezco desagradable.