El segundo matrimonio

Capítulo 112: Extra 1

En el pueblo de los Ye, había un joven apodado "el tonto". Decir que era "tonto" no era del todo preciso, pero tampoco es que no lo fuera, porque la gente del pueblo lo veía así.

Cuando empezó a correr el rumor de que el "tonto" de la familia Yang tenía algo con el hijo de los Ye, los padres de Ye Yun no le dieron mucha importancia. A fin de cuentas, el joven Yang había crecido yendo a su casa, y ellos lo habían visto crecer. Aunque no fuera el esposo ideal que imaginaban para su hijo, tampoco le dirían algo que pudiera herirlo.

Sin embargo, cuando se dio cuenta de que su hijo estaba decidido a casarse con ese joven de los Yang, empezaron a preguntarse si su hijo se había vuelto "tonto" de tanto estudiar. Después de hablarle larga y tendidamente sin lograr cambiar su decisión, no les quedó más que poner sus esperanzas en que la familia Yang los ayudaría a poner fin a la situación. Siendo una familia respetable, pensaron que no iban a permitir que su hijo fuera detrás de ellos de una manera tan descarada.

Con esta idea en mente, los padres de Ye Yun visitaron a la familia Yang. No fueron a pedir nada, simplemente insinuaron que su hijo ya tenía edad para encontrar un buen matrimonio, y que, al ser un joven, no sería apropiado mantener una relación tan cercana con su hijo, o podrían empezar a surgir rumores que los perjudicarían a ambos.

La familia Yang solo tenía un hijo, Yang Yue'er, a quien siempre había mimado. A pesar de no ser una familia adinerada, nunca le habían negado nada que pudiera hacerlo feliz. Así que, cuando la familia Ye apareció en su puerta, los padres de Yang decidieron que no iban a permitir que su hijo se pusiera en una situación humillante.

Tras la visita de los Ye, la madre de Yue'er llamó a su hijo y, con el corazón apesadumbrado, le transmitió las palabras de los padres de Ye sin omitir nada.

—Si aún tienes un poco de orgullo, haz caso a tu madre. A partir de ahora, no vuelvas a casa de los Ye ni busques a Ye Yun. Él es un erudito que va en camino de convertirse en funcionario, y no está en la misma liga que nosotros. Yue'er, tu padre y yo solo queremos que vivas seguro y suficiente feliz cerca de nosotros, eso es para nosotros.

El tono firme de la madre de Yue'er se fue suavizando mientras hablaba, su voz llena de esperanza y un toque de resignación. Al ver a su esposo suspirar impotente ya su hijo sentado en silencio, pálido y sin decir una palabra, finalmente no pudo evitar romper en llanto.

Al ver a su madre llorar, Yue'er le secó las lágrimas suavemente y luego, mirando fijamente en dirección a la casa de Ye Yun, preguntó con cautela:

—¿Ya no puedo ser el esposo de Yun Gege?

—¡Yue'er! Mi buen Yue'er, no importa, en el mundo hay muchos hombres buenos, no solo Ye Yun. Tu padre y yo encontraremos un matrimonio mejor para ti, no te preocupes —dijo su madre abrazándolo, dándole palmaditas en la espalda como cuando era pequeño. Recordando a los padres de Ye, que habían ido a su casa tan altivos, la madre de Yue'er soltó con un toque de resentimiento—: Ye Yun no es nada del otro mundo, ya tiene dieciséis y sigue siendo solo un xiucai. Aunque ser funcionario no es fácil, ha tardado seis o siete años en aprobar el examen de nivel bajo y aún no lo ha logrado. Seguramente se da cuenta de que no es capaz y por eso no lo intenta.

La madre de Yue'er, cada vez más irritada, solo recibió una respuesta tranquila de su hijo, quien incluso defendió a Ye Yun.

—No es cierto, Yun gege aprobará el examen de xiucai.

—¡Yue'er! ¿Por qué lo defiendes? —dijo, molestando, apartando un poco a su hijo, que, pese a que los padres de Ye lo despreciaban, seguía apoyando a su hijo. La madre de Yue'er se sentía aún más frustrada.

Ajeno a lo que pasaba por la mente de su madre, Yue'er solo sabía que Yun gege estudiaba con empeño para aprobar ese examen. Él creía firmemente que Yun gege lo lograría.