Capítulo 31: El Padre e Hijo de la Familia Lu

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Los tres se encontraron con una pared, pero el padre de Ye Nan no se desanimó en absoluto. Más bien, se le ocurrió una solución.

"Si no podemos entrar, esperemos. El señor Lu, como funcionario de la corte y de alto rango, debe asistir a las audiencias. Si nos quedamos en la puerta, seguro que encontraremos al señor Lu cuando regrese a casa." El padre de Ye Nan, que había estudiado durante más de diez años, no había hecho ese esfuerzo en vano. Mientras hablaba, ya estaba pensando en los horarios en los que los oficiales iban y venían. Recordaba que la entrada se hacía en la hora de Mao y la salida en la hora de Shen, y todavía no era mediodía, así que se quedaron cerca esperando, con la esperanza de ver al señor Lu regresar alrededor de la hora de Shen.

Ye Nan siempre había disfrutado escuchar historias desde pequeño. Su padre, que había leído muchos libros, le había contado bastantes historias curiosas. Al escuchar lo que decía su padre, comentó instintivamente: "Papá, esto es como 'La historia de la carreta bloqueada', ¿verdad?"

"¿Qué 'La historia de la carreta bloqueada'? No tiene nada que ver con eso, nosotros solo..."

"¿Esperando a que el conejo venga?" Ye Nan recordó otra pequeña historia, pensando que al esperar al señor Lu en la puerta, estaban haciendo algo similar a esperar al conejo. ¡El señor Lu era el conejo que estaban esperando!

"Ya, ya, tú di lo que quieras," respondió el padre de Ye Nan, viendo que la comprensión de su hijo no estaba tan mal. Sonrió con resignación, sintiendo que la atmósfera tensa se había relajado un poco.

Mientras el padre e hijo de la familia Ye hablaban para tranquilizarse, Lu Ye seguía pensando en la persona del carruaje.

Sabían que el señor Lu tenía dos hijos, pero no sabían si la persona del carruaje era el hijo mayor o el menor. Si era el hijo menor, entonces él podría ser el hijo biológico de Li Dalian.

La actitud de esa persona era muy arrogante y desagradable. Lu Ye no sabía si era por naturaleza o por el favoritismo familiar, pero no podía evitar imaginarse cómo esa persona había sido mimada por sus padres. En contraste, él había sido maltratado por los suyos. Sentimientos y pensamientos que nunca antes había tenido comenzaron a surgir en él.

Lu Ye estaba resentido y frustrado. Nunca había sentido tanto odio hacia los miembros de la familia Lu en Ye Jia Cun, ni había sentido tanta impotencia. ¿Por qué no había crecido con sus propios padres?

"¿Hermano Lu?" Ye Nan, que estaba jugando con su padre, observaba cuidadosamente a Lu Ye. Al notar que Lu Ye no parecía estar bien, lo tomó del brazo y le hizo una señal a su padre para que lo acompañara. Los tres se dirigieron a un rincón cercano y se agacharon.

"Es demasiado extraño estar en la puerta de alguien. Además, si nos quedamos aquí mucho tiempo, podrían echarnos. Mejor escondámonos un poco y esperemos a que el señor Lu regrese antes de acercarnos." No habían llevado nada consigo desde su hogar cuando salieron, así que los tres estaban vacíos de manos.

Ye Nan dijo esto, y el padre de Ye Nan pensó que, dado que aún faltaba tiempo para la hora de Shen y la posada no estaba lejos, iría a buscar algo.

"Nan Nan, ¿prefieres regresar con papá o esperas aquí? Como dijimos, vinimos para agradecer al señor Lu, por lo que debemos tener algo en nuestras manos." Pensando en cómo los habían echado antes, el padre de Ye Nan pensó que los miembros de la familia Lu podrían haber pensado que no eran agradecidos, sino que estaban buscando aprovecharse de ellos.

Con esto en mente, el padre de Ye Nan decidió ir de inmediato a la posada. Ye Nan tenía algo que quería decirle a Lu Ye, así que dejó que su padre se fuera solo y, cuando se quedó a solas con Lu Ye, le dijo cuidadosamente: "Hermano Lu, las buenas personas tienen su recompensa. No te preocupes." Se sentaron en el rincón y Ye Nan, echando un rápido vistazo a Lu Ye, luego volvió la vista y pensó: 'Hermano Lu, él es una buena persona. Cuando está distraído, me da dulces. Las personas como él definitivamente recibirán su recompensa.'

El segundo matrimonioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora